"Nadie merece tus lágrimas... pero si alguien las merece, jamás te hará llorar..."
Anónimo.

jueves, 29 de mayo de 2008

Agradecimientos a tanto cariño.

De nuevo, y con las orejas coloradas de vergüenza tengo que agradecer preciosos premios que con todo el cariño me entregáis aún sin merecerlos.

Una breve reseña, no carente de agradecimiento sincero, para mostrar mi alegría cuando alguien piensa en mí para un premio.
Sabéis que no siempre publico un post, pero cuando hay premios nuevos o se me acumulan varios.... o simplemente puedo y me apetece, lo hago. (como dice mi amigo Jotajota, esto es una república, y hago lo que quiero en ella).

Vamos allá.
Primero agradecer a Pandora del blog "Resistencia Santiago de Leon de Caracas" que ha tenido a bien regalarme un premio que no conocía y que no tenía.
Se trata de una bendición de San Miguel Arcángel... precioso ¿no? Se entrega a ángeles en la tierra. Que alguien considere que merezco este premio es maravilloso, al menos a mí me lo parece.
Gracias querida, por pensar en mí.


Se lo voy a entregar, ya que habla de ángeles y de esos revolotean muchos por aquí, a todos vosotros.
Creo que guardar este premio en la estantería sin más, puede suponer una ofensa para las personas que se bendicen de corazón cada día.

Muchas de las que visitan este blog son creyentes... No puedo menos que ofrecerlo a quienes creen que hay ángeles sobre la tierra... antes no creía... ahora estoy segura... De hecho aquí mismo, en este blog hay una gran concentración, de verdad.
Sois verdaderos ángeles para mí, y por eso os lo ent
rego. Por favor, tomadlo con todo mi amor y cariño y todo mi respeto a lo que representa.

Además, María de "Casa da Lourensa" que es una página de manualidades, ha sido tan generosa de salir en mi blog, y de primeras regalarme un premio... Esto no ocurre en ningún otro lugar. Y es maravilloso. Gracias amiga por este cariño.





También Silvia de "Páginas de la vida" ha sido tan generosa de compartir un preciado brillante conmigo. Así como Rafela del blog "La terapia de Rafaela" que también pensó en mí.
Gracias preciosas. Lo llevo como la verdadera joya que es. Un cariño de amigas como vosotras no tiene valor material... sino uno mucho mas importante...quedó p
egado a mi corazón.




Y, por último, Silvia, de "Páginas de la vida"... en un ataque de locura, si
n duda, y en un alarde de generosidad (que le caracteriza) me regala tres besos y tres cariños como tres soles, que me dejan tambaleante de orgullo. Hoy, que tenía un mal día... Parece que los astros se pusieron de acuerdo en hacerme sonreir... Gracias Silvia por estas ráfagas de luz en mi tunel de hoy.



Bueno, pues eso es todo. Mi agradecimiento ante todo. Mi cariño para vosotros, que me dais tanto... que no sé la de años que tendría que vivir para devolvéroslo.

Actualización del 30/05/08, osea hoy. jeje. Añado a estos premios a Aguabella, del blog "Aguabella" que me regala también el premio al esfuerzo personal. Aguabella es ese angelito que tiene un blog en el cielo. Yo casi no puedo entrar porque hay que ser un angel dotado de alas como ella para llegar... a veces lo consigo.
Gracias, cielo por tu cariño, tan sincero.

Un saludo

Natacha.

viernes, 23 de mayo de 2008

Musculitos...


"Yo debía tener 11 años y corríamos en bici todo el día. Un camping, cerca de Madrid y el verano en nuestras caritas tan lindas, tan jóvenes, tan divertidas y despreocupadas...
Fuimos compañeros de travesuras, de juegos, de esas primeras confidencias... momentos tan importantes, donde los amigos lo son todo.

Musculitos (mote cruel debido a su aspecto flaco y débil) fue para mí, mi colega, el que compartía mis secretos y el primero que me miró de otra forma. Me hizo sentir una "niña".
Notaba su mirada sobre mis ojos de otra forma a como los niños miran a los niños, algo más que la amistad, nacía el amor... ese tan transparente, puro, donde no cabía ni un beso y mucho menos, un roce o un abrazo.

La espontaneidad de esos sentimientos era tan evidente para los demás, que todos se reían: "a musculitos le gusta Natacha.... le gusta natacha...."
Pero Natacha no estaba por la labor, Natacha solo quería jugar, divertirse y sentirse querida (a quien no le gusta).
Cientos de horas compartidas. En secreto, salíamos de los límites del camping con nuestras bicis.
Había a unos pocos kilómetros una casa abandonada (o eso creíamos) llegábamos hasta allí... y después salíamos corriendo hacia el camping de nuevo.
Una tarde planeamos perfectamente lo que sería la aventura de nuestra vida. El sábado, a primera hora, Musculitos, un chico francés que no recuerdo su nombre y yo, iríamos a la casa. Dejaríamos las bicis en el suelo, entre los sembrados más altos y entraríamos en la casa por un ventanuco roto que había en lo que parecía un sótano...

