"Nadie merece tus lágrimas... pero si alguien las merece, jamás te hará llorar..."
Anónimo.

martes, 28 de octubre de 2008

Pequeños salvajes.


Nuestra amiga Paqui, del blog "Tierra de Nómadas" ha vivido la experiencia que todos los que tenemos hijos, temblamos al pensar en ella.
Su hija adolescente ha sido agredida y amenazada por compañeras de clase. Grabar en un móvil la paliza prometida a la salida de la escuela, es una de sus motivaciones...

El primer impulso es coger una maza y liarse la manta a la cabeza... Pequeñas bestias...

Es asqueroso pensar que mentes tan jóvenes, que deberían pensar en crecer, divertirse y hacer amigos... se entretengan haciendo daño... bebiendo como vulgares despojos, probando drogas...

Todos los que me conocéis sabéis que adoro a los niños, que los defiendo hasta el aburrimiento. Pero también sabéis que la sangre me hierve ante el dolor, la injusticias y la maldad gratuita. Hemos llegado a un punto sin retorno.
No podemos dejar que estas cosas sigan ocurriendo. ¿La solución? desde luego la solución no es esperar que no te toque "la lotería" y que tus hijos tengan suerte y no sean gordos, o extranjeros, o estudiosos o... qué sabemos las motivaciones para agredir, de estos pequeños demonios que van poblando nuestras ciudades y ¡que no se nos olvide! serán los adultos de un futuro muy cercano.

Una sociedad gobernada, trabajada por estos bestias... En algún agujero me meteré de viejita... no quiero pensar en su caridad y amor en mi vejez, cuando necesite su ayuda...


Por favor, lo único que podemos hacer es educar a nuestros hijos... Decirles "NO" , por favor. Los niños necesitan disciplina en la casa. Amor y mucha disciplina. Un camino recto por el que andar hace que sean niños normales.
Un "no" a tiempo es un regalo para todos.
Nada justifica que les demos todo lo que desean. Recordáis vuestros juguetes? A qué había muchas cosas que deseasteis y nunca tuvisteis... Eso os hizo soñar, luchar por una ilusión... ¿Me queréis decir qué quieren hoy los niños...? Cuando llegan los Reyes Magos... ¡No saben qué pedir!

Sus habitaciones parecen bases tecnológicas, centros de comunicaciones o jugueterías repletas de... ¡todo! Eso no es sano. No lo es, por mucho que nos empeñemos.
Nadie habla de volver a las pelotas hechas con trapos ni a los carritos de cartón... Pero retomemos la cordura por un momento.

La frustración es parte de la vida. Los niños de hoy no soportan la frustación ni un solo instante. Nosostros no encargamos de tapar su llanto de inmediato. Compramos móviles a niños de 11 años, consolas de videojuegos sin ninguna medida. Un televisor en su cuarto, cadena de música, dinero para salir... y las notas del colegio, la disciplina y el respeto a los adultos... han quedado en segundo plano...

Por otra parte los gobiernos tampoco tienen el valor de tomar ese toro por los cuernos. Medidas impopulares que cuestan dinero y que pueden restar votos a su absurda carrera por el poder...
Una sociedad empieza a desmoronarse por sus cimientos... Seremos gigantes con pies de barro dentro de muy poco tiempo.

"Los tiempos han cambiado" Frase con la que se les llena la boca a algunos para justificar su nefasta actuación como padres. ¡Muy bien! pues si los tiempos han cambiado... adaptemonos todos a ese cambio.
¡Cambiemos las leyes! ¿Para cuándo LA LEY DEL MENOR?
De verdad, alguien cuando vemos cómo agreden con saña a una compañera de clase entre diez, dando patadas, arrancando mechones de pelo, insultando y vejando... ¿alguien ve a menores?
De verdad cuando un profesor es humillado en clase. Cuando se le bajan (literalmente) los pantalones delante de la pizarra y es grabado por los demás... ¿alguien ve a menores?
De verdad cuando en un parque una banda de "animales" agrede a pequeños que juegan a balón ¿Alguien ve a menores...?
De verdad cuando una profesora es agredida en el servicio del colegio, por tres hijos de perra de 13 años y le acarician los pechos e insultan... ¿Alguien ve a tres menores?

