"Nadie merece tus lágrimas... pero si alguien las merece, jamás te hará llorar..."
Anónimo.

martes, 24 de marzo de 2009

¿Qué mueve el mundo?


¿Qué mueve el mundo?

Hay diversas opiniones, las más extendidas: El amor, el poder.

Dicen que el amor mueve el mundo, más bien yo creo que lo ralentiza lo hace sabroso y dulce, hace que tenga sentido la vida en pareja... sabores y olores únicos...

Que el amor da un toque emocionante a la vida, nadie lo niega... desde luego no quisiera vivir sin esa sensación dentro del cuerpo, del amor, del deseo... la compasión. Todos esos sentimientos honran el ser humano, pero dudo que eso haga que el mundo se mueva...

El poder... Bueno, el poder realmente hace que "las personas" se muevan... ralentizando al resto, anulándolos...
El poder pisotea a la mayoría para ensalzar a unos pocos... Realmente alguien, por poder, ¿hace que el mundo se mueva?.... Creo que no.

Mi humilde opinión, que expongo a vuestro debate y reflexión, es que en realidad lo que mueve al mundo y siempre lo moverá, es la curiosidad...

La curiosidad ha permitido al hombre investigar por el placer de investigar, eso ha hecho que se descubrieran cosas nuevas que han dado pie a otras... que han conformado la sociedad en la que vivimos. Con las cosas buenas y las malas...

Lejos de creer, como muchas personas, que la curiosidad es fruto de la frustración...

Una vez me dijeron que alguien que busca constantemente aprender cosas nuevas, meter la cabeza en el agujero para ver qué hay al otro lado... es porque no es feliz con lo que tiene.

No. Creo que la curiosidad hace que nos sintamos vivos. Alimenta la ambición, alimenta el amor, alimenta el movimiento y alimenta algo tan fundamental para el hombre como es el avance en todos los terrenos.

En el terreno social, es la curiosidad la que mueve a los científicos (más allá del dinero o el poder) a investigar en cualquier ámbito.

En el espacio personal, opino que nunca se deja de crecer... La curiosidad es la cualidad que hace rebuscar en tu interior y ver qué hay, qué sientes. Tus propios retos salen de la curiosidad por ver los resultados..

Alguien curioso... ¿Es alguien frustrado? Alguien que no deja de buscar respuestas, nuevas sensaciones, nuevas informaciones... es alguien insatisfecho y eso es lo que le lleva a no parar...?

Bien, pues creo que los científicos, los filósofos y toda esa fauna eran entonces, grandes frustrados...

Sin ánimo de sintetizar o simplificar algo tan complejo como es nuestro mundo... Ya sé que el mundo se mueve por infinidad de cosas, el conjunto de ellas conforma ese movimiento. Pero básicamente estos comportamientos pueden ser opinables y opinados, creo yo.

¿Que opinas? ¿Qué mueve el mundo?

¿Curiosidad igual a insatisfacción?

Un saludo,

jueves, 12 de marzo de 2009

¿Hombre perfecto...? No, gracias.



Recibí este texto por correo, quiero compartirlo con vosotros y dejar claro una vez más que ningún sector de la sociedad es mejor que otro...
No sé quien se ha empeñado en hacer dos bandos... ellas vs ellos... ¡pero qué absurdo!

Unas risas, después de tanta pena... Ya nos lo merecemos.



"He encontrado al hombre con el que soñamos todas las mujeres. El hombre perfecto.

Y ahora que lo tengo... no sé qué hacer con él.
¡Es demasiada responsabilidad!
Es como tener una cámara digital con autofocus y zoom incorporado... Que si la foto sale mal, ¡esta claro que es culpa
tuya!
Porque él es comprensivo, sensible, detallista... lee el Cosmopolitan... ¿Qué digo "lee"? ¡Lo subraya!
La verdad es que es maravilloso...