Esa mañana corríamos pedaleando a ritmo, callados, pensativos. Aquella aventura nos asustaba a los tres... Llegando al caserón, bajamos la velocidad instintivamente. En silencio nos paramos al borde de la carretera y bajamos casi a la vez de nuestros sillines... Contemplamos la casa unos instantes en pié... Se levantaba enorme ante nosotros, al otro lado del sembrado. Una mirada y nos adentramos en la finca, buscando una zona de matorrales altos para tumbar la bicis. Allí quedaron apiladas, unas sobre otras...
Nuestras piernas se arañaron con algo que pinchaba y un profundo arañazo me empezó a sangrar.
Musculitos dijo: ¡vamonos! te has hecho una herida, tienes que curarte.
¡Oye, dejame en paz! estoy perfectamente, y chupándome el dedo lo pasé por la herida. ¿Ves? ya no sangra, eres un cagón... ¡Vamos!

El francés abría la marcha. Hacía frío y los nervios no mejoraban la cosa. Despacio nos fuimos aproximando al caserón, que todavía hoy me pregunto porqué pensábamos que estaba abandonado.
Efectivamente, como el francés había dicho, un ventanuco a ras de suelo estaba roto, el vidrio rajado de parte a parte...
Musculitos y yo retiramos los trozos de cristal y los pusimos en el suelo, junto a la ventana y pasé la primera.
Mis ojos buscaban algo donde poner mis piececitos que colgaban sobre la oscuridad. Al fin algo tocaron, parecía suelo y me dejé caer. No veía nada, salvo la cara de musculitos angustiado por haber dejado que yo pasase primero. ¿qué hay? dijo en susurro gritado.
No veo nada, espera... cada vez mis ojos se iban acostumbrando a la luz y empecé a vislumbrar un montón de trastos sucios, aperos de labranza y al fondo, una desvencijada escalera estrecha, muy estrecha.
¡Venga, bajad ya! Primero el francés, con su larguiruzo cuerpo se dejó deslizar por el ventanuco y cayó a mi lado. Le cogí y le dije "espera que venga musculitos..."
No quería bajar...
¡Baja de una vez!
Ante mis órdenes, y sin creérselo él mismo, bajó al abismo.

Allí estábamos los tres, de pie, en silencio. Estaba claro que había que subir aquellos escalones... Las chicas primero... ¡Cobardicas! eché a andar decidida y los escalones se quejaban a cada paso. uno, otro. Ellos detrás de mí.
Una pesada puerta nos cerraba el paso.
Empujé y cedió. Miré atrás y los chicos me sonrieron...

Atravesar la puerta y una explosión de luz nos cegó de nuevo. Un sala grande, una cocina, una chimenea y...¡horror! Comida fresca, un desayuno en una taza que humeaba...
Rápido comprendí que nos habíamos metido en una casa habitada. De un momento a otro saldría un hombre horrible provisto de un hacha y nos haría pedazos por haber roto su ventana y haber profanado su hogar.
Dí la vuelta y, atropellando literalmente a musculitos y al francés me lancé escaleras abajo, haciendo aspavientos para que me siguieran. Ellos acababan de descubrir también la taza de café y el pan tierno...
Corrimos y caímos por la escalera como tres torpes perrillos. De un salto alcancé el ventanuco para salir de allí como alma que lleva el diablo... Pero al apoyar mis manos sobre el suelo para salir, me clavé uno de los cristales de la ventana.
Los tres tardamos pocos segundos en subir de un salto a las bicis.
Alguien gritaba a nuestras espaldas. No nos volvimos, pero aún hoy, creo que era un hombre enorme con un hacha en su mano...
Cerca ya del camping noté mi mano pegada al manillar de la bicicleta. Sangraba mucho y, como iba la última, los chicos no se daban cuenta de que regaba la carretera con decenas de goterones rojos...

Cuando estuvimos suficientemente lejos, musculitos y el francés se pararon a esperarme. Estaba mareada y a punto de caer... algo iba mal... Me desplomé golpeándome la frente.
La cara de musculitos, llena de lágrimas, estaba a dos centímetros de la mía. Al abrir los ojos, ambos estaban sobre mí, angustiados.
¡¿Qué haceís?! quita, quita. No soportaba mostrar mi debilidad, haberme desmayado, qué vergüenza... y estos dos allí mirando... ¿Te ayudo? musculitos me tendía la mano. ¡No! puedo yo sola. Qué va... me dolía la cabeza y la mano.
Alguien me había puesto un trozo de tela... no, era la camiseta de musculitos, atada a mi mano.
No tuve más remedio que dejar que me ayudasen. Montamos en las bicis... camino al camping.
Las explicaciones fueron de lo más peregrinas. Ellos se llevaron una bronca horrible por no haber cuidado de la "niña" la "enfant terrible" que había maquinado todo el plan.

Después, entre los demás niños del camping, corrió el rumor de que un hombre horrible había alcanzado a natacha, primero le arañó en la pierna, mientras le perseguía, quiso cortarle una mano, pero ella escapó, aunque aún recibió un terrible golpe en la cabeza... Ellos ni siquiera intentaron ayudarle...
La fama de Natacha subió como la espuma aquel verano mientras el francés y musculitos quedaron como unos verdaderos cobardes..."

Hoy, 30 años después, no sé qué será de musculitos. Dónde andará... cuántos hijos tendrá, un buen trabajo... ¿será felíz?
Mantuvimos la amistad durante unos años más... Me proporcionó mi primer trabajo, a los 20 años, depués se casó... me casé...
Si por las cosas de la vida, musculitos, leyeras esta historia de la que seguro que te acuerdas, espero que la vida te vaya bonita... Déjame un comentario y me harás feliz... te he echado de menos muchas veces, amigo... formas parte de mi vida y yo de la tuya, queramos o no... Recuerdos que no se pueden borrar...