Es necesario proteger con leyes serias las escuelas. A nuestros hijos y dotar al profesorado de la autoridad necesaria para actuar.
Quiero poder expulsar de clase al parásito que insulta, que paraliza que aterroriza a los demás y a mi misma.

Quiero poder expedientarle y que a la salida no encuentre mi coche destrozado, las ruedas pinchadas o salir de casa pensando si ese energúmeno me estará esperando cuando baje a comprar el pan.

Quiero que los centros educativos tengan los huevos suficientes para cumplir las expulsiones y que el estado les dote de los medios para que se endurezcan las sanciones. Y si los padres no saben qué hacer con sus hijos expulsados de clase... ¡qué lo hubiesen pensado antes! o que tomen las medidas que crean oportunas. Es su hijo, no el hijo de todos. Si ha de joderse alguien... que se jodan ellos.


Estamos listos... cuando niños de 12 años gobiernen las calles... Esos locos bajitos son muy peligrosos y están horadando el terreno, despacio... Algún día nos quedaremos sin suelo bajo nuestros pies... No quiero estar ahí para verlo.
Un saludo,

Pido disculpas si mi tono ha ofendido a alguien.

domingo, 26 de octubre de 2008

El síndrome del nido vacío.


Recuerdo como si fuese ayer cuando nació mi primer hijo... y cuando lo hizo el segundo.

Tal como zipi y zape. El primero con cabellos negros y fuertes, ojos oscuros impresionantes y piel dorada... el pequeño rubio y tierno, ojos miel y piel blanca...

Cuando nació el mayor casi nos vamos los dos al otro mundo. Afortunadamente estamos aquí para contarlo. El pequeño llegó como el que da un paseo por el parque...

Ambos han llenado nuestras vidas, nuestro tiempo. Sobre todo el mío...

Durante estos últimos 20 años no hice otra cosa sino cuidarles, aconsejarles, mimarles y observar, observar casi sin darme cuenta de que se hacían hombres... de que su vida iba tomando forma, hermosa o no, derecha o no... su forma, su vida...
¿Dónde dejé la mía...? Se quedó pegada a su piel, sus fiebres, sus miedos, sus exámenes...
Sus dolores fueron los míos. Sus triunfos, mis alegrías... Sus dudas, mis consejos...

Y hoy me doy cuenta. Hoy he caído en que me olvidé de vivir.
Se me olvidó que yo también caminaba, que mis años también contaban... Mi marcador no dejó de pasar... mientras ellos cumplían años tuve la sensación de que algún día serían tan mayores como yo, incluso que me alcanzarían y superarían... Tonta de mí. Se me pasaron mis años... No me miré al espejo, no reparé en mi piel, en mis deseos.
No recuerdo como se pide, solo cómo se da... No recuerdo como se duda, sólo como se aconseja...

Ellos son ahora dos chicos grandes. Me miran desde arriba con cierta condescendencia. Incluso se permiten el lujo de darme lecciones, jaja... Y a veces tienen razón.

Aquellos chiquitines... mi moreno y mi rubio, han crecido. Tienen llaves de casa y pueden ya tocar el fuego de la cocina sin que un sobresalto me pare el corazón.
Ya puedo dejar los medicamentos en un lugar donde yo alcanzo a cogerlos. Y el costurero anda por encima de cualquier mesa... Ya no hay peligro...
Ahora solo me asusta mi vida. Me asusta el día que salgan por esa puerta y se marchen. Mis horas eran sus horas, Mi horario ha sido su horario del cole. Mi comida, su preferida... Ya no recuerdo cual es la mía...
Ya cada septiembre no tengo que forrar decenas de libros. No tengo que poner el nombre en los uniformes del colegio, ni comprar zumos para el recreo.
No importa si hoy no pongo la lavadora o plancho la ropa...

¿podré comer a la hora que quiera? Y levantarme cuando ya no tenga sueño. Trasnochar e ir al cine a ver... No sé si podré ver algo que no sea de Disney... después de tantos años...

Mami tiene tiempo para dejar de ser una mami... y se me olvidaron los otros papeles que podía desempeñar.

