"Nadie merece tus lágrimas... pero si alguien las merece, jamás te hará llorar..."
Anónimo.

jueves, 5 de marzo de 2009

Javier, desde otra mirada. (Por Luis Mariano)

Queridos amigos, mi primo Luis Mariano, hermano de Javier, del que os hablaba en el anterior post, me ha remitido un texto que me gustaría (tras su petición) compartir con vosotros.

Sabéis que Javier se quitó la vida el pasado 10 de enero en Madrid y ha dejado un gran reguero de sentimientos.
Es la primera vez que no soy yo quien escribe una entrada y qué mejor persona para saltarse esa norma, que mi querido primo Luis Mariano.
Aquí os dejo sus letras, íntegras, que desea poner en vuestro conocimiento y ofrecer para su debate.
Gracias por prestarnos vuestra atención, y ofrecer vuestros valiosos puntos de vista.
Un beso,

Natacha.


JAVIER, DESDE OTRA MIRADA…


"Quisiera dar otra visión sobre Javier, que recientemente nos dejó.

Pero antes que nada, y aunque no encontraré palabras suficientemente elocuentes, quiero dar las gracias, a todos lo que se han interesado por el articulo de Natacha, gracias por vuestro interés hacia la familia y en especial hacia él.

Javier tiene cuatro primas carnales, de las cuales Natacha es la menor, pero solo en edad.
De una manera especial, quiero agradecer a mi prima sus sentimientos por mi hermano Javier. Creo que nunca podré saldar la deuda que siento hacia ella.

No solo por lo que está escribiendo, divulgando y transmitiendo a muchas personas (con corazón) sobre Javier. Tanto en su profusión, como en su calidad.
Pero mucho mas que por su habilidad como comunicadora, por sus sentimientos, su sensibilidad, y el cariño y gran interés que está demostrando hacia su primo desaparecido, hacia sus tíos que han quedado destrozados, y hacia este hermano que os escribe desde el paso del desierto, en que se ha convertido la vida de repente.

Quisiera deciros, desde mi agradecimiento a todos por vuestras palabras, que desde el plano emocional y espiritual, es fácil sentirse identificado con lo que ha escrito Natacha, y toda esa gran familia que sigue este blog.

Sin embargo, las cosas pueden mirarse, y han de mirarse desde distintos ángulos.

Queridos amigos, avalado por el conocimiento de mi hermano, y por dos meses de investigaciones, quisiera que sepáis que Javier era una persona muy enferma. Aquejado de un mal muy grave, al que nadie ha sido capaz de vencer.
El nombre de esta enfermedad es : depresión severa o aguda.

Aquí más información sobre la Depresión severa

Quiero que sepáis, que él fue sin duda, el que más luchó con su enfermedad. Con fuerza, con tesón, con una inventada ilusión, por que en esas circunstancias, hay que inventarla ya que la enfermedad acaba con ella. No soy el único que opina así. Su ex pareja y su ex Psiquiatra, así lo han expresado también.

Por eso, y ante la reiteración de muchos, ante el pensamiento de juzgar o no a Javier, quisiera deciros algo.

Que existen otros puntos de vista distintos, y tal vez, no es a Javier a quien debemos cuestionar, porque quizás, muy posiblemente, Javier no era libre ni tenia capacidad para tomar las decisiones que en circunstancias normales, habría tomado.

Yo os digo, que el Javier de los últimos meses, no era mi hermano, era otra persona.

Si, sé que dicho así suena un poco fuerte. Tal vez es solo un recurso de escritor, para ver si sus lectores están atentos, y hacer que abran mucho sus ojos…

Aunque sé que es un recurso fácil, os pondré un ejemplo. ¿Alguno de vosotros ha conocido a alguien a quien, poco a poco, alguna enfermedad terrible haya consumido?
Aunque solo sea en el cine, o en un libro, podemos imaginar lo que pasa. Una persona fuerte, joven, llena de vida y energía, de pronto contrae una de esas terribles enfermedades, en las que poco a poco, esa criatura va desapareciendo día a día.

Cáncer, sida, anorexia… Es fácil imaginar a una persona que queremos, guapa o guapo, fuerte, alegre. Imaginar digo, como alguien que es así, que pesa 60 u 80 kilos, empieza a perder su cuerpo poco a poco, quedando finalmente postrado en una cama, con menos de 40 kilos, hasta que llega la hora, en que exhala su ultimo aliento.