Para empezar, recuerda todas las fechas... Y cuando digo todas, es todas: me mandó flores el día que hicimos una semana, el día que hicimos un mes, el día de mi cumpleaños, el día de mi santo, el día de la mujer trabajadora..
¡Que tengo la casa que parece la tumba de Lady Di!


Bueno, y cada vez que vuelvo de la peluquería... ¡él lo nota!
Se me queda mirando y me dice:

- Cariño... tú te has saneado las puntas...


¡Es que se fija en todo!

Aunque esto tiene sus problemas... Me alaba tanto la lencería que luego no tengo valor para ponerme bragas normales.
Vamos, que el tanga me ésta haciendo una fístula.

Y, Sobre todo, no me lleva nunca la contraria: estoy hasta los cojones de ir a ver comedias románticas.

Por no hablar de cuando vamos de compras...
Oye, ¡que le pone int
erés!
Le pone tanto interés que me agota...

Yo destrozada, y él:

- Venga, cielo, sólo una tienda más...
-
Y yo:
- No, de verdad que éste me gusta... -
Y él:

- Jo, eso lo dices para que nos vayamos...


Por no hablar de lo humillante que es salir con el hombre perfecto:
no bebe nunca; con lo cual, yo parezco Massiel. Come menos que yo; con lo cual, yo parezco... Massiel. Y baila de puta
madre, con lo cual yo parezco...Massiel.
¡Y encima está buenísimo!
Yo, para arreglarme, necesito tres horas.
Y salgo hecha un asco. Él, en cinco minutos, se ha duchado, se ha puesto perfecto y me ha limpiado el baño.
Que entro yo pensando que me lo voy a encontrar todo hecho un desastre... y me lo encuentro impoluto... Que me dan ganas de decirle:


-¡Pero bueno! ¿Dónde me has puesto los pegotes de maquillaje qué había dejado yo aquí, en el lavabo?
Oye, ¡que no hay forma de enfadarse con él!


No saben cómo echo de menos esas reuniones con mis amigas poniendo verdes a nuestros novios... Ahora ya ni voy. ¡Para no poder ni abrir la boca...!

El otro día fuimos a cenar a casa de unos amigos y ellos se pusieron a discutir.
Y yo le dije a mi novio:

- ¡Ayyyy... qué bonito! Cariño, tú y yo nunca hacemos esas cosas...

¡Solo una vez creí que íbamos a discutir!

Llego a casa y me pregunta:

- Cielo... ¿Tú has metido en la lavadora tu tanga rojo con mis camisas blancas
?
- ¡Sí!

- ¡Pues se ha desteñido todo!

- ¿Sí? ¿Y estás enfadado?
- ¡Pues sí! ¡Con Balay!

-!Ay ¡... qué desesperante.

¡Lo distinto que era todo con mi ex!

Recuerdo una vez que le dije:


- Ay, cariño. Me veo gorda.

- No te preocupes, tonta... eso le pasa a todo el mundo

- ¿Todo el mundo se ve gordo?

- No, que te ven gorda a ti.


Pero cuando ya toqué fondo con mi "hombre ideal" fue un domingo que estaba yo ahí tan tranquilamente tirada en el sillón, viendo la tele, y llega él, me arranca la manta y me dice:


- ¡Venga, arriba, cariño...! ¡Tengo entradas para llevar a tu madre a Expo-mascota!

- Ay, cielo, déjalo... Si no te la va a comprar nadie...


Yo ahí ya me dije:
"Tanta perfección no es normal" Y desde entonces le estoy provocando,
a ver hasta dónde aguanta.
El otro día estábamos viendo la final de la Champions League y de repente... agarro el mando, hago "clic" y pongo Gente.

Y va y me dice:


- No, cielo, no te preocupes.. si los penaltis son una lotería..


¡No puede ser! ¡Aquí hay gato encerrado!