Todos tenemos amigos importantes que el tiempo diluyó en el olvido...
¿los has buscado tú? o tuviste miedo a no ser recordado, miedo al ridículo...
Tal vez te gustaría contarnos tu historia... Ésta es la mía. Mi amigo perdido...
Un saludo,
Natacha.

domingo, 18 de mayo de 2008

Esclavas de la 38...



Hoy, unas risitas, para compensar tanta reflexión seria a la que os someto post tras post...
Alguien me envió esto y no puedo menos que compartirlo con todos... Vosotras os sentiréis identificadas en muchas cosas... vosotros podréis confirmar lo que pensabáis: Las mujeres somos muy complicadas, jajaja.
Espero sacaros una sonrisa a todos. (perdón por los "palabros" sabéis que no suelo usarlos pero en esta ocasión darme un poquito de cancha... el texto lo merece).


Las mujeres somos víctimas de un complot urdido por mentes perversas que se reúnen en un lugar secreto y deciden lo que ellos llaman 'tendencias de moda'. ¿Quiénes son? ¿Cómo lo hacen? Yo me imagino que llega Paco Rabanne y dice:

- 'Veo que este año se va a llevar el "azul petróleo".

Y saltan a dúo Victorio y Lucchino:

- 'Eso, eso. Y los jerséis sin mangas, pero de cuello alto, ¡y que se jodan!'.

¡Y date por jodida! Porque la moda no es una industria. ¡Es una secta dirigida por gais! Y de esos seres que nos odian ¿qué podemos esperar?... Si nos hacen ir con estos pantalones que se abrochan en la rabadilla y nos hacen creer que vamos bien (Creo que lo hacen para que luzcamos esos ridículos tangas que tanto molestan). O con esos otros pantalones de pata larga que van limpiando las aceras.

¿Ustedes saben lo que son las fashion victims? Son las mujeres que han caído en sus redes y ya no pueden escapar. Esas que cuando se acercan a un escaparate, oyen voces en su cabeza: 'El poder de la moda te obliga', 'el poder de Dior te gobierna'.
Realmente, yo me dí cuenta del poder que tiene esta secta cuando intenté comprarme un vestido rojo. Parece fácil, ¿verdad? Un vestido rojo. Pues no.¡Porque las tiendas están en el ajo! Son las representantes de Dior en la tierra. Y, claro, llego yo, y le digo a la dependienta:

- Buscaba un vestido rojo.

Y me suelta:

- ¿Rojo? Este año no viene nada en rojo. Este año viene el azul petróleo.
- ¿Y eso rojo de ahí?
- Eso es la funda del extintor, pero si quieres te la saco.

¡Así es como empiezan las sectas: anulando tu voluntad! Porque, de repente, me veo diciendo:

- Vale, sácame uno azul petróleo de la 38.

Y, en ese momento, la dependienta me mira como se mira un Fiat Panda desde un todoterreno:

- ¿La 38? Tú estarás entre la 40 y la 42.

Claro, yo la miré a ella como diciendo: 'Y tu estarás entre gilipollas y tonta del culo'

Pero le dije:

- Perdona, yo soy una 38.
- No, si ya. Pero es que este año viene la 38 ceñida, ¿sabes?

Y es que ese es el segundo paso de la estrategia de la secta. Disminuir tu autoestima para poder dominarte mejor. Ahí, yo dije:

- Con esto no me pillan. ¡Yo me pruebo la 38 aunque me la tenga que meter a rosca!

Y, claro, te miras al espejo y ves lo que ves. Una morcilla. Una morcilla azul petróleo.

Y digo yo: si en todo el mundo un metro es un metro y un kilo es un kilo, ¿por que la talla 38 no es siempre la talla 38?
Tú vas al Carrefour y la talla 38 se la puede poner King África y, sin embargo, te vas a Versace y la 38 no se la pone ni Melody.

Total, que hice lo que hacemos todas: llevármelo. Si, porque pensé lo que pensamos todas: 'Así me obligo a adelgazar'. 'Me obligo a adelgazar.' ¿Seremos idiotas? A las dos semanas te estás obligando a regalárselo a tu sobrina. ¡Es como comprarte unos zapatos del 34 para obligarte a que te encoja el pie!

Pero es que ese es otro de los síntomas de que estás entrando en la secta:
someterte voluntariamente al sufrimiento físico. Aunque, a veces, cuando todavía no estás abducida del todo, consigues tener un momento de lucidez y decir: 'No, no me lo llevo'. Y, entonces, esa enviada del mal que es la dependienta te dice la frase definitiva:

- Llévatelo, no seas boba, ¡que lo puedes devolver!

¡Y lo compramos! Como lo puedes devolver... Eso es como comerte un trozo de moqueta: ¡como lo puedes devolver!

Así que volví a casa con mi vestido azul petróleo de la 38. Me lo pongo y le pregunto a mi marido:
- ¿Como me queda?
- Pequeño.
- ¿Si? ¿Me marca mucho?
- Te va a hacer llagas.

Ahí me dije: 'Tere, modérate. Esta es otra prueba. La secta de la moda quiere que rompas lazos con tu entorno'. '¡No, no van a poder conmigo!'.

Me lancé a la calle y no paré hasta que encontré el único vestido rojo que quedaba en toda la ciudad. Cuando lo vi, dije: '¡Me lo compro! ¡Que le den a Paco Rabanne !. Y que Victorio le dé a Lucchino ! ' ¡Ja! Y salí de la tienda triunfante, con mi vestido rojo. Pero la alegría me duró dos escaparates.