Amigos, prima, eso es lo que he vivido yo con mi hermano, solo que me he perdido ver su ultimo aliento de vida, porque con las ultimas fuerzas que le quedaban, ha querido evitarme ese mal trago, que yo había pasado no hace mucho, con mi querido suegro, a quien vi consumirse día a día, hasta los últimos momentos de su vida.

La diferencia a sido que Javier no perdió tanto peso, no mermó tanto su cuerpo que solo perdió unos kilos, pero si lo hizo su mente. Y creedme si os digo, que es igual de terrible ver como se consume el cuerpo de una persona, que ver consumir su mente. Porque ya no es él, ya no es el Javier de siempre.
Esa mente ágil, trabajadora, despierta, inteligente, alegre, creadora, muy creadora. Un día se torna triste, apático y desinteresado por todo.

Queridos amigos, desde este otro punto de vista, no es la decisión de Javier, la que debemos cuestionar, si no la de todos los demás, y la hipocresía en la que muchas veces se encuentra inmersa, nuestra sociedad de opulencia y bienestar, aún en tiempos de crisis.

Javier estaba ligeramente enfermo hace mucho tiempo, uno, dos o tal vez más años. Con una enfermedad que, como la cirrosis, no da la cara hasta que, casi siempre, ya es demasiado tarde.
Nadie supo ver la enfermedad que él estaba contrayendo. Nadie fue consciente de ella, ni de las causas que la agravarían y acabarían por encender la mecha que detonaría la bomba final, el fatídico 10 de enero.

Igual que cuando se tiene hepatitis y no se trata puede acabar en cirrosis, sobre todo si hay complicaciones y agravantes, de igual manera, la enfermedad que padecía Javier sufrió complicaciones.
Complicaciones que para una persona sana, habrían supuesto un problema mas o menos grande, pero en principio superable, no letal, como terminó ocurriéndole a él.

Pero “su hígado” delicado de por sí, estaba enfermo, y los nuevos mazazos que recibió en su vida, fueron finalmente insuperables para el, para su enfermedad.

En la última fase de la vida de Javier, han ocurrido hechos que, por discreción, ya que afectan a otras personas, no pueden ser difundidos, pero que sin duda se fueron sumando a la balanza de su dolencia.
Hoy sabemos que estando ya bastante mal, una situación difícil en su trabajo, fue el desencadenante del principio del fin.

Repito, a otra persona no le habría ocurrido nada por ello, al menos nada insuperable, pero el estaba muy enfermo ya, y nadie supo verlo, y si alguien lo vio, no fue capaz de ayudarle.

Finalmente, llegó a la medicina convencional. Al principio y por varias veces, solo recibió por ayuda, una charla de 20 minutos y unos cuantos frascos de pastillas, que finalmente fueron los que acabaron con él.
No sabremos si estando en aquella fase, con otro tipo de ayuda habría podido superar o no la enfermedad, pero el caso, es que no tuvo esa ayuda.

Algunos, entre los que me incluyo, tuvimos conciencia de su enfermedad, pero nunca de su gravedad. Yo, pensé que la solución era ponerlo en manos especializadas, y que por parte de los demás, se sintiese arropado, apoyado, querido, protegido, pero evidentemente, me equivoqué y al resultado me remito.

La medicina occidental, en su mayor medida, se limita a dar fármacos al paciente, con eso, parece que ya estamos haciendo “todo lo que se puede” y nos quedamos con las conciencias tranquilas.
Es cierto, que Javier al final, dos meses antes de su muerte, recibió mucha y buena ayuda, pero tal vez esa ayuda llegó tarde… quien sabe…

Eso sí, nunca dejó de ser recetado con los medicamentos que son apropiados para estos casos.

¿Apropiados? Bueno, también en eso parece que hay diferentes opiniones.
Hay quien opina que esas medicaciones no sirven para nada, o para muy poco en muchos casos. Incluso, hay quien dice que son contraproducentes y pueden llegar a ser muy peligrosos, pues pueden inducir al paciente hacia intentos auto- destructivos.

Solo hay que leer el prospecto de ese tipo de medicación, en muchos de ellos lo dice bien claro. Es solo saber leer.