¿Qué hace conmigo un tío tan maravilloso?
Y me puse a darle vueltas: "A ver, la nacionalidad la tiene... Por dinero, tampoco puede ser, porque con lo que le debo al banco.. ¡a quien debería ligarse es al director...! ¡Oye! ¡A ver si va a ser gay".


Porque ahora que lo pienso... cuando vemos una tía buena, le saca los defe
ctos antes que yo... Tú le dices:

- Joder, mira qué guapa Cindy Crawford.

Y te contesta:
- Sí, pero... tiene los tobillos gordos.

Aunque por otro lado... ¿Cómo va a ser gay? Si es una máquina en la cama. Nos pasamos seis horas haciendo el amor. No sabéis lo que aguanta. Tengo que esperarle yo a él... ¡Que estoy cogiendo complejo de eyaculadora precoz!

Bueno, y no creáis que luego se pone a roncar. Me da una conversación... Que si me ha gustado, que si le quiero, que si quiero otro...
Que al final le tengo que decir:


- ¡Cariño, lo que quiero es dormir!

Mira, yo ya no podía soportar tanta perfección, así que la semana pasada hablé con él:


- Cariño, así no podemos seguir. O cambian las cosas, o lo dejamos.


Y se está esforzando, ¿eh? El otro día salió con los amigotes, y cuando llega a las cuatro de la mañana, me despierta y me susurra al oído:


- Cariño, cariño... quítate las bragas...

Y yo toda emocionada:

- ¡Huy...! ¿Qué te pasa?

Y él:


- Que voy a poner una lavadora..."




Un beso, chicos normales.

jueves, 5 de marzo de 2009

Javier, desde otra mirada. (Por Luis Mariano)

Queridos amigos, mi primo Luis Mariano, hermano de Javier, del que os hablaba en el anterior post, me ha remitido un texto que me gustaría (tras su petición) compartir con vosotros.

Sabéis que Javier se quitó la vida el pasado 10 de enero en Madrid y ha dejado un gran reguero de sentimientos.
Es la primera vez que no soy yo quien escribe una entrada y qué mejor persona para saltarse esa norma, que mi querido primo Luis Mariano.
Aquí os dejo sus letras, íntegras, que desea poner en vuestro conocimiento y ofrecer para su debate.
Gracias por prestarnos vuestra atención, y ofrecer vuestros valiosos puntos de vista.
Un beso,

Natacha.


JAVIER, DESDE OTRA MIRADA…


"Quisiera dar otra visión sobre Javier, que recientemente nos dejó.

Pero antes que nada, y aunque no encontraré palabras suficientemente elocuentes, quiero dar las gracias, a todos lo que se han interesado por el articulo de Natacha, gracias por vuestro interés hacia la familia y en especial hacia él.

Javier tiene cuatro primas carnales, de las cuales Natacha es la menor, pero solo en edad.
De una manera especial, quiero agradecer a mi prima sus sentimientos por mi hermano Javier. Creo que nunca podré saldar la deuda que siento hacia ella.

No solo por lo que está escribiendo, divulgando y transmitiendo a muchas personas (con corazón) sobre Javier. Tanto en su profusión, como en su calidad.
Pero mucho mas que por su habilidad como comunicadora, por sus sentimientos, su sensibilidad, y el cariño y gran interés que está demostrando hacia su primo desaparecido, hacia sus tíos que han quedado destrozados, y hacia este hermano que os escribe desde el paso del desierto, en que se ha convertido la vida de repente.

Quisiera deciros, desde mi agradecimiento a todos por vuestras palabras, que desde el plano emocional y espiritual, es fácil sentirse identificado con lo que ha escrito Natacha, y toda esa gran familia que sigue este blog.

Sin embargo, las cosas pueden mirarse, y han de mirarse desde distintos ángulos.

Queridos amigos, avalado por el conocimiento de mi hermano, y por dos meses de investigaciones, quisiera que sepáis que Javier era una persona muy enferma. Aquejado de un mal muy grave, al que nadie ha sido capaz de vencer.
El nombre de esta enfermedad es : depresión severa o aguda.

