"Nadie merece tus lágrimas... pero si alguien las merece, jamás te hará llorar..."
Anónimo.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Un "meme" para ser felíz....


Bueno, de nuevo un meme llega a mis manos y como no soy capaz de resistirme a la petición ni a la tentación.... (débil que es una) pues voy a proceder a contestar una propuesta que nos acercará algo más a todos. ya que el conocimiento acerca... o eso dicen, al menos.


Mi amiga Marinel del blog Letras derramadas, ha pensado que sería interesante pasarme este meme y yo contesto como una niña buena... jajaja.

Ahí vamos... Se trata de decir catorce cosas que nos haría felices. Antes aclarar que soy voluble como el agua... eso de "be water" a mi me viene que ni pintado. Así que pondré cosas, que a lo mejor mañana no me hacen tan feliz, pero ahora mismo...

  1. Que los días tuviesen 35 horas y yo solo necesitase dormir 2.
  2. tener un trozo de tierra para cultivarla con mis propias manos. Y tener lechugas que fueran hijas mías...
  3. Ganar el premio al blog de 20 minutos y organizar una comida en el centro de Madrid, para todos los blogueros que quisieran ir... (digo que con 3000 euros habría suficiente, ¿no?)
  4. Volver atrás unos años y despedirme de alguien, ya que no pude hacerlo, y se marchó solita en silencio, sin una mano que apretar. Prestarle mi mano me haría muy feliz...
  5. Poder comer chocolate, azucar, macarrones, pan blanco caliente... sin tino. Cuando quisiera.
  6. Tener la certeza de que conservaré a los amigos que hoy tengo y que nunca me dejarán sola.
  7. Salir a la calle mañana por la mañana y encontrar sonrisas en cada cara que vea. En el tren todo el mundo va serio y malhumorado, me da mucha pena.
  8. Recibir una llamada de algun amigo de esos que hace mil años que no ves.
  9. Descubrir que la mitad de este mundo no necesita someter al otro medio.
  10. Que mi sobrinita venga por fin a vivir a España.
  11. Ser capaz de tomar conciencia cada mañana de mi fortuna por estar viva, sana y con un futuro por delante.
  12. Conseguir un proyecto para enseñar a personas mayores a manejarse por internet.
  13. Que mis hijos consigan sus objetivos en la vida para ser felices
  14. Algún día, tener una nieta. (tengo secretos que contarle...)
Bueno, pues ha sido bastante dificil, parece que hay muchas cosas que conseguirían hacernos felices... pero no es tan sencillo, si lo fuera, lucharíamos por ello cada día y no andaríamos tan perdidos buscando siempre en lugares equivocados.

Aprovecho esta coyuntura para agradecer algunos premios que tengo guardados desde hace tiempo. Ahora es el momento de dar las gracias y de compartirlos con todos vosotros.
3 diplomas que me otorgan estas tres amigas:

María Jesús Paradela, desde su blog "Paradela de coles". También lo hizo Enigmática, además de otros que ahora mencionaré. Y Maca del Blog "El jardín de maca".Gracias a las tres por este regalito. Su blogs son entrañables y os invito a visitarlos, creo que os gustarán. Son mujeres excepcionales y cada una con su estilo bien definido.
Mi amiga Enigmática (que lo es...) del blog "Enigmática" (que no lo es...) me ofreció también este brillante,




Y por último Yoli, que es una entrañable amiga que conocí a través del mi blog de manualidades, desde su blog "Llolibrujil", me ofrece este cariño.

El premio Dardos,

Os invito a coger estos premios, a todos aquellos que me visitáis generosamente y dais sentido a este blog. También os animo a que hagáis el meme, ha sido divertido y te hace pensar...
Un beso para todos,

martes, 23 de septiembre de 2008

Con la nieve en los pies.


Una de las cosas que no me gustan nada, es la nieve. Y todos diréis asombrados "qué raro..."

Parece que la nieve es evocadora
de cosas hermosas, la Navidad... bucólicos paisajes con los pesados copos cayendo lenta y pausadamente sobre el blanco manto, mientras el calor de la chimenea calienta un acogedor salón donde una familia comparte la tarde del domingo...