Supongo que tendré que acostumbrarme a la idea de recuperar mi vida.

¿Alguien puede decirme cómo...? Cómo se vive sin ellos, sin sus mimos y reproches. Sin sus "no quiero" y "te quiero", sin sus inteminables preguntas, sin mirar el reloj a la hora de anochecer... Sin fimar las notas. Sin colacaos y sin sus "esto no me gusta"..."ayúdame, que no llego"...Sin los dibujos en la nevera y las flores de papel del día de la madre...
¿Alquien puede decirme cómo...?

Un saludo,

martes, 21 de octubre de 2008

Un reino llamado Comansi...


Hoy quiero hablaros de un lugar, un lugar que destapé hace apenas, unas semanas.
Un lugar que se está convirtiendo en un reino especial...
Muchos de vosotros ya conocéis el blog "Relato completo... Relato Comansi" , incluso participáis en él, que abrí hace poco tiempo y, junto con Emig del blog "Lecturas y pensamientos" intentamos llevar adelante, de manera muy satisfactoria, tengo que decir.
Es un lugar algo distinto a los blogs que estamos acostumbrados, puesto, que los que lo administramos, participamos como uno más. Se publican relatos de cualquier bloguero, o no, que sienta ganas de publicar un texto.
Eso sí... Hay una condición: Los temas se proponen en el blog y hay que ceñirse a ellos. Es divertido ver cuántos puntos de vista hay sobre una misma cosa... Os invito a visitarlo y a colaborar como autores si así os apeteciera... Estamos para todos, encantados de recibiros en nuestro Reino Comansi...

Podéis escuchar esta música para su lectura...




Este pequeño cuento, ilustra cómo es Comansi para los que participamos en él. Tal vez te guste el lugar y quieras unirte a la fiesta...Espero que disfrutes de su lectura... ¡y te atrape!

"UN REINO LLAMADO COMANSI"

"Tan solo alejándose unos metros de la carretera, se puede ver, a lo lejos un puente techado… tan raro por estos lugares…
No es tan solo un puente de madera en que te puedes refugiar, que puedes cruzar o besarte bajo su cobijo… Es pequeño y has de abrir una pequeña portezuela para entrar… Si lo cruzas con los ojos cerrados y los brazos extendidos… (Eso se dice por aquí) llegas a un lugar diferente, sencillamente, un lugar que no existe en nuestro mundo… Ese lugar es El Reino de Comansi…
Así, que hacia allí me encamine, no sin cierto cosquilleo en mi estómago. Abrí la pequeña valla. Puse mis pies en el primer tablón del puente con cuidado. Al otro lado se podía ver el mismo paisaje que aquí… Bajo el puente: nada. Realmente, ningún río ni obstáculo que salvar. Nada que diese sentido al puente salvo… el paso a Comansi…
Cerré los ojos, no sin antes comprobar que nadie me veía. ¿Qué pensarían de mí? Una mujer de ciudad con mi bolso y mis tacones, en medio de un bosque cruzando un absurdo puente, con los ojos cerrados y los brazos en cruz… Una loca, seguro…
Comencé a poner los pies uno delante del otro, un paso, dos, tres, cuatro…
Tentada estuve de abrir lo ojos para ver cuánto quedaba… A ojo había contado, más o menos, treinta pasos antes de llegar al otro lado…

Esto se estaba haciendo interminable… veinticuatro, veinticinco… Nada, sigo notando los listones de madera bajo mis pies… el corazón se me acelera, percibo un olor dulce… cada vez más cerca… treinta y uno, treinta y dos…

En el suelo, algo cambia, parece que el puente ha terminado.
Curiosamente no deseo ahora abrir los ojos con tanta premura como antes… No siento miedo, me
siento segura y el olor que me embriaga… me hace saborear el momento…
Bajo los brazos y aspiro profundamente, especulando con qué me encontraré al abrir los ojos…
Lentamente, la luz va entrando a medida que mis párpados se abren… me ciega y en un principio no veo casi nada… tonos verdes… ¡Claro! Es un bosque…

Al cabo de un instante puedo ver… ¡Vaya! El mismo paisaje, ¡qué estúpida! ¿Y qué esperabas? La magia no existe. Es el mismo bosque con los mismos árboles…
Decido dar media vuelta y volver al coche. No le contaré esto a nadie.