Es algo que nos pasa a todas las mujeres. De repente, se te viene el mundo encima: 'Coño, ¿y qué hago yo con un vestido rojo, si este año lo que se lleva es el azul petróleo?' Oye, que no pude pegar ojo en toda la noche.
Tuve unas pesadillas... Estaba yo en una misa negra, atada de pies y manos, y los grandes gurús de la moda, rodeándome como en Poltergeist: 'Tereee.
Veeen hacia el glamouuuuur..'

Total, que me desperté, empapada en sudor y dije: '¡Vale, esta bien! ¡Me rindo!' Me unté entera con vaselina para que me entrara el traje, y me presenté en la boda de mi amiga Jessi, vestida de azul petróleo.


Cuando llegué a la iglesia me encontré con que íbamos todas iguales...Allí había más azul petróleo que en una playa del golfo Pérsico. Ahí te das cuenta de que te han captado, has entrado en la secta, y a partir de ese momento honrarás a Victorio y a Lucchino, no nombrarás a Chanel en vano y amarás a Dior sobre todas las cosas.


PD.¿Alguien me puede explicar que coño es el color 'azul petróleo'? Tardé siglos en comprender que las cosas pueden ser de color buganvilla, no me jodais ahora con el petróleo, por favor!! El petróleo es negro como los cojones de un grillo!! (y perdón por la expresión...)

Un saludo,
Natacha.

martes, 13 de mayo de 2008

... Y tendrás mil hijos...


La donación de semen puede producir un dilema en un futuro próximo. Un donante, (que no hay muchos) que por sus características sea muy demandado, podría poblar una gran parte de un país en unos pocos años.

Ser hermano de tu vecino sin saberlo, o del chaval de instituto donde estudias... Enamorarte y tener hijos con él... todos sabemos que empobrece la especie. ¿Podría pasar?

En españa se permiten 6 embarazos de un mismo donante pero la información no está centralizada, así que un donante solo se compromete de palabra a no donar en más lugares... pero solo de palabra. Sin firmar ningún documento y como la confidencialidad le protege, no hay manera de saber cuántas veces y en cuántos sitios ha donado. ¿Cuántas mujeres llevan retoños del mismo hombre...?

Tal vez la ciencia se empeña en conceder los "caprichos" del hombre hasta extremos ridículos... No critico el deseo de ser padres. Debe ser triste no poder concebir y parir un hijo... pero si en tu naturaleza, tu cuerpo dice "no"... la tentación de llevar la contraria a fuerzas universales, a veces trae deseos después tirados a la basura...

Quedan muchos niños por adoptar, bebés desprotegidos. Niños con 4 o 5 años que ya nadie quiere... Imaginemos qué sentirá ese niño de 5 añitos que pasa su tiempo añorando un hogar, que tiene tanto amor dentro que ni siquiera le deja conciliar el sueño...
De todas formas nadie le querrá, cumplirá sus 18 en una institución que sustituye el cariño y el apoyo a duras penas...


¿Qué clase de aldulto será? Es fácil de imaginar...
En el mejor de los casos, será un adulto triste y demandante constante de la atención de las personas que convivan a su alrededor, axfisiando el cariño muchas veces. El típico: "¿me quieres? ¿de verdad que me quieres? Dime cuánto. No me prestas atención... Tú no me quieres..." Terriblemente desnudos, vulnerables, a merced de los deseos del otro... Abandonados finalmente por su extrema demanda, su triste carencia que le lleva al deseo de conservar de manera enfermiza el amor...

En el peor de los casos, un ser rencoroso, desconfiado y carente de toda posibilidad de entregar algo que nunca tuvo: Una oportunidad de ser amado, el beneficio de la duda. Nunca nadie le dejó, ni siquiera, demostrar que era un buen niño, que podía dar amor y cariño, a cualquier adulto, que por lo más mínimo se lo hubiese insinuado...

Esto no es un post en contra de la inseminación artificial, ni de la fecundación in vitro, ni siquiera de la donación de semen o de óvulos... Es solo una reflexión sobre los caminos que tomamos... A veces demasiado rectos. Un rodeo al volver a casa puede mostrarnos nuevos parques y personas que se cruzan en nuestra vida, por otras calles, por otros barrios.

No se me van de la cabeza los miles de niños en el mundo que sobreviven (¿?) en esos terribles orfanatos. Atados a una cama con un grillete que lacera su delicada piel, dejando cicatrices dentro y fuera. Que no son alimentados más que con un sucio mendrugo que les tiran al centro de la habitación y que desollan su bracito, porque a veces ni llegan a alcanzarlo. Muchos mueren, llorando en silencio, sin fuerzas ni para sentir pena de sí mismos...

La situación es horrible.
Me pregunto que clase de persona puede regentar un lugar así... Un demonio sin duda. Por muy pocos recursos que tengas... Una pizca de compasión. De dignidad.
No alcanzo a imaginar qué sentirían si alguien se dignase a mirarles a la cara, a limpiar sus mocos o acariciar esa carita... Sin duda se morirían de placer...pensando que ya estaban en el cielo.

Son niños como los nuestros. Pero que no duermen en camas blandas y limpias, que no se acuestan después de tomar un colacao y con un beso en la frente. Que nadie les da las buenas noches ni se molesta en arroparles.
Pero sus cuidadores se ocupan ,sin embargo, de que no molesten, de que su debilidad sea tal, que ni siquiera se oiga su llanto...¿Como puedes pasearte por esas estancias que tienen que explotar de pena y sufrimiento y después irte a tu casa a dormir, acunar a tu bebé y dormir toda la noche?