Un chirrido suena en mi mente cuando imagino esta escena y recuerdo mi relación con la nieve....

Tal vez tendría 4 años e intentaba, sin éxito, mantenerme sobre mis nuevos esquiés. Aquello escurría como un demonio y estaba más tiempo sobre el blanco manto que sobre ellos en vertical...
Madrid está cerca de la nieve en invierno.

El puerto de N
avacerrada a escasos, 5o kilómetros de la capital ofrece unas buenas pistas de esquí a todos los madrileños que quieran acercarse....
Unos tíos míos han vivido siempre muy cerca de la sierra y era costumbre pasar allí algunos fines de semana...
Uno de esos fines de semana, mi padre tuvo la feliz idea de que todos subiésemos a la cima de la bola del mundo (se llama así, no es que fuéramos al fin del mundo ni nada de eso...) y probásemos qué era eso de esquiar.
Ninguno de nosotros teníamos equipo así que nos fuimos apañando con los equipos de mis primos y alquilamos las botas de esquiar para nosotros... Yo, como siempre dando la vara, le dije a mi padre que esas botas me eran incómodas, "pues claro, que crees, ¿que son zapatillas?


Como robocop, me desplazaba sobre la nieve con aquellas botas que pesaban más que yo. Levantar cada pie era como subir mi pierna más un pedrusco pesadísimo... Cuando me había caído mil y tres veces de los esquies, decidí que no esquiaba más, bajé los ojos, crucé los brazos y dije: "muy bien, aquí me quedo"...

No conseguí la compasión de ninguno de ellos. Mis primos (expertos esquiadores) se reían de mi inutilidad, mi hermano, hurgando en la herida, como siempre, mis pad
res me ignoraban y mi tio, era el único que de vez en cuando se acercaba "a ver, porqué te enfadas, anda ven, inténtalo conmigo" y subido en sus esquies bajé volando una hermosa pendiente con mis coletas la viento cual cocker con la cabeza fuera de la ventanilla del coche...

En esas estábamos, entre morros y risas, que comencé a notar mi pié mojado...
"Papá tengo un pié mojado" uhmmm. Papá, que tengo el pié mojado. "Anda calla, como vas a tener el pié mojado. ¿no ves que esas botas son herméticas...? Pues yo lo tengo mojado, dije dando un leve zapatazo contra el suelo blanco"


Mi padre se alejó en su absurdo andar lateral con los esquiés de mi tio puestos... El se alejaba y a mí, el pie me empezó a doler...
Una hora más tarde, "papá, me duele el pié" ¡Otra vez! Esta niña no cesa... como no puede esquiar nos tiene que fastidiar a todos... ¡pues que sepas que no nos vamos! ¡aún no! "Vale, dije ya llorando, "pero a mi me duele mucho el pie..."

Dos horas más tarde, al quitarme la bota, ésta tenía una profunda raja en la base que había dejado entrar durante horas agua helada.
Mi pié estaba casi congelado, de un color negruzco que asustó al enfermero que vino en volandas de la mano de mi tío... ¡Hay que masajear, rápido!
Casi no podía soportar el dolor de sentir la sangre circular de nuevo por el pie, hacía rato que había dejado de dolerme y ahora reanimar aquel pie, era como un doloroso volver a la vida...

Afortunadamente, entre gritos de dolor y gritos de "¡Porque no has dicho na
da... Esta niña va a acabar conmigo! ¡Se le congela el pié... y no dice nada!! Y yo pensé, además de transparente debo ser muda, las palabras las digo... pero no deben oírse... Por eso no me gusta la nieve.... A ver, cada cual con sus cosas...

Un saludo,


jueves, 18 de septiembre de 2008

Los prejuicios.


"Quien esté libre de pecado... que tire la primera piedra...

Yo desde luego, no puedo. Me encuentro inmersa, aunque haga esfuerzos extraordinarios, en una sociedad de unas relaciones repletas de prejuicios. Prejuicios de todo tipo, sociales, sexuales, personales, laborales, económicos...
Quien no ha oído alguna vez eso de "uf este hombre es... la bomba... tiene una cantidad de dinero..." Y tu piensas... y a mi qué me importa el dinero que este buen señor tenga en el banco. Piensas, ¿me puede aportar algo? ¿tiene un conversación inteligente? ¿somos afines en algún aspecto? ¿Es buena gente?