Puede ser al principio del tratamiento, ante una interrupción, al finalizarlo e incluso en un cambio de un tipo de medicación por otro.

Javier, estaba bajo tratamiento hacia meses, y en esos días, le estaba siendo cambiado el tipo de medicación.

Con esto no quiero inducir nada que pensar a nadie, pero estos son algunos de los hechos.
Otros, Javier era una persona muy bien informada (sabía leer muy bien), y sabía que un tiempo muy frío, ayuda a poder conseguir determinados objetivos. Yo ahora también lo sé, he investigado. Pero me pregunto si nadie más sabía ese detalle.

A veces, no nos damos cuenta que vivimos en una sociedad bastante hipócrita, que puede que sin darnos cuenta, nos envuelva y nos dejemos llevar. Es fácil dejarse llevar, por lo “generalmente establecido”.

Ahora yo me pregunto. ¿Es posible juzgar a un enfermo de sida o de cáncer? ¿Y a uno de hepatitis?
¿Es posible juzgar a Javier? ¿Y a las personas de su entorno? ¿Es cierto que esas medicinas son tan peligrosas? ¿Lo saben los profesionales de la medicina? ¿Saben leer esos profesionales?

¿Juzgamos, opinamos? Parece que para eso se han creado este tipo de espacios en internet.

Hablando de internet, para quien tenga interés y tiempo, he aquí un hilo del que tirar para llegar al ovillo.

Naturalmente, hay otros muchos.

Gracias por escuchar otro punto de vista. El mío es, que un enfermo de corazón, puede hacer muy poco por sí mismo ante una crisis.

Dicen que el cerebro es más complejo que el corazón, de hecho, hace tiempo que se puede trasplantar un corazón, pero no un cerebro.
¿Entonces?


Luis Mariano.

40 comentarios:

Amelie dijo...

Querido Luis Mariano, cuanta razón hay en tus palabras. Y te lo digo con conocimiento de causa pues tengo un primo hermano al que quiero mucho y que también está enfermo, como lo estaba tu hermano. Mi primo ha estado años muy mal, los médicos decían que era depresivo, lo tenían medicado, intentó suicidarse en varias ocasiones. La última vez casi lo consigue, estuvo en coma profundo varios días. Pero salió adelante. Aquí no había sitios donde ingresarlo, lo ingresaban en el psiquiátrico y él que era depresivo al ver a los demás cómo estaban se ponía peor todavía pensando que estaba igual. Mis tíos lo llevaron a Pamplona y lo internaron en una clínica privada especializada, allí le dijeron que tenía un trastorno bipolar, y dieron por fin con una medicación que le iba bien. De eso hace años y a día de hoy está "bien", no ha vuelto a intentar suicidarse, conoció a una chica, se casó, tiene una niña. Y lo jubilaron por enfermedad en el trabajo porque lo cierto es que está muy medicado. Los cambios de estación le van fatal. Pero está "bien", él dice que está feliz, mejor que nunca. El año pasado lo tuvieron que internar una semana pues empezaron a notarlo mal. Pero sabiéndolo llevar, que no le falte su medicación, que estén muy pendientes de él, que no mezcle las pastillas con alcohol ni cafeina, que duerma sus horas, y esas cosas, pues va tirando y ya nunca más ha vuelto a intentar hacer nada parecido. Pero estoy convencida de que si no hubiese conocido a la que hoy es su mujer y sin la ilusión de su hija, no estaría como está hoy. Además el no tener problemas económicos, haberse podido jubilar por enfermedad. Y tener estabilidad emocional. Yo no puedo decir que mi primo esté curado ni muchísimo menos, se tiene que medicar de por vida, pero puede hacer una vida medianamente normal.

Siento en el alma que en el caso de tu hermano no haya podido ser así.

Te mando un abrazo muy fuerte y mi más sentido pésame.

Soñadora dijo...