Pero al girar… ¡El puente no está! En su lugar una gran puerta de madera con tachuelas del tamaño de mi cabeza me cierra el paso, justo detrás de mí. ¿De dónde había salido? Una valla de piedra de unos dos metros de alto flanquea la puerta y se pierde a ambos lados, dentro del bosque…

Puedo oír música a lo lejos, y dado que no puedo retroceder por donde he venido, voy a seguir ese sonido que parece llamarme… como un autómata, me adentro en bosque.

Pienso en mis zapatos de ante, destrozándose al hundirse en la tierra mis tacones. Pero al mirar mis pies… ¡llevo otro calzado! ¿y esta falda? Ay señor, ¿qué llevo puesto?…. Tal vez estoy perdiendo la razón...

La música cada vez es más cercana. Trompetas que parece que anuncian algo… Como en esas películas que tantas veces he visto…
Delante de mí otras personas (disfrazas como yo) aceleran su paso y yo lo hago también.

Una chica rubia me pasa rozando y la engancho por el brazo.

-Oye, ¿dónde vamos?

Ella me mira con estupefacción…

-¡Al castillo! Hoy es día de lectura.

- ¿De lectura? Pero qué…
- La lectura, de todos nosotros. Pero, ¿Qué te ocurre? ¿No tienes tu escrito?

- Yo… ¿Qué escrito?

- Ufff… -farfulló nerviosa mostrando un legajo de papeles que todos llevaban en la mano-
-E-s-t-e –dijo pasándome por la cara los papeles…


Mientras se alejaba, me gritó:

-¡¡Bueno, puedes venir a escuchar…!! Dentro de un mes podrás traer el tuyo. ¡Todos lo escucharemos! Los príncipes los leen para nosotros…

La seguí y accedí a una gran explanada delante de un imponente castillo de piedra. ¿Pero cómo estaba aquello allí?

Cerca del foso del castillo había un bellísimo cenador enorme, rodeado de grandes cojines que acogían a los que iban llegando.
Como uno más, me acomodé en uno de los lugares vacíos, al lado de la chica del camino.

- Ah, te has decidido a venir.
- Y ahora, ¿qué? –dije-


Me seguía mirando como a un marciano…


-Ahora vendrán los príncipes y nos leerán nuestros escritos…
- Y... ¿Eso es todo?

- ¡Todo! –Me miró con desprecio-
- Aquí en el cenador, nuestras historias se hacen reales. Los príncipes disponen de la magia… y nuestras historias se materializan tal como las soñamos y sus personajes, habitan para siempre en el bosque de Comansi… ¡Estás loca o qué…!
Quedé muda. Levanté la mano para preguntar el millón de cosas que en mi cabeza se agolpaban…
Cuando sonó una trompeta que portaba un curioso personaje, vestido de rojo y que oí murmurar detrás de mi, que se llamaba Ataulfo…

Esta claro que anunciaba la llegada de ellos. De los príncipes…
El puente levadizo baja lentamente y deja ver el interior del patio del castillo…
Cuando queda bajado, un hombre y una mujer salen del brazo, sonrientes y se acercan al cenador.

Él dice:
Queridos Autores Reunidos aquí, como cada mes… veremos los cuentos y relatos de todos. Ya sabéis, que después podréis venir a visitar a vuestros personajes siempre que queráis. Aquí son felices y serán atendidos tal como merecen. La princesa apoya gestualmente las palabras de su compañero y haciendo un suave gesto hacia la hermosa edificación… levanta sus manos...