Algo que tiene que suceder para que estos monstruos que dirigen esta instituciones encuentren su castigo. En algún lugar, de alguna forma, es necesario que paguen, al menos el mismo dolor que provocan en tantos pequeñines en el mundo, que lloran y nadie les escucha.

Que tu existencia sea el resultado de un simple orgasmo, no debería condenarte a pagarlo el resto de tu vida.

Cerrar los ojos no soluciona el problema.
Si yo tuviera un Dios, no permitiría esto. Si tú tienes uno, pídele que pare. Hay demonios que se hacen con el poder a costa de los más débiles.

Un saludo,
Natacha.

jueves, 8 de mayo de 2008

La crueldad...


Constantemente sostenemos que el ser humano cada vez es más cruel, que no conocemos el límite.

Todos hemos pensado alguna vez que ... "dónde se dirige la humanidad... con estos asesinos en serie, estos niños que maltratan a sus padres, o que graban en el móvil las agresiones a un compañero más débil".

Es verdad que somos crueles, y nuestros jóvenes también... pero...

El otro día fuí al centro de Madrid a comprar unos libros, y encontré en una plaza muy cercana a la céntrica Gran Vía, (cerca de Callao, para quien conozca Madrid), un mercadillo medieval, con sus olores a especias, su horno haciendo pan... el suelo cubierto de paja y montones de personas disfrazadas de la época.
Sonaba música del medioevo y aquello me transportó a un pasado que parecía haber vivido ya. Un pasado, del que seguramente todos hemos formado parte en otras vidas u otros mundos...

Al salir del mercadillo quedé parada. Frente a mi, una pequeña exposición al aire libre de unos elementos que me hicieron erizar los cabellos. Quedé pegada al asfalto viendo aquel horror. Se trataba de elementos de tortura del medioevo, de los que se utilizaban normalmente para interrogatorios, básicamente o como castigo ejemplar de sabe dios qué delitos...



Como mis bolsos aún conservan el tamaño de cuando mis hijos eran pequeños que me veía obligada a llevar, tiritas, pañuelos húmedos, baberos, juguetitos y demás gaitas... pues siempre puedo llevar miles de cosas... como ¡mi cámara de fotos!

Me alegré y me acordé de todos. Quería compartir aquello con mis amigos del blog, es decir con todos los que estáis ahí, en la trastienda, sentaditos, con un café a la espera de leer amablemente mis post...

Aquí están las fotos de estos "aparatos" que nos dan una idea de cómo el ser humano no es ahora más malo y perverso que antes. Simplemente cambiaron los métodos, las personas somos, desgraciadamente, tan horribles entonces como ahora... a mi me resulta terrible imaginar el sufrimiento de aquellos pobres habitantes...


.-Silla de interrogatorio:

Se trataba de un utensilio básico del inquisidor. El efecto de los pinchos sobre la víctima es evidente. No necesita comentarios.
Éste sufre atrozmente desde el principio del interrogatorio, que puede ser más intenso si se aplican sacudidas o golpes en brazos, piernas u otra parte del cuerpo.
El asiento era muchas veces de hierro. de manera que se podía calentar con un brasero o una antorcha, aumentando así el dolor al calentarse los clavos.




.-Potro pequeño

Sencillo aparato de tortura donde el reo era atado de pies y manos, quedando en una incómoda y vulnerable posición. Generalmente se complementaba con azotes y latigazos.






.-Garrote Vil

Aparato de tortura y ejecución inventado en España. Consistía en un método por el cual, un pincho se introducía por las vértebras cervicales al mismo tiempo que aprieta el cuello por delante, asfixiando la tráquea con el collar de hierro que, girando una manivela trasera, aprisionaba el cuello, matando así, por asfixia o por la destrucción la médula espinal.
La presencia de la punta de hierro en la parte posterior de la cabeza, no solo NO provoca una muerte rápida, sino que aumenta las posibilidades de una lenta y prolongada agonía.
Fue utilizado durante el siglo XX en España y en algunos países de América Latina.




.- Rueda de la Verdad.

Pocos inquisidores disponían de aparatos tan complejos. Con esta rueda, el verdugo conseguía desorientar y aturdir en unos pocos minutos.
Tras el aturdimiento se colocaba un brasero bajo la rueda. Con el fin de castigar al condenado, quemandole cada vez que giraba.
En algunos casos se colocaba una tabla cubierta con clavos que desgarraban la piel a cada vuelta de la rueda.






.- Silla simple de interrogatorio.

Silla pequeña y ligera, por lo que el inquisidor podía desplazarla hasta el lugar preciso. No menos efectiva que las grandes y pesadas sillas de interrogatorio, aunque al principio pareciera menos peligrosa, el interrogado descubría al instante, que al disponer de menos pinchos, éstos se clavaban con mayor facilidad.







.-Cepo con barras de Pinchos.

Utilizado para inmovilizar al condenado cerrándose en torno al cuello y las muñecas. Son ambas piezas de madera.
Se completaba el sufrimiento y el suplicio con dos barras armadas con pinchos afilados que se clavaban en las carnes, provocando laceraciones y heridas, que por infecciones resultaban muchas veces mortales.






.- Cuna de Judas.

Instrumento de tortura utilizado principalmente para sacar confesiones.
Consiste en una pirámide puntiaguda, sobre la cual se alza la víctima para después dejarla caer una o varias veces, de modo que la punta topara con la zona genital o anal con mayor o menor presión, dependiendo de como se desarrollara la confesión.
Para aumentar el sufrimiento, en ocasiones se ataban pesada piedras de las manos y los tobillos del reo.