Aquí más información sobre la Depresión severa

Quiero que sepáis, que él fue sin duda, el que más luchó con su enfermedad. Con fuerza, con tesón, con una inventada ilusión, por que en esas circunstancias, hay que inventarla ya que la enfermedad acaba con ella. No soy el único que opina así. Su ex pareja y su ex Psiquiatra, así lo han expresado también.

Por eso, y ante la reiteración de muchos, ante el pensamiento de juzgar o no a Javier, quisiera deciros algo.

Que existen otros puntos de vista distintos, y tal vez, no es a Javier a quien debemos cuestionar, porque quizás, muy posiblemente, Javier no era libre ni tenia capacidad para tomar las decisiones que en circunstancias normales, habría tomado.

Yo os digo, que el Javier de los últimos meses, no era mi hermano, era otra persona.

Si, sé que dicho así suena un poco fuerte. Tal vez es solo un recurso de escritor, para ver si sus lectores están atentos, y hacer que abran mucho sus ojos…

Aunque sé que es un recurso fácil, os pondré un ejemplo. ¿Alguno de vosotros ha conocido a alguien a quien, poco a poco, alguna enfermedad terrible haya consumido?
Aunque solo sea en el cine, o en un libro, podemos imaginar lo que pasa. Una persona fuerte, joven, llena de vida y energía, de pronto contrae una de esas terribles enfermedades, en las que poco a poco, esa criatura va desapareciendo día a día.

Cáncer, sida, anorexia… Es fácil imaginar a una persona que queremos, guapa o guapo, fuerte, alegre. Imaginar digo, como alguien que es así, que pesa 60 u 80 kilos, empieza a perder su cuerpo poco a poco, quedando finalmente postrado en una cama, con menos de 40 kilos, hasta que llega la hora, en que exhala su ultimo aliento.

Amigos, prima, eso es lo que he vivido yo con mi hermano, solo que me he perdido ver su ultimo aliento de vida, porque con las ultimas fuerzas que le quedaban, ha querido evitarme ese mal trago, que yo había pasado no hace mucho, con mi querido suegro, a quien vi consumirse día a día, hasta los últimos momentos de su vida.

La diferencia a sido que Javier no perdió tanto peso, no mermó tanto su cuerpo que solo perdió unos kilos, pero si lo hizo su mente. Y creedme si os digo, que es igual de terrible ver como se consume el cuerpo de una persona, que ver consumir su mente. Porque ya no es él, ya no es el Javier de siempre.
Esa mente ágil, trabajadora, despierta, inteligente, alegre, creadora, muy creadora. Un día se torna triste, apático y desinteresado por todo.

Queridos amigos, desde este otro punto de vista, no es la decisión de Javier, la que debemos cuestionar, si no la de todos los demás, y la hipocresía en la que muchas veces se encuentra inmersa, nuestra sociedad de opulencia y bienestar, aún en tiempos de crisis.

Javier estaba ligeramente enfermo hace mucho tiempo, uno, dos o tal vez más años. Con una enfermedad que, como la cirrosis, no da la cara hasta que, casi siempre, ya es demasiado tarde.
Nadie supo ver la enfermedad que él estaba contrayendo. Nadie fue consciente de ella, ni de las causas que la agravarían y acabarían por encender la mecha que detonaría la bomba final, el fatídico 10 de enero.

Igual que cuando se tiene hepatitis y no se trata puede acabar en cirrosis, sobre todo si hay complicaciones y agravantes, de igual manera, la enfermedad que padecía Javier sufrió complicaciones.
Complicaciones que para una persona sana, habrían supuesto un problema mas o menos grande, pero en principio superable, no letal, como terminó ocurriéndole a él.

Pero “su hígado” delicado de por sí, estaba enfermo, y los nuevos mazazos que recibió en su vida, fueron finalmente insuperables para el, para su enfermedad.