Luis Mariano, supe lo de Javier por Natacha, y sentí una pena muy profunda de imaginar lo que él habría sentido para tomar esa decisión. Ahora que tú cuentas estas cosas, la historia cobra sentido.
Creo que nos cuesta entender y asimilar como enfermedades aquellas que atacan al alma y no al cuerpo, y la depresión es una de ellas. A veces no le damos la debida importancia y como bien dices, pensamos que con la medicación se le está dando solución, pero hay que ir mas allá, quizás llegar a la raiz del problema , a aquello que causó la depresiòn, y hablarlo, escuchar al que lo sufre , darle compañía, amor y consuelo.
Probablemente la historia de Javier ayude a muchas personas que atraviesan por algo parecido, o tienen un familiar que pasa por algo así. Confío en que él ahora descanse en paz y ruego por la tranquilidad de ustedes, sus familiares cercanos.
Te mando un fuerte abrazo.

josef dijo...

Estimado Lus Mariano, tus palabras, los hechos que nos cuentas los sé de memoria. son la repetición casi exacta del suicidio de mi hermano que tuvo lugar van a hacer ahora an mayo 17 años. todol qe dices que tu hermano ya no era el mismo sucedió con el mío, los cambios de fármacos, el hígado que lo tenía mal.Mi hermano era reportero gráfico y todo empezó tras un viaje que hizo a Guinea Ecuatorial, cogió la malaria, lo cual le debilitó supongo, luego se le detectó hepatitis B que también tenía su ex mujer... en fin fueron un cúmulo de desgracias que tuvieron lugar una tras otra. Laúltima vez que lo vi le recmendé que cambiara de psiquiatra, pero él me miraba con unos ojos diferentes... él ya no estaba, creo que se marchó mucho antes de suicidarse. No sé días antes, semanas...

Siento mucho lo de tu hermano, sospecho e intuyo por lo que tu familia y tú estçais pasando. sólo te diré algo ya nunca podrás olvidarlo. Recuerdalo como era y piensa que todos nos reuniremos alguna vez en elmismo lugar. Vive por él, no te arruines cmo hice yo por unos años, sal adelante. Natacha es una mujer excelente, a ella también van dirigidas estas palabras de ánimo. Un abrazo muy especial a los dos. Hasta siempre!

isis de la noche dijo...

Mi querida amiga... Todos nos hemos unido a tu dolor, de una u otra forma; no solo porque nos eres muy querida, sino porque uno no puede evitar conmoverse ante ciertas circunstancias que podrían pasarle también a uno, o a un ser querido...

Esta enfermedad de la que nos habla tu primo es parte de una serie de trastornos que, si bien tienen mucha relación con la configuración de las pautas psicológicas que determinan nuestro comportamiento y actitudes, poseen un trasfondo mucho más profundo.

Todo lo que ha dicho tu primo sirve para confirmar que la salud de una persona no puede ser asumida de forma aislada, pues las emociones, los pensamientos y el cuerpo están íntimamente ligados y, ante cierto tipo de dolencias, que claramente afectan a las emociones y al cuerpo, un tratamiento integral es imperativo.

Se puede influir en el cuerpo curando las emociones y viceversa... Lastimosamete, este es un hecho que a la medicina convencional se le olvida... Pero la verdad, amiga, es que la psiquis de una persona es un universo insondable... y para comprenderla o, por lo menos acercarse a ella de manera efectiva, es necesario considerar que más allá del cuerpo y la mente está el alma... esa parte incorruptible que solo puede obrar mediante el despertar de la conciencia.

Ante situaciones de la vida que no podemos cambiar, no nos queda más que la aceptación, que viene con el tiempo... Pero si de algo nos tienen que servir estas desgracias, es para tomar un poco de conciencia acerca de lo complejo que es el ser humano y abrir nuestra mente hacia formas más amplias de entendernos a nosotros mismos.

Por eso siempre me ha parecido que es imprescindible tener un centro, un eje, un soporte espiritual que nos mantenga firmes en medio de cualquier tormenta. Hay enfermedades -y se ha comprobado que la mayoría de estas son trastornos psíquicos- que se relacionan con un vacío existencial cuya fuente o causa no se puede determinar... He leído acerca de la enfermedad de tu primo y he hallado que puede tener origen en un desequilibrio en los neurotransmisores cerebrales. Y pienso que es posible que así sea, o también es posible que este desequilibrio sea uno de sus efectos, pues como se ha comprobado en estudios recientes, incluso estas sustancias responden a los pensamientos, los cuales provienen de una fuente desconocida, cuya existencia no puede ser comprobada pero que, sin duda, existe.

Tal vez todo se refiera al campo de la conciencia, como es la conclusión a la que una ciencia más integral y amplia nos está conduciendo...