Todo eso, muchas veces se obvia. Se anula por completo y solo vemos un escote espectacular, un fajo de billetes, o un currículum brillante de estudios o laboral...
Y entonces... los que carecemos de todas esas supuestas maravillas, ¿en que lugar nos ponemos? Al final de la cola, a recoger las migajas que los importantes y brillante seres humanos desprecien...

Somos realmente pobres y míseros. Si estuviéramos todos desnudos en el bosque... ¿qué diferencia habría entonces? ¿Quien sería la estrella?
Seguramente el que fuese capaz de proporcionar comida al resto. El que pudiera entretener con sus palabras las horas de tedio. O el que dispusiese de la habilidad suficiente para empatizar, consolar o hacer reír a alguien triste.
Esos valores si son admirables...

¿Sabéis una cosa? Internet nos brinda una vez más la oportunidad de encontrarnos aquí, en este bosque, desnudos, sin adornos ni cheques, sin caras bonitas o escotes de vértigo, sin un BMW o una mirada tan atractiva que de deje K.O.
Y así desnudos, nos hemos conocido, nos hemos respetado, amado, consolado, escuchado....

Y a mi, sinceramente, no me importa si entra algún médico famoso, una estrella de televisión, una exitosa empresaria, un poseedor de grandes negocios.... Solo me importas tú, tu alma, que muy acertadamente un gran amigo en la red (Antiqva) dijo que seguramente aquí se encontraban nuestras almas... preciosa definición por cierto.

Me recuesto y pienso en tocar esa pompa de jabón que se sostiene, pareciese, milagrosamente flotando en el ambiente, que sustenta ilusiones, esperanzas, sonrisas y amores... Tocarla... Traspasar esa barrera del que se mueve sobre ilusiones, utopías y sueños...
Siempre da miedo tocar las pompas de jabón. Estallan sin remedio y rompen todo lo que en ellas se reflejaba... ¿Seremos pompas de jabón todos nosotros? ¿Estamos condenados a ser solo observados, en nuestra belleza? Niño, ¡no toques!
La piel no viaja junto con nuestras letras, nuestras palabras vuelan sin esfuerzo... como esas pompas impulsadas por el aire y se pasean por tu nariz, delante de tus ojos, a veces ofreciéndote espectáculos maravillosos o mostrándote imágenes desconocidas, abriendo caminos... Pero no intentes atraparlas, ningún recipiente es tan suave, tan apropiado que puedas almacenarlas y acariciarlas cuando te sientas solo, triste...

Tal vez yo sea una simple ama de casa, sin experiencias importantes ni una cultura extensa o tal vez, alguien que tiene éxito en la vida o un ser malvado que dada su dualidad, muestra aquí toda su bondad... pero me comunico con personas de corazón a corazón, no preciso nada más para sentir el aliento de ánimo, la sonrisa sincera incluso la palmada en la espalda...

Definitivamente, amigos, internet me gusta. Vosotros me gustáis, así, desnudos en este bosque...

Y vosotros...
¿Os dejáis llevar a menudo por las apariencias?
Un saludo,

sábado, 13 de septiembre de 2008

¿quien eres en realidad?



Aproveché los días de descanso para leer algunas cosas que tenía pendientes... tan dispares como alguna novela, cómo leer una bola de cristal, algo de psicología y mi prioridad: el crecimiento personal, el buceo dentro de nosotros mismos, con lo que eso supone...

De entre muchas de las cosas que he aprendido, una de ellas llamó mi atención.
El planteamiento de dónde ponemos la frontera de nuestro yo. Dónde comenzamos a ser "yo" y dónde comienzan el resto de las cosas... Parece una chorrada, pero no lo es.

Os pregunto: ¿Eres un cuerpo? o ¿tienes un cuerpo? Piensalo bien.

Yo contesté enseguida, con mi infantil precipitación de siempre, con la seguridad de estar en el buen camino.
Tengo un cuerpo, por supuesto. Esa fue mi respuesta, sin doblez, sin más... madre mía... lo que salió de aquella reflexión, gracias a la guía de la lectura del libro, fue interesante, cuanto menos.