¡No lo puedo creer!! Una luz cegadora inunda ese espacio…
El espectáculo que allí vivimos, no lo puedo describir… un sinfín de historias, distintas, diversas…

Según éstas iban terminando… sus personajes se sentaban entre nosotros, recibiendo las felicitaciones de los espectadores, y a su vez se convertían en nuevos espectadores de los siguientes escritos…
Una hermosa fiesta.
Los príncipes desaparecieron rápido, sin dejar rastro y ni siquiera me percaté de que el puente se había subido y de que Ataulfo se había marchado…
No sé cuántas horas pasé allí, disfrutando de cada palabra, de cada personaje. ¡¡Un pequeño gnomo se sentó a mi lado!! ¡¡Señor, qué impresión!! Todos se fueron marchando cuando hubo terminado… charlando y yo no supe qué hacer… Al levantarme, un pequeño castor pasó por mi lado, tan pancho… Ataulfo estaba frente a mí… -Le acompaño… ¿es su primera visita a Comansi, verdad? -Pues… si… - La próxima vez, podrá traer su texto. Así dejará aquí a sus personajes y podrá venir a visitarles siempre que lo desee… Mientras caminábamos observé que le faltaba un brazo…

- ¿Qué le ocurrió? –dije mirando su no-brazo

- Un cocodrilo –dijo sin inmutarse- Me caí en el foso la otra noche… pero el príncipe desea que me crezca pronto y así será. Mañana o pasado ya lo tendré de nuevo…
-
- Ah, -dije, como si fuese una estrella de mar…-


Habíamos llegado a la gran puerta de grandes tachuelas… Tiré con fuerza del tirador… pero aquello estaba igual de cerrado que antes.

-Espere –dijo el pequeño hombre-

Y sin esfuerzo aparente, abrió la puerta, mostrando el puente y a lo lejos, mi coche…


-Hasta el próximo mes –dijo cerrando la puerta sin más…


Era como despertar de un sueño. Caí e
n la cuenta de que no le había preguntado cómo volver… Pero la puerta ya no estaba…


Tan solo el mismo bosque a ambos lados del puente…
Monté en mi coche y desee que pasara pronto el mes… tengo que escribir esa historia… quiero conocer a esos personajes que he soñado. Después, podré venir a verles siempre que lo desee…

¡Hasta pronto Comansi!
¡Volveré!
"

Un saludo,

martes, 14 de octubre de 2008

La obsesión por el tiempo


Medir el tiempo es una obsesión que a todos nos ataca, nos atrapa y somos después esclavos de medirlo.
Muchas expresiones denotan esta importancia suprema del tiempo:




  • Perder el tiempo
  • No tengo tiempo
  • llegar a tiempo
  • ¡Es mi tiempo!
  • Dame tiempo
  • Tiempo al tiempo
  • Malos o buenos tiempos
  • El tiempo vuela
  • ¡Se acabó el tiempo!
  • Hacer tiempo
  • Tiempo libre
  • A tiempo
  • Con tiempo
  • Tiempo muerto...

Todas denotan agobio. Ni siquiera en vacaciones somos capaces de quedarnos sin el tiempo. Se acaba el tiempo de vacaciones y hay que aprovechar.
Yo, claro, no estoy libre de culpa. Colecciono relojes... y este preámbulo no es más que la excusa para hablar del coleccionismo... Todos coleccionamos cosas. Yo tengo varias colecciones. Una de ellas, los relojes.
Hasta hoy, que pensé en ellos, no sabía cuántos hay en mi casa... Ahora los he contado.
Tengo nada más y nada menos que 36, sin contar, claro ningún reloj de muñeca... si contase esos... sería demasiado...
Aquí os dejo fotos de algunos de ellos. Como veis, diversos en tamaño, estilo, época ... Incluso en el salón hay tres de ellos con sonería... ¿Os imaginaís cómo son las doce en mi casa? ajajaja. Un escándalo, pero me encanta, porque además, nunca coínciden. A veces, nos perdemos un trozo de peli.... jajaja.


Éste lo compré en un mercadillo, en el colegio de mis hijos. Era de antiguedades... y me enamoré en cuanto lo ví...
Está colgado en la entrada de mi casa.
















Es un pequeño reloj de sobremesa. Muy original puesto que se abre como una caja. Está revestido de piel...






El reloj de cuco de toda la vida... Da las horas en punto con sus cu-cús y además suena una musica, los muñequitos bailan... y las medias con un cucú.
Está en el salón...












Este reloj perteneció a mi abuelo. Debe tener, por lo menos 60 años... es de cuerda y tiene despertador... Una joyita muy personal.