Como muy bien lo dice Luis Mariano, hay misterios tan grandes que nos hacen plantearnos tantas inquietudes... Y es impensable pretender emitir juicio alguno, pues nadie sabe lo que otra persona siente, no solo hasta ponerse en sus zapatos, sino hasta haber caminado por lo menos unos pasos con ellos...

En fin, amiga... Si compartir estas cosas nos da fortaleza y nos permite comprender y aceptar las circunstancias difíciles de la vida, pues para eso estamos quienes te ofrecemos de manera sincera y desinteresada todo el cariño de nuestro corazón... El cual te lo reitero una vez más, a ti y a tu primo Luis Mariano, quien ha abierto su corazón de manera tan sentida...

Y a Javier, dondequiera que esté, una plegaria... por su alma.

Adelante, amigos... que solo el tiempo lo cura todo.

UN ABRAZO INMENSO...

mariajesusparadela dijo...

Javier ya no está. Su crisis ha dejado de serlo. Ninguno tenemos capacidad para juzgarlo.
Ahora sois vosotros, los que estábais a su alrededor los que teneis que asumir que hicisteis todo lo que `pudisteis.
Las decisiones de otros son de otros. Nada habría podido cambiarlas.
Animo a Natacha y a ti.

Mar dijo...

Creo que de alguna forma los farmacos han dejado alguna huella en cada uno de nosotros... ¿como saberlo ahora? ¿que podemos hacer?

Creo que ya esta todo hecho y son cosas que no podemos demostrar, es bien cierto que esta sociedad no es todo lo justa que nos gustaria.

Luis Mariano, me ha conmovido leerte ya que me has hecho recordar cuanto sufrimiento tuvo que pasar mi suegra por algo parecido, unas pastillas le deshicieron el higado...solo que ella no decidio sobre su vida, sufrio hasta el final.

Ahora tienen alas y no estan sujetos a medicinas, ni depresiones, ni nada por el estilo, por mi parte solo decirte que les dejemos volar...

Besitosssssssssss

Anónimo dijo...

Querído Luis Mariano-no te conozco-sí a Natacha (no en persona, no he tenido esa suerte) por lo que escribe, cómo lo escribe, la cantidad de sentimientos que sabe transmitir e imagino que tú, como primo suyo y hermano de Javier, sabes bien de lo que hablas y comprendo perfectamente vuestros sentimientos y este punto de vista que nos transmites.

Además comprendo e imagino los sentimientos de Javier (es la primera vez que voy a confesarlo y la última) porque un día estuve a punto de hacer lo mismo, sería muy largo explicar por qué, pero puedo decir porque no: sólo me retuvo el pensamiento de mi hijo: ¿cómo supera eso un niño de 10 años, cómo le hacen entender que él no tuvo la culpa, cómo...?

Cuando algo es físico, todo el mundo se lo cree, pero cuando no lo es los médicos "no te hacen caso" y llega un momento en que no puedes ver una luz en el tunel y ya es tarde, demasiado tarde, salvo que algo muy fuerte consiga reternerte. Entonces sólo tú busca esa luz.

Los médicos te mandan pastillas de todo tipo con demasiada ligereza: ¿cómo es posible que le den el "arma" a quien no quiere estar aquí? ¿porq qué son tan torpes? es muy cómodo, creo yo, no entrar en el fondo de la enfermedad; no hacen pruebas, no preguntan, se limitan a medicarte y a decir "no puedes seguir así"... Sinceramente, me indigna esa postura.

No quiero extenderme más, pues sería un rollo; sólo deciros que comprendo vuestros sentimientos, sus razones (aún sin conocer el fondo) y ya, y que un beso enorme y todo mi apoyo. Me quedo sin palabras...

Mil besos

roxana dijo...