Si eres dueño de tu cuerpo, es decir, tu no eres un cuerpo... sino que "tienes" un cuerpo, como el que tiene un coche o una casa o una manzana... ¿Qué eres? "Mente" contesté rápidamente otra vez...

La fronteras que ponemos en nuestro propio cuerpo dice cosas de nosotros. En mi caso dice que considero que "yo" soy sólo psique, que mi cuerpo solo es un vehículo que me lleva y me trae en esta ocasión.

Luego, si soy mente, mi pensamiento es energía, son impulsos eléctricos... Una energía que no muere, que no desaparece, tan solo se transforma para quizá habitar de otra forma más adelante... o que vivió de otra manera en el pasado...
Suponer todo esto es aceptar que la vida no termina, que solo cambia.

Sin embargo si opinara que "yo" soy un cuerpo tendría que admitir que cuando el cuerpo muere, todo muere con él. Puesto que eso eres...

La mente no envejece, tan solo evoluciona, los cuerpos sí, éstos envejecen se deterioran y mueren... qué pasa con la mente. Esa que soy "yo". Tantas teorías hay para justificar esto... la reencarnación, la transformación en otros tipos de energía, Dios, el alma... etc, etc...

Explorar estas cuestiones no hace más que confundirme a veces. Pero es fascinante la de cosas que se esconden dentro de nosotros mismos... Pero es necesaria la provocación, la pregunta que rompa la simpleza con que nos planteamos porqué estamos o a dónde vamos...

Y tú, ¿eres un cuerpo? o ¿tienes un cuerpo...?
¿Has cambiado ahora, tu respuesta?
Yo, estoy hecha un lío, la verdad.
Un saludo,

lunes, 8 de septiembre de 2008

La responsabilidad.


"La apatía es, en sí misma, una manifestación de agresividad"

Cuando pensamos en una cantidad de gente junta, una masa de personas, siempre tenemos la sensación de fuerza. "La unión hace la fuerza" "juntos podemos" "cuatro ojos ven más que cuatro"... infinidad de tópicos que aceptamos sin plantearnos otro enfoque bien distinto.



Ya os he hablado de un libro que leí hace unas semanas "Cuerdos entre locos" sobre experimentos psicólogicos... interesantísimo. Pues ahí encontré un estudio basado en un hecho real, que desbarató de un plumazo ese tópico de que la masa es invencible y que los humanos nos sentimos más valientes, mas buenos si vamos en grupo...
Os cuento el terrible suceso que provocó que los psicólogos Jhon Darley y Bibb Latané comenzasen un estudio sobre la responsabilidad del ser humano.

--El siguiente texto puede herir la sensibilidad, por contener pasajes violentos--

Una oscura noche en Queens (Nueva York). Un 3 de marzo de 1964.
Un otoño ventoso hacía que algunos visillos ondearan fuera de las ventanas por el viento que , ocasionalmente, corría a través de la pequeña calle...
Catherine Genovese una mujer de 38 años volvía a casa tras su turno de camarera, en el bar donde trabajaba.
Kitty, como la llamaban, era una mujer morena, delgada y hermosa cara de duende, con unos bonitos ojos verdes.
Aparcó su coche en un parking adyacente al edificio donde vivía sola.
Dejó el coche en su espacio y salió. Eran las tres de la madrugada... se dirigía hacia su portal cuando vio un hombre agazapado al lado de un coche.
Giró y cruzó rápido hacia la cabina de la esquina, que estaba conectada con la policía.