En la última fase de la vida de Javier, han ocurrido hechos que, por discreción, ya que afectan a otras personas, no pueden ser difundidos, pero que sin duda se fueron sumando a la balanza de su dolencia.
Hoy sabemos que estando ya bastante mal, una situación difícil en su trabajo, fue el desencadenante del principio del fin.

Repito, a otra persona no le habría ocurrido nada por ello, al menos nada insuperable, pero el estaba muy enfermo ya, y nadie supo verlo, y si alguien lo vio, no fue capaz de ayudarle.

Finalmente, llegó a la medicina convencional. Al principio y por varias veces, solo recibió por ayuda, una charla de 20 minutos y unos cuantos frascos de pastillas, que finalmente fueron los que acabaron con él.
No sabremos si estando en aquella fase, con otro tipo de ayuda habría podido superar o no la enfermedad, pero el caso, es que no tuvo esa ayuda.

Algunos, entre los que me incluyo, tuvimos conciencia de su enfermedad, pero nunca de su gravedad. Yo, pensé que la solución era ponerlo en manos especializadas, y que por parte de los demás, se sintiese arropado, apoyado, querido, protegido, pero evidentemente, me equivoqué y al resultado me remito.

La medicina occidental, en su mayor medida, se limita a dar fármacos al paciente, con eso, parece que ya estamos haciendo “todo lo que se puede” y nos quedamos con las conciencias tranquilas.
Es cierto, que Javier al final, dos meses antes de su muerte, recibió mucha y buena ayuda, pero tal vez esa ayuda llegó tarde… quien sabe…

Eso sí, nunca dejó de ser recetado con los medicamentos que son apropiados para estos casos.

¿Apropiados? Bueno, también en eso parece que hay diferentes opiniones.
Hay quien opina que esas medicaciones no sirven para nada, o para muy poco en muchos casos. Incluso, hay quien dice que son contraproducentes y pueden llegar a ser muy peligrosos, pues pueden inducir al paciente hacia intentos auto- destructivos.

Solo hay que leer el prospecto de ese tipo de medicación, en muchos de ellos lo dice bien claro. Es solo saber leer.

Puede ser al principio del tratamiento, ante una interrupción, al finalizarlo e incluso en un cambio de un tipo de medicación por otro.

Javier, estaba bajo tratamiento hacia meses, y en esos días, le estaba siendo cambiado el tipo de medicación.

Con esto no quiero inducir nada que pensar a nadie, pero estos son algunos de los hechos.
Otros, Javier era una persona muy bien informada (sabía leer muy bien), y sabía que un tiempo muy frío, ayuda a poder conseguir determinados objetivos. Yo ahora también lo sé, he investigado. Pero me pregunto si nadie más sabía ese detalle.

A veces, no nos damos cuenta que vivimos en una sociedad bastante hipócrita, que puede que sin darnos cuenta, nos envuelva y nos dejemos llevar. Es fácil dejarse llevar, por lo “generalmente establecido”.

Ahora yo me pregunto. ¿Es posible juzgar a un enfermo de sida o de cáncer? ¿Y a uno de hepatitis?
¿Es posible juzgar a Javier? ¿Y a las personas de su entorno? ¿Es cierto que esas medicinas son tan peligrosas? ¿Lo saben los profesionales de la medicina? ¿Saben leer esos profesionales?

¿Juzgamos, opinamos? Parece que para eso se han creado este tipo de espacios en internet.

Hablando de internet, para quien tenga interés y tiempo, he aquí un hilo del que tirar para llegar al ovillo.

Naturalmente, hay otros muchos.

Gracias por escuchar otro punto de vista. El mío es, que un enfermo de corazón, puede hacer muy poco por sí mismo ante una crisis.

Dicen que el cerebro es más complejo que el corazón, de hecho, hace tiempo que se puede trasplantar un corazón, pero no un cerebro.
¿Entonces?


Luis Mariano.