Lo comprendo totalmente, tuve dos casos en mi familia de depresión y otras cosas... Cuando decia, pues me daba cuenta yo!, que no soy médica, de que iban por mal camino, nadie me escuchaba realmente. Es que a las depresiones no se le dan bola, si! al cancer o enfermedades terminales del cuerpo, pero las del alma o de la "cabeza" como no son visibles, se niegan en la mayoria de los casos y los medicos no saben tratar ciertas enfermedades mentales sino es a traves de pastillas!! y mas pastillas y reforzar las pastillas. Una lastima, se podrian evitar tanos suicidios si vieramos y pudieramos sentir que algo les pasa y es GRAVE, igual que un cancer.
Es untema que me toca muy de cerca como a vos! y en mi caso tampoco se hizo mucho, pues se NEGO!!! y termino muy mal tambien. Por eso creo que cuando vemos el semaforo en amarillo, antes que se ponga en ROJO, debemos hacer todo lo qu este en nuesytro alcance y COMPROMETERNOS Y HACER QUE LOS QUE PUEDAN HACER ALGO LO HAGAN !!!! Uno a veces esta solo y ensima de luchar con la enfermedad de un hermano debe luchar para concientizar a los que lo aman y no saben que hacer, y lo mas facil es depositarlo en medicos o manos de entendidos y en el fondo el AMOR REAL Y COMPROMETIDO HASTA EL FINAL, HACE QUE SE PUEDA SALVAR UNA VIDA O POR LOMNEOS QUE LA PUEDAN SEGUIR TRANSCURRIENDO. Un beso y lamento lo de tu hermano mucho!!!
Roxana

I. Robledo dijo...

Es muy dificil ponerse en el caso de la persona que toma una decision de este tipo, pero creo que es indudable que alguien que decide actuar asi no es en absoluto libre. Algo, quien sabe que, me imagino que cada caso sera distinto, se ha comido antes su libertad.

No se puede decir que alguien sea libre cuando todo se le ha derrumbado, al menos en su mente, y no ve solucion a su vida.

Ojala esta experiencia tan terrible tenga la consecuencia de que todas las personas de vuestra familia os sintais mas unidas. Ojala sea asi.

Os envio un fuerte abrazo

Luismi dijo...

una de las cosas más difíciles de este mundo es ponerse en el lugar del otro y comprenderle...

Genín dijo...

Uff! Podria escribir largo y tendido despues de leer el post de tu primo, y enterarme de suenfermedad, pero como cada cabeza es un mundo, prefiero hacer un copipego de mi comentario y reiterarme en lo que ya dije:

"Has tocado un tema por el que siempre he tenido un profundo respeto.
Esas decisiones son sagradas y únicamente conciernen a quienes las toman, únicamente, por mucho que los que queden aquí sufran.
Sea como sea, el ha tenido que sufrir mucho hasta llegar a tomar esa decisión, mucho, y al tomarla y llevarla a cabo, al fin dejó de sufrir y descansó, que es lo que yo le deseo: DESCANSA EN PAZ.
Besos y salud

26 de febrero de 2009 21:18"

Bowman dijo...

Con permiso de Natacha, me dirijo a Luis Mariano.

Luis, te entiendo más de lo que crees. Me tocan muy de cerca muchos de los ejemplos que comentas, desgraciadamente.
Es una lástima que no quiera entrar a comentar directamente los hechos, pues corresponden a personas (seres queridos y cercanos) por respeto a su privacidad. Sus enfermedades son suyas y a mí sólo me tocan de rebote.

Baste decir que he convivido con la depresión (varios niveles y formas), el cáncer, la ansiedad, la anorexia, los intentos de suicidio... y por supuesto, con psiquiatras, psicólogos y con medicaciones. Con algunas de estas cosas no hablo sólo en pasado; aún colean.

Tengo la buena (o mala) suerte de sufrir todo ello como simple espectador, pero con plena implicación, porque todo salpica (y duele) en el amigo, hermano, primo, padre o pareja del enfermo. Es decir, que mi posición sería parecida a la vuestra (Natacha y Luis Mariano) siendo Javier el enfermo.

Como estoy de acuerdo en casi todo, lo obviaré y me concentraré sólo en el punto sobre los que podríamos discrepar (basándome sólo en experiencia empírica personal, necesariamente sesgada, evidentemente).