"Catherine no llegó a la cabina. El hombre, identificado después como Winston Moseley, le clavó un cuchillo en la espalda hasta el fondo y luego, cuando Catherine se volvió a mirarle, se lo clavó también en el vientre, y la sangre corrió caliente. La mujer gritó... dijo exactamente: "!Ay Dios mío! ¡Me han clavado un cuchillo! ¡Socorro! ¡Socorro, por favor! Inmediatamente se encendieron varias luces en las ventanas de la calle. Moseley las vio, en el juicio dijo que las había visto, pero que le parecía que aquellas personas no iban a bajar a la calle.
En vez de bajar,
alguien gritó: "¡Dejen en paz a esa chica!"; Moseley se dio a la huida y Catherine, con varias cuchilladas en el cuerpo, se arrastró hasta la entrada de una librería en penumbra y se allí se tumbó. Las luces de los apartamentos se apagaron entonces. La calle quedó de nuevo en silencio. Moseley se dirigió a su coche, oyó el silencio de las calles, vio que las luces se habían apagado y decidió volver a rematar su trabajo. Sin embargo, antes abrió la portezuela de su coche y se cambió la media que llevaba en la cabeza por un sombrero tirolés.
Entonces volvió a recorrer la calle, encontró a la mujer echa un ovillo, roja y mojada, empezó a acuchillarla otra ve
z por donde lo había dejado, rajándole ahora la garganta y los genitales. La mujer volvió a gritar. Y siguió gritando. Pasaron los minutos. Volvieron a encenderse luces en las ventanas de los apartamentos, -imaginémoslo- haces amarillos que tanto Catherine como Winston tuvieron que ver, tan presentes, y sin embargo, tan ausentes.
Moseley volvió a retroceder y Catherine consiguió alcanzar, no se sabe cómo, el vestíbulo del edificio donde vivía, donde unos mi
nutos más tarde, el asaltante la encontraría de nuevo y reemprendería lo que aún no había terminado. Ella pidió ayuda a gritos y después dejo de gritar. Solo gemía. Moseley le levantó la falda, le cortó la ropa interior y, en el juicio, declaró lo siguiente: "Tenía la menstruación". Después, sin saber si estaba viva o muerta, se sacó el pene pero fue incapaz de llegar a la erección, de modo que se tumbó encima de ella y así tuvo un orgasmo.
El crimen se cometió en treinta y cinco minutos, entre las tres y cuarto y las cuatro menos diez de la madrugada.
Se ejecutó en tres a
taques distintos, prolongados y señalados con gritos de socorro. Los testigos que encendieron la luz, lo vieron y lo oyeron. No hicieron nada.
Hubo treinta y ocho testigos en total que vieron desde la ventana cómo acuchillaban y remataban a una mujer."


(Las imágenes son reales del lugar del asesinato, la víctima y el asesino. y el texto en cursiva, del libro "cuerdos entre locos").

Esto es un caso real de un asesinato. Tal como ocurrió. De todos los testigos solo uno llamó a la policía después del suceso, cuando la mujer ya había muerto, eran las cuatro de la madrugada y los que lo vieron volvieron a dormirse...
En Nueva York el suceso adquirió notoriedad cuando se supieron los pormenores del caso. Hubo un aluvión de cartas de lectores poniendo el grito en el cielo por el horrible comportamiento de estos vecinos, desalmados que con un simple gesto podrían haber salvado la vida de esta pobre mujer.

Tras varios estudios de estos dos psicólogos sociales y distintos experimentos llegaron a la conclusión de que la responsabilidad, cuando hay varias personas, lejos de hacerse más fuerte, tristemente, el ser humano se siente liberado de ella. Se diluye, se divide en lugar de hacerse más eficaz.
Ninguno de estos testigos eran malas personas. Algunos tenían trabajos sociales. Todos ellos conocían la compasión. Pero a pesar de no arriesgar la vida, ni poner siquiera en peligro su integridad, solo uno tomó el teléfono, y tarde, porque le molestaba para dormir...
Cuando el juez les preguntó porqué habían actuado así todos dijeron que pensaban que otro llamaría, que otro vecino bajaría o que no era asunto suyo...


Este interesante estudio que llevaron a cabo estos dos jóvenes psicólogos, tras el asesinato de esta mujer, dio como resultado esa conclusión. El ser humano se siente más fuerte en grupo, sólo si es para agredir... juntos no somos más compasivos, ni paradojicamente, más solidarios..¿Curioso, no?

Si alguna vez escucháis una agresión bajo vuestras ventanas... recordad a Catherine, tal vez una llamada, una simple llamada a tiempo, puede salvar una vida. Total, a la policía le pagan para eso... para comprobar que todo está en orden...

Un saludo,
Natacha.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Un juicio y una foto...