Como veis, una terrible colección de aparatos de tortura...
No tenemos que perder la perspectiva del pasado, de dónde venimos...

Tal vez deberíamos cambiar hacia donde vamos...
¿Acaso no hemos aprendido nada?

Un saludo
Natacha.

lunes, 5 de mayo de 2008

Venciendo el pudor...


Muchos de vosotros no sabréis que, hace unos años, hice mis pinitos en el teatro. Como actriz mediocre, como directora mediocre y como escritora.... también mediocre.
No obstante, conseguí colocar algún guión en televisión para alguna serie que pasó sin pena ni gloria...
Durante un tiempo, al principio de abrir mis blogs, publiqué, en el de la luna, algunos de mis relatos que tengo escritos... Los quité por pudor... Creo que escribir está destinado solo a unos pocos afortunados con el don de la palabra...
A pesar de todo, y venciendo ese pudor del que os hablo, voy a publicar uno de los textos que escribí para una obra de teatro que se representó en Madrid... es una pequeña pincelada que coloreaba una obra hecha de varias partes... en tono de humor.

Aprovechando el festejo de ayer, del día de la Madre, y para poner el tono divertido a una fecha tan tierna y empalagosa, os muestro a una madre "diferente", que os aseguro que abunda también... jeje.
El texto es un poco largo, tal vez queráis volver cuando tengáis 15 minutos libres para leerlo. Aceptaré resignada todas las malas críticas, que seguro merece el escrito. Pero solo pretendo entreteneros un ratillo y comenzar la semana con buen humor...

Deseo que os guste, con cariño.




MADRE NO HAY MÁS QUE UNA...




Soy un hombre normal. Mediana edad, barriguita... Padre y esposo por demás. Y, por supuesto, un cero a la izquierda en mi adorado hogar.

Lo que voy a relatar en esta ocasión es una de tantas historias que ocurren en, como digo yo, mi entrañable hogar. Que pasan por delante de mis narices sin que yo ni siquiera pueda opinar. Es como si mi presencia fuera holográfica en cierto modo. Se alude a mi persona en varias ocasiones como si yo no estuviera presente.
Hace años me dolía, pero me acostumbré a escuchar mi nombre y a no contestar, total, no iba conmigo... Y es que mi mujer es mucha mujer.

Hoy en día soy, in
cluso, capaz de leer el periódico (cuando mi esposa tiene a bien darme el euro para comprarlo) y enterarme perfectamente de los dramas de mi hogar, con la televisión permanentemente de fondo, eso sí.

Si algo he de agradecer a mis hijos, que tengo dos, y a mi mujer es, haber conseguido asimilar al tiempo en mi cabeza infinidad de información incompatible y además ser moderadamente feliz.
Como ya estoy jubilado, mi mujer me va cambiando de sitio según las necesidades del momento.
"Ay quita de ahí ¡Por dios, qué hombre! ¿Por qué no te vas un ratito
a la calle y me traes el pan?
Yo le digo, "Yo... si me das el dinero y ah... lo del periódico".
Se lo diga como se lo diga, invariablemente contesta: "El periódico, el periódico... ¡Total, todos los días ponen lo mismo!
Buscando alguna excusa que derrumbe tan terrible muro, "Es que... como ayer fue la final... pues para..."
¿Pues no lo viste por la tele? ¿No ganó el Madrí? Anda, anda... Vete a por el pan que voy retrasadísima. Que luego bien que te gusta la sopita en su punto.

Mientras, me marcho con un murmullo: pero si a mi me da igual, mujer..."

Al salir por la puerta con mi dinerito justo para el pan, mi hija salía del ascensor. Con una cara...
"Hola papá -
un beso despistado, más al aire que a la mejilla.
-¿Cómo sales tan pronto del "insti" -dije en un alarde por acercarme a su lenguaje. Por su mirada deduje que pensó que yo era un imbécil, porque ni siquiera me contestó.

Vuelvo a casa con el pan bajo el brazo (cual bebé) y oigo la televisión desde el descansillo. Ana Rosa Quintana llenaba mi casa.

Cuando terminamos de comer, suelo sentarme en mi sillón a ver un rato lo que mi mujer ponga en la tele. Pero
hoy, tocaba plancha, y mi sillón es ideal para ir dejando la ropa que va planchando, así que me senté en una de las sillas del comedor, en un rincón sin rechistar.

Puedo ver incluso la tele. Se ve de soslayo, pero se ve.

La niña entra en el salón con la mismita cara de esta mañana y que mantuvo durante su "no comida" (está a régimen para desaparecer).

Ahora es Jorge Javier de "el tomate" quien llena mi hogar. Por el hueco que deja el brazo de mi mujer cada vez que dobla el codo para quitar esa arruga rebelde de mi camisa, consigo ver unas jovencitas en paños menores. Y deduzco: "hay un desfile de ropa interior" A ver si me coincide la arruga con la negra esa... está como un tren.

Mi hija sigue en pie detrás de su madre. Me ha visto, pero me ignora, como siempre. Se mueve de un lado para otro y se muerde las uñas.

-Mamá...

La madre sigue planchando mientras canturrea una canción
. Suele hacer eso, así, si lo que tienes que decir no es importante, pues sube el tono y tú te callas.


-¡Mamá!


- Ay niña -le dice fingiendo sobresalto- Desde luego, qué exigencia. Antes... cuando tenía tu edad... ¡Vamos! ¡Menudo respeto tenía yo a mi madre!