Discrepo, digo, en el rechazo a los medicamentos que parece transmitir tu texto. Tambien he tenido (siempre indirectamente) mis problemas con ellos. El problema real con este tipo de enfermedades no es que busquen el tratamiento fácil, sino que los médicos no tienen ni idea de por dónde se andan. Nada se sabe en realidad de ellas, sólo hay corrientes de pensamiento, teorías... algunas diametralmente opuestas.
El médico, por tanto, sólo puede dar palos de ciego.
He tenido que administrar diferentes medicaciones a diferentes personas. Esas medicaciones han debido cambiarse multitud de veces, mezclarse con otras, interrumpir tratamientos, etc. Una locura.
Tambien he sufrido psicólogos/as ineptos/as, terapias desastrosas...
Hasta el día en que coinciden la medicación correcta y las terapias adecuadas. Ese día, ves la luz.
Cada persona es un mundo. Por tanto, estamos condenados a que los médicos encuentren la solución por el método de prueba y error. Desgraciadamente, no siempre a tiempo.

A veces la medicación no sirve para curar la enfermedad, pero es necesaria para reparar los daños que ésta causa. Por ejemplo, en el caso de la anorexia, no es sólo el cuerpo el que deja de alimentarse, tambien el cerebro. Algunos de los destrozos allí causados pueden ser crónicos y es necesario suplementar.

Ya son años sufriendo (por poderes, podríamos decir) así. Ni el santo Job tendría tanta paciencia, pienso a veces.

Agradezco a la casualidad o a lo que sea (soy un recalcitrante y cansino no-creyente) el haber tenido más suerte que otras personas y, paso a paso, esfuerzo a esfuerzo, año tras año, haber podido acompañar a mis seres queridos en su caídas, sus levantadas y su solución (total o inminente). Por eso me sentí tan mal (hasta culpable de egoismo) cuando me enteré por Natacha de que otros, vosotros, no habíais tenido la misma suerte.

Sólo quiero añadirte que debes alejar de tí cualquier posible pensamiento de culpa, por pensar que no se hizo lo suficiente o que se hizo algo mal. Como tú bien expones, es la enfermedad la única culpable. En mi experiencia personal he sentido muchas veces esa sensación de impotencia o ineptitud pero, a toro pasado, me he dado cuenta de que las pequeñas cosas que no tenemos en cuenta han aportado su beneficio. Habéis estado con él y eso él lo valoraba, tanto si lo expresaba como si no.
Hay ciertas enfermedades que alejan a la gente. Sólo con estar a su lado ya le estáis dando lo que la mayoría de la humanidad le niega. Incluso ahora que ya se ha ido.
Eso cuenta. Su acción es lenta, como la de un glaciar, pero fuerte.

Un abrazo a ambos, Natacha y Luis Mariano.

Salvador Pérez Alayón dijo...

No había comentado tu reflexión sobre la muerte de tu primo Javier, pero ahora, casualmente, me he metido y he visto la reflexión de Luis Mariano, su hermano, y he leido los dos, el tuyo, Adri, y el de tu primo.
Lo primero que surge en mi mente es elevar mi oración al PADRE para que nos ilumine y nos enseñe el camino a seguir. Lo segundo, rogarle por el alma de Javier, para que como PADRE infinito y bondadoso tenga misericordia de su hijo.
Y luego, a la luz del ESPÍRITU recuerdo las palabras del SEÑOR: no juzguen y no serán juzgados. Primero, porque no sabemos, ni podemos hacerlo: todo sería hipocresía y falsedad. Nadie puede leer el interior de otra persona, ni siquiera el suyo propio. Y segundo, creo que hay momentos en que nuestros actos no nos pueden ser imputados porque no son producto de nuestro razonamiento, sino de una realidad que está distorsionada en nuestro interior.
Sin embargo, mi experiencia y creo lo verdaderamente importante es, que nuestra referencia es nuestro PADRE, infinitamente bueno, está a su lado y es QUÍEN sabe realmente lo que pasó y su misericordia es infinita y nos ama y perdona. Esa es nuestra esperanza y la que nos da la alegría de esperar que nuestro hermano Javier, como reflexiona Adri, está en estos momentos en la presencia del PADRE bueno que a todos nos quiere y espera. Hasta cierto punto, precisamente en esto, lo envidio.
Un abrazo para ti Adri, tus primos y familia.

Salvador Pérez Alayón dijo...

He confundido tu nombre, Natacha, con el de adrisol, pues hay momentos que me cuesta identificar los blogs: "campos de sueños" de Adrisol y "y la luz se hizo" el tuyo. Perdona el equivoco y lee donde dice Adri, Natacha.
Un abrazo.