Imaginad, mediados de los años 60 en España. Dictadura franquista. Todo lo rojo (en su día encarnado) echa para atrás. Los comunistas (es decir los rusos) son poco menos que demonios con rabo.

Cualquier sospechoso de "rojo" es un posible detenido y retenido en los calabozos de la temida guardia civil de la época...


Una vez ambientado el tiempo y el lugar (Madrid), un 17 de julio, con un tremendo calor... quince días después de cuando estaba previsto el parto... una niña de tan solo 2 kilos 100 gramos decide que ya tiene que abandonar aquel lugar cálido y protegido para comenzar a vivir una vida mucho más incómoda e ingrata de lo que conoció hasta hoy....

Tras permanecer tanto tiempo de más en el vientre de su madre, nace como "bebé viejo" es decir, extremadamente delgada, con el cabello por los hombros y las uñas crecidas. De haber nacido hoy, habría pasado una temporada en la incubadora.... pero en la época no se estilaba...

Ya en la casa había un bebé anterior, precioso, rosado, gordito y el niño más inteligente y encantador que en la tierra hubiese existido...
Los padres por segunda vez se disponen a poner nombre a aquella cosita pequeña, diminuta y frágil.. y no se les ocurre otra feliz idea que llamar a la niña "Natacha" nombre descaradamente ruso y rojo, por demás....
A esto se le sumaba su momento del nacimiento.
Os cuento a los que no sois españoles, que el día 18 de julio era día de Fiesta Nacional. Fecha del levantamiento contra la república. Y todos los niños nacidos ese día eran "premiados" con 3.000 pesetas (mucho más que el sueldo de un mes).

Bien, pues dicho esto. Esta dichosa niña, ya comenzó molestando al régimen, a sus padres... es decir, a todos... nació el 17 de julio a las 23:30... Así que, por media hora, mis padres tuvieron un bebé que llegó sin pan bajo el brazo...

La niña se llamará "Natacha"...El cura puso el grito en el cielo. ¡No se puede poner ese nombre! ¡No es un nombre católico! Pobre niña...
Entonces...? pues pónganle Maria Natacha o Natalia, que es la traducción al español de ese nombre... si no, ni la bautiza ni la inscribe en el registro.

Tras deliberar, supongo, la decisión fue poner Natalia a esa escuchimizada criatura... que anda que no daba guerra nada más llegar...
Llevé el nombre de Natalia (aunque jamás nadie me llamó de esa manera) hasta hace unos 12 años que España admitió "Natacha" como un nombre normal... jaja. ¡Y yo que lo había llevado toda vida...! podrían haberme preguntado...


El proceso no fue facil.
Piden documentos, pruebas que demuestren que has utilizado ese nombre y las razones de porqué deseas cambiarlo ... Ningún familiar puede servir de testigo y has de convencer al juez de que el cambio de nombre no es un capricho...

Pensé... ¿cómo convencer a este buen señor de que jamás nadie me ha llamado Natalia? que ese nombre no significa nada para mi. Ni siquiera en el colegio se usaba. Nos llamaban con el tratamiento de señorita mas nuestro apellido... De ninguna boca salió "Natalia" para llamarme o nombarme...
Y, de repente "La luz se hizo..." jaja.

Encontré el documento irrefutable de que mi petición era justificada y junto con algún escrito, cartas recibidas de adolescente y mi invitación a la boda, donde por supuesto ponía "Natacha", adjunté esta foto... El juez sonrió con media comisura y, como en las películas, me miró y haciendo un gesto a su ayudante.... éste estampó el sello que hizo posible que hoy luzca, por fin, mi nombre.

Este es el documento que mi padre, sin saberlo, hizo hace muchos años... cuando en Madrid nevaba en invierno...

"Ponte ahí, anda" Me dijo mi padre, mientras garabateaba algo en el cristal trasero de un coche. "Que no quiero, papá.. jo, que no quiero" "¡¡Que te pongas!!" ...y esa malvada niña pensó... "Vale, me pongo, pero no pienso mirarte"... Si llego a saber lo importante que sería esa foto...


Y es que, a veces, las cosas cobran importancia al cabo de años, muchos años. Como el vino, como algunos amigos, como esta fotografía...
Un saludo,
Natacha.