- Tengo que hablar contigo... (Eso me incluye a mi también, aunque ella no lo diga).

- Desde luego... mirando la tele -qué bien lo hace esta Carmen Alcaide. Claro, como tiene estudios. Y una aquí, planchando la ropa de toda la familia, fregando, lavando, en fin... un asco. -Tras una pausa de reflexión -A ver mi niña. ¿Qué tienes que contarle tú a tu madre?

- Es que... tengo un problema...

-¡Problema! Para problema el de esa mujer. ¿Pero tu lo estás viendo? -señala la tele con la mano extendida, cual torero en la plaza- ¡Qué horror! Mira, mira, para que te quejes... Esas tres criaturitas ahí abandonadas, de mala manera... y los padres por ahí. ¡Qué vergüenza!

Girando su cuerpo hacia la dirección en que intuye que está la niña, pero sin dejar de mirar la tele, con esa habilidad que le caracteriza, de ser capaz de hacer diversas tareas a la par, le espeta:

- ¿Me... decías algo?

- Que... -la nena insiste- tengo un problema...

- ¡Ya quisiera tener yo tus problemas!
- Yo si que tengo problemas. Tu, hala, te levantas, te lavas, bien arregladita y al instituto que, la verdad, no se que hacéis en ese instituto, siempre organizando fiestas, excursiones... Menuda vidorra... -Tras una pausa, lo justo para tragar saliva y reponer aire- ¡Pero venga niña! No tengo todo el día. Tanto interrumpir tanto interrumpir y ahora te quedas muda. Si es que...

- Voy a dejar el instituto -Aun como espectador, se me encogió el estómago-

- Pues claro que sí. Haces muy bien
.

- ¡¿Qué?! -mi hija no sale de su asombro, yo tampoco-.

- La de la tele -contesta como poseída- que su marido le pega y le ha "dejao
"... ¡Hace muy bien! Hija... no te enteras de nada.

- ¡MAMÁ! -mi hija chilla desesperada. Si sirviera de algo, chillaría con ella- ¡¿Quieres hacer el favor de escucharme?!

- Ay hija, como te pones por nada, venga... no te enfades...

- Voy a dejar el instituto.


- ¡Pero qué dices! De eso nada guapa. Después del sacrificio que nos ha "costao" a tu padre y a mi pagarte ese colegio tan caro. Pero, vamos a ver ¿Tu no querías estudiar farmacia? ¿No decías que ibas a ganar mucho dinero? ¿Y que hay de ese viaje que nos ibas a regalar a tu padre y a mi a Mallorca? Eres una egoísta... Con la ilusión que a mi me hace conocer Mallorca...

- Pero mamá...

- ¡Ni pero, ni nada! -ya con energías renovadas- Y como sigas insistiendo s
e lo digo a tu padre.

No lo hace por herirme. Sabe que estoy aquí. Es solo una frase hecha.
La televisión vuelve a captarle cual secta.

-Como ese.. ¡Qué asqueroso! Pero tu te crees que un chico como dios manda puede hacer eso en televisión... ¡Por Dios! Lo que hay qué ver... Pero vamos... a lo que iba... ¡Avisada estás! Siempre tapando y tapando problemas... ¡Estoy hasta las narices! Igual que tu hermano... y mírale ¡Un "arrastrao"! Eso es lo que es un "arrastrao". Todo el día por ahí sin hacer nada... y yo ¡Claro! Yo siempre soy la mala de la película... ¡Pero se va a acabar! ¡Esto se va a acabar! Un día de estos me lío la manta a la cabeza y ¡Hala! ahí os quedáis.

No caerá esa breva. Solo lo pensé, claro-.


- Tengo que dejarlo mamá. He estado hablando con Sergio y...

Sergio era el noviete de la niña. A mi, personalmente no me caía mal. Un poco pijo, pero buen chico. Ahora, eso sí, nombrar a Sergio en presencia de mi mujer era como nombrar la soga en casa del ahorcado...


- Ya lo sabía yo. -Se volvió hacia mi como buscando apoyo. Le quité la mirada, era mi pequeña venganza, aunque con ello anulaba mi existencia en la tierra casi por completo- O sea que ha sido ese novio tuyo el que te ha dicho que lo dejes.

Ya se lo dije a tu padre "No me gusta ese chico Manolo, mira que es un "espabilao".

Sorprendentemente un breve silencio permite escuchar la música de un anuncio de la tele. Mi hija sigue m
ordiéndose las uñas. Tiene mala cara. Hablar con su madre es agotador. Si lo sabré yo.. Pero algo grave ocurre. Como poco hablador soy buen observador a la fuerza y algo pasa...
Al fin, Isabel (así se llama mi hija) parece que se decide a continuar. Toma aire e intenta llamar la atención de su madre, que vuelve a estar enganchada a la tele.


- Mamá.

- ¿Qué...?
- Mamá.

- ¡¿Qué quieres?!

- Estoy embarazada.

Isabel me miró de reojo. No supe que hacer en aquel momento y opté por lo más egoísta. Prestarle mi apoyo. En ese momento quise ganar puntos con ella y tengo tan pocos... Me salió una sonrisa de media comisura y mis cejas se derramaron por lo lados de la cara.
Y Mari..., ay Dios mío. Está callada... ahora explotará y esto será como la guerra de Irak, o aún peor. Pero, sorpresa, cree que es una broma, y con media sonrisa, similar a la mía...


- Embarazada... qué tontería... -De nuevo se para, creo que ahora llegará la guerra- ¿Que estás embarazada?! Niña, niña... que no estoy para bromitas. -

Suelta la plancha y se sienta en una silla junto a mi.