Este reloj es una imitación de los antiguos relojes de estación. ¡Me encanta!
Tiene reloj por ambos lados. Dos maquinarias independientes, para verlo bien desde cualquier ángulo, jaja.
Está también en la entrada de mi casa, junto a la puerta de la cocina.








Es un reloj enorme, tiene 55 centímetros de diámetro... Está colocado también en el salón, en uno de sus rinconcitos...










Justo enfrente del anterior, está este reloj que imita a los antiguos relojes de péndulo.
Tiene la caja de madera antigua pero la maquinaria es moderna. A pilas...
Su tic-tac se mezcla con el resto de los del salón...
Y... no, no nos molestan, jajaja...







En la cocina, tengo este hermoso reloj, que me dice la hora de maravilla...







A uno de mis hijos le gustó el mismo reloj... En algo tenían que parecerse a mí...










Siempre me llamaron la atención los relojes de bolsillo... Compré algunos hace tiempo...











Ya por último esta pequeña joyita. Un reloj inglés con carrillón.
Su sonido es extraordinario. Suena cada quince minutos, de manera distinta cada vez.
Da las horas con el sonido de... Claro, el Big Ben.




Los demás están colgados por todas partes y adornan cada mesita y cada rincón... 36, en total... una barbaridad... Y yo, sin saberlo.

¿Alguno puede superarlo?
¿Que coleccionáis?
Un saludo,

Este post está dedicado a mi amiga Airblue.

martes, 7 de octubre de 2008

Sincronicidad.


Últimamente he estado oyendo este término en varios medios de comunicación, lo que no deja de ser paradójico, teniendo en cuenta el significado de esa palabra.

Esto nos da pie para poder abordar un asunto siempre curioso y que a todos nos ha ocurrido alguna vez en la vida.
"Las casualidades no existen" dicen algunos... otros afirman que todo tiene una explicación razonable, el problema es que no sabemos encontrarla y, el ser humano, dado a fantasear, lo achaca a razones "invisibles" o misteriosas. No me quedo con ninguna de esta definiciones. No encuentro explicación a cosas que me han pasado en la vida. No muchas, es verdad, pero alguna de ellas realmente inexplicables para mí.
Algunos sostienen que las cosas siempre pasan por una razón determinada. Que nada es casual...

Como algunos casos curiosos de sincronicidad, es decir cúmulo de casualidades exagerado... que derivan en una conclusión sorprendente, podemos destacar alguna historia bien curiosas. La escuché hace pocas fechas en un programa de televisión ("Cuarto Milenio") que muchos conoceréis.

"Un hombre va de camino al trabajo y, ensimismado en sus pensamientos, se pasa la parada donde tenía que bajar y cuando está llegando a la siguiente parada, muy alejada ya de su lugar de destino, reconoce a lo lejos la casa de una vieja amiga, a la que hace años que no ve.
Decide seguir un tramo más, apearse y visitar a esta persona, ya que está tan cerca...


Baja del autobús y se encamina hacia la casa y al llamar a la puerta de la mujer, ésta acababa de abrir la llave del gas para quitarse la vida.
Este hombre, le salvó de una muerte segura... ¿estaba en el lugar adecuado? ¿fue casualidad que este hombre se pasara de parada? ¿Y recordar a su amiga? ¿también casualidad? Llegar en el preciso momento de que ella dediciese suicidarse... Ese mismo día, ese mismo instante..."

Por supuesto que los cúmulos de casualidades ocurren, constantemente.
¿Os ha ocurrido algo así, alguna vez? ¿Piensas que las casualidades existen, o que todo sucede por un motivo?

Pensar eso... significaría admitir que el destino está escrito. Por lo tanto... ¿Deberíamos dejarnos llevar por nuestros impulsos?
Tengo que co
nfesar que la idea romántica de que el destino tiene algo ya preparado para mí, me seduce... Por otra parte, perder mi libre albedrío me agobia un tanto...

¿Qué opináis?
Un saludo,

miércoles, 1 de octubre de 2008

Tienes un email...

Muchos de vosotros recibís constantes correos, pps y demás. Muchos de ellos son ciertamente bonitos, otros reinvindicativos.

