Un relato publicado en Relato completo, Relato comansi, para los que no lo leísteis allí, cuando se publicó...
Espero que os guste.
Sueñas cada noche con descubrir que, de algo sirven tus esfuerzos, que para algo han valido esos besos, esa sumisión y esa admiración. La obediencia ciega. Que la recompensa ha de estar escondida en algún lugar... y la buscas y la esperas… sin descanso, con la fe propia de los niños.
¿Seré yo? ¿Qué habré hecho mal? ¿Provoco yo sus ataques…?
Y los golpes van llegando... y los vas encajando... Acabará pronto, te dices a ti mismo...
Y un día, algo te golpea tan fuerte, que te hace caer, tambalearte tan violentamente, que incluso en el suelo parece que sigas cayendo... Y ni te duele. Los morados de la piel parecen surgir a voluntad propia, pero lo que escuece no se ve, lo que duele es el alma que llora desconsolada preguntándose ¿Por qué yo? ¿Por qué?
Y entonces decides que ya no puedes más.
Es cuando un sentimiento fuerte se apodera de ti, y de da fuerzas. Sientes que puedes caminar y LO HACES… sin dudar... y derivas en una playa... vacía, ya sin preguntas, ya sin penas, ya sin dolor ni dentro ni fuera... Y de repente, él aparece y te muestra una puerta, una salida... ¡Y la tomas! corres como loco, como alma que lleva el diablo.
Corres sin destino y sobre todo sin mirar atrás... Y avanzas por ese camino sin reparar en las cosas que vas dejando a los lados, en la personas que vas despreciando... NO, no entres en mi vida, me dañarás... NO, no quiero conocerte, me herirás... NO, no me toques... sangraré... como siempre, NO, no me beses, me abandonarás… El corazón convertido en el corredor de fondo de una loca carrera por alcanzar el final... ¿de qué?
Y vas quedándote solo, sólo con él... ese que encontraste en la playa, que te mostró un sendero por el que correr, un escape...
Ese malvado, disfrazado de payaso, de amable y risueño compañero, de guía experimentado... que te ha llevado de la mano al futuro de tu propia vida...
Ahora estoy aquí, sentado frente a un profundo acantilado, con los pies colgando... han pasado muchos años... En el 2050, las cosas han cambiado. Yo conseguí que nadie me golpease más.
No volví a ver a mi padre, ese ser tan cruel... Mis bracitos nunca más tuvieron moratones, ningún diente voló fuera de mi boca ensangrentada. Nunca nadie más me violentó en mi propia cama. ¡Lo conseguí!
Ahora miro a mi alrededor y, lejos de sentirme orgulloso de mí mismo, veo que nadie me acompaña excepto él... siempre cerca, siempre como una sombra, oscureciendo cada rayo de sol...
Se acerca despacio hacia mí, y me susurra al oído "SALTA"... un abismo me espera.
Detrás... él continúa... susurrando como un soplo de aliento que se mete por mi nuca…"SALTA... saaaalta".
Me levanto lentamente, un leve mareo de vértigo acude a mi frente y lo hago... suavemente... Salto. Más… me dejo caer… caigo y puedo oír como él, mi compañero de viaje, se ríe burlón... me señala con el dedo y SE RÍE... SE Ríeeeee....
Veo como allí, al borde del abismo él... el odio... Se ríe de mí... mientras busca ya a su próxima víctima.
Alguien a quien SALVAR, algún pobre desgraciado que, como yo, nunca supo perdonar y olvidar."
Hace tiempo que aprendí que odiar mancha a todo el que tiene contacto con ese sentimiento... no odio, mi fábrica dejo de hacer ese producto. Mi fábrica solo emite cosas buenas y he observado que desde entonces, hasta mi piel está más limpia...
¿Que opinas?
Un beso,