Unknown dijo...

me emocionó tu carta, porque está escrita sinceramente y desde el corazón.
nunca sabemos como vamos a reaccionar hasta que no nos pase.
nadie tiene el derecho a juzgar a otra persona por las acciones que hace, el que lo hace es para estar ocupado afuera en vez de ocuparse adentro.
estoy segura que cada uno habrá hecho todo lo posible para ayudarlo, sólo él y nadie más que él, supo porque llegó a esa instancia.
hay personas que ante enfermedades graves luchan como fieras y otros soportan hasta que dicen basta.
una enfermedad física agravada con una psíquica, me parece que es un cóktel difícil de digerir.........
mi hombro para tí, cómo lo hice con natacha, para lo que sea, claro!!
un abrazo y mucha fuerza, la vida continúa a pesar de la muerte

Unknown dijo...

Arrastrada por Natacha con su visita a mi blog he aterrizado aqui.
Me atrevo a comentar porque vivo en primera persona una enfermedad... de esas que denominan "raras", por suerte, la mia, estoy muy bien...
Me quiero empatizar con vosotros, con lo que habéis pasado, muy duro!!
No se puede juzgar a nadie ni criticar ni nada porque no sabes qué harías tu en la misma situación... es muy difícil.. lo único que sé es que aún estando enfermo, sin salida, hay que luchar, intentar mirar siempre el lado positivo y seguir... luchar... disfrutar... (ya sé que todo esto suena bonito, pero es lo que por lo menos a mi me hace seguir bien)
Me uno a vuestro dolor, yo perdí a mi padre cuando tenia 16 años, y lo vi ... y lo vivi... y por él todos los dias sigo aqui...

Un abrazo y un beso muy fuerte para vosotros.

Marinel dijo...

Luis Mariano, entiendo perfectamente tu decisión de poner los puntos sobre las íes...
La depresión es una muy grave enfermedad, que para nada debería ser cuestionada, y mucho menos crticada.Es una enfermedad terrible que hace que la gente que la padece,como muy bien has descrito tú, se deteriore cerebralemente, y eso es tan terrible como si el deterioro es físico debido a otra enfermedad.
Conocí a una chica con este problema, que hablaba constantemente de que la vida mejor era la no vida...asustaba escucharla y verla luchar contra esos duendes que se alojaban en su cerebro...aterrador.Era una buena amiga y no llegó a suicidarse,pero porque un accidente de coche acabó con su vida...
Es horrible no saber cómo ayudarla y sentir que su familia se desmorona...
En fin, que es terrible...igual que cuando se te muere alguien de cáncer...lo mismo...tanto de una como de otra enfermedad,jamás olvidas el inmenso dolor que te corroe...
Así es esta vida de dura a veces...
Muchos ánimos para continuar adelante.
Besos.

Unknown dijo...

Creo que todo está dicho. Sólo reafirmarme en lo que le dije el otro día a Natacha, efectivamente, no somos nadie para juzgarlo.

Un fuerte abrazo

Geni (Maria Eugenia) dijo...

Creo que después de todo lo que han dicho, no hay mucho que decir,mis sentimientos en este momento están contigo,lo sentí mucho cuando me entere, y me pongo en tu lugar, pues yo he pasado por lo mismo así que, solo recordar los buenos momentos con él olvidar los menos buenos.
Un Beso muy grande para ti.

Leznari dijo...

Hola Luis, tu articulo me ha impactado, por desgracia el mismo día que falleció tu hermano, también falleció mi padre y me hago tantas preguntas......
Es cierto que nunca nos damos cuenta o no queremos darnos cuenta de la enfermedad que nos rodea ante nuestros familiares, también es cierto que la depresión es la enfermedad del futuro, una jodida enfermedad que como bien dices no dá la cara hasta que no está plenamente metida en la mente y claro....nuestro cerebro es tan rebuscado...que nunca llegamos a poder ayudar a nadie porque ya esta carcomido y no se puede curar.
Un cariñoso saludo y un beso muy fuerte para mi niña.
LEZ

Unknown dijo...

Puede tener toda la razón Luis Mariano en esta publicación, pero siempre he sido respetuoso sobre este tipo de situaciones, donde se hacen conjeturas y suposiciones, pero como había dicho en el post anterior querida amiga, yo no he juzgado ni juzgaré a