Los que alaban la amistad, siempre me emocionan...
Sobre niños, concienciación para la naturaleza, divertidos. Mensajes religiosos aleccionadores y algunos de frases lapidarias o que nos hacen pensar.
Me encantan esos correos.
He dejado uno de los temas más tratados para el final: "Las mujeres" Ese extraño ser, que habita este mundo mitad y mitad con ese otro extraño ser: "El hombre".
He notado que a "ellos" nadie les dedica pps... No sé muy bien porqué.

Puede haber varias razones:
Una, que las personas que "fabrican" esos pps son mujeres (ups). Dos, que algunos hombres de los que hacen esas mismas presentaciones, son tan generosos que regalan las bellas palabras a sus compañeras, madres... Tres, que los hombres carecen de aspectos que resaltar en una presentación (lo que me resisto a creer).
No puedo remediar un sentimiento de culpa-responsable por esta injusticia manifiesta...
Así que... ¡Chicas! yo voy ha hacer un post resaltando todas esas cosas hermosas que los hombres aportan a nuestra vida.
Estoy hasta las narices de este acoso mediático a los hombres. No señores del Gobierno, no todos los hombres son maltratadores. No, señores, no todos son zafios. No, señores... no por ser hombre hay que presuponer todo lo que se presupone...

Quiero homenajear a todos esos hombres que he conocido en mi vida... que han sido capaces de llorar con una película triste.
Ese hombre enternecido por la mano de un bebé. Ese que sopla con verdadera pasión mientras su mujer pare a su retoño.

Ese que busca, con legañas en los ojos, una fresa para su esposa embarazada y le masajea los pies cada noche, aunque su jornada laboral haya sido de 12 horas...


Ese que observa en silencio que los muebles de la casa sean cambiados de lugar constantemente, sin previo aviso.
El que soporta unos horribles visillos de color rosa en su dormitorio, a juego con la colcha.
Que compra los pantalones, la camisa y la corbata que aborrece pero que su mujer adora.
Ese que siempre te dice que el vestido te queda bien, aunque las morcillas salgan por todas partes.
El que baja a por el pan cada domingo del año, tenga o no sueño.
El que enseña a montar en bici a su hijo armado de paciencia y conduce toda la noche ,si es preciso, para tener un día más de vacaciones.
El que se embarca en una nueva hipoteca, a sus 40 años, porque que ella quiere una casita en la playa.
Que tiene perro aunque detesta los pelos que suelta por la casa.
Que cena en un restaurante carísimo, aunque emplearía ese dinero en algo más práctico.
El que compra flores y llama para preguntar qué hay de comer y de paso dice "te quiero".
El que está orgulloso de que su mujer gane más que él.
El que agradece que su esposa deje su trabajo para cuidar de la familia....
Ese que aguanta interminables visitas a las tiendas de ropa y mira apresuradamente los escaparates que a él le interesan.
El que se partiría la cara por tí si fuese necesario, aunque sea pacífico y tranquilo. Que te sujeta la puerta al entrar, solo por facilitarte la vida.
Ese que nunca sale en las fotos de las vacaciones.
El que a pesar de que se le ve la cabeza, no gasta un euro en champús especiales ni cremas regeneradoras de cabello.
Que es bello según se levanta por la mañana.
Que mira a una mujer hermosa y ¡Lo reconoce! pero jamás te traicionaría.
El que cierra los ojos cuando besa tus labios.
Que si sientes que le regalaste tu juventud... él también lo hizo.

Y por último, a ese que, después de trabajar toda la vida, se jubila y asume que de tanto estar fuera del hogar... se ha convertido en un extraño y estorba... y se marcha a dar paseítos por la calle, para no molestar a la Reina de la casa.

No todos los hombres que se han cruzado en mi vida han sido así... pero doy fe que los hay, y muchos.
Siempre odié generalizar y estamos llegando a un punto donde los hombres se deben sentir asustados, perturbados y amenazados por una sociedad que les supone un montón de cosas que no son.
Vamos a equilibrar la balanza y reconocer a todos esos hombres buenos, generosos y hermosos y vamos a decirselo, porque también lo merecen.

Miremos las almas, no la entrepierna, por favor.
Un beso a todos y a todas, claro, entre las que me incluyo.
Chicos... ¡Os quiero!