- Menudo embarazo tuve yo con tu hermano. Vamos, que vomitaba más de lo que comía. No te digo más que adelgacé cuatro kilos... Y bien delgada que me quedé después. A ver si te crees que yo siempre he estado así. ¡Qué va! menudo tipito tenía yo a tu edad... Pero claro, como te quedas en casa para que todo esté limpio. Que los niños tengan la comidita y no se queden a comer en el colegio. Para que el señor llegue a casa -me resucita por un momento, incluso me mira- y tenga sus camisas limpias su cena a punto... Pues hala, te aburres y a comer...



Mientr
as mi mujer divagaba por su vida, Isabel había sacado de su minúsculo bolso de ganchillo unos papeles que tendía a su madre. Como sospeché, se trataba de los análisis de embarazo. Un folio con el membrete de la Seguridad Social, donde la palabra "positivo" casi se veía desde mi emplazamiento.
Mi hija sostenía el papel en una mano y las gafas de su madre en la otra.


- Toma, lee.
- ¿Qué es esto? ¿Las notas otra vez?

- ¡Que lo leas!
- Hay hija. Trae -comienza a entrecerrar los ojos y sé lo que va decir.

- Es que sin las gafas... Claro, tanto coser para ahorrar un poco de dinero...

- Toma tus gafas, léelo.


Al ver que pone "positivo" ya no sabe cómo negar la mayor, pero que nadie menosprecie a mi mujer. Es un genio del recurso. Sorprendentemente, tras una breve pausa, su tono nos desconcertó a los dos.

- Ay mi niña ¡Si ya lo sabía yo que esto tenía que pasar! ¿Lo has denunciado ya a la policía?


De repente se levanta como una autómata y abraza a la niña, que con disgusto y casi tan alucinada como yo, se zafa de ella. No se da por aludida. En el papel de madre compasiva y mártir continúa con su alucinación.

- Qué mal lo has tenido que pasar, hija. ¿Por qué no me lo has dicho antes? Desde luego, siempre soy la última en enterarme de todo -La frase fue intensificándose peligrosamente. El león volvía al ataque- ¿Cuándo ha sido? Por la noche ¿No? Claro, como ese sinvergüenza no te acompaña hasta el portal... ¡Pues le voy a decir tres cosas bien dichas cuando le vea! Ten novio para eso. Vamos, que ni siquiera te pueda proteger de unos violadores... Porque... serían varios ¿no? Porque a tí, con las clases esas de Judo o Kárate o como se llame, un tío solo no te puede... Pero niña ¡Dí algo!

- No mamá, el niño es de Sergio.

- ¡¡¿Que te ha "violao" ese cerdo?!!

- ¡Pero qué dices mamá! Que no, que nadie me ha violado.

- Pero niña, qué inocente eres. Claro, te dijo que por una vez no pasaba nada... que te dejaras hacer ¡Tu eres tonta! ¡Pero bueno! Es que a ti en el colegio no te enseñan nada. Porque... nuestro buen dinerito nos cuesta ¿Eh Manolo?


Mi protagonismo en este incidente ya me abrumaba. Creo que por esa razón
(bueno, y por mi nietecita) lo recuerdo con tanta nitidez. Se sentía agobiada, daba vueltas por la habitación,como un tigre enjaulado. Por eso quizá buscaba mi apoyo tan insistentemente.

- Es que todo me tiene que pasar a mí. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Si ya lo decía yo "un espabilao, un espabilao".

- Sergio me quiere y yo a el. Se preocupa por mi... y me escucha

- ¡Y te soba! -Ahí tengo que reconocer que tuvo su gracia, a pesar de lo grave de la situación-. Vamos, qué barbaridad...

- Me he acostado con Sergio porque me ha dado la gana. Porque le quiero y punto.

-¡Sí señor, esa es mi niña! Si yo pudiera hablarle así alguna vez...- Ya hemo
s hablado con sus padres...

- ¿Has hablado con sus padres de... esto? ¿Antes que con tu madre? ¡Qué disgusto! Lo que digo. Que siempre soy la última en enterarme de todo.

- Vamos a casarnos. Viviremos en el apartamento que tienen en el centro. Y yo trabajaré en la tienda de su madre hasta que Sergio acabe la carrera.

- ¡Tú! Trabajar... Pero si no sabes ni hacerte la cama. Siempre tengo que estar recogiéndote la habitación, con lo mal que tengo la espalda...

- Es todo lo que tenía que deciros. -Mi mirada le dio las gracias por resucitarme de nuevo por unos breves instantes- Me largo. Adiós.

Salió dando un portazo. Deseé que, contra todo pronóstico, mi esposa se derrumbara y reconociera que estaba perdiendo a su hija, pero comenzó a gritar.

- ¡Pero niña! ¿A qué hora vas a venir a cenar? Estos jóvenes solo piensan en ellos. Luego, llegará a la hora que le dé la gana y ¡claro! su madre, esté como esté, se levanta a ha hacer la cena. Con lo mala que estoy... Y tú qué -eso iba por mí- Iba a hablarme, esto era demasiado- Tu, como siempre ¿no? Ahí calladito, sin pringarte en nada... como un poste. Hijo... qué felicidad vivir así.
¡Vaya! ya me he perdido el concurso.

Esta es mi mujer... Genio y figura.
Pero... Madre no hay más que una...

(Texto registrado de Natacha Guzmán)

Un saludo,
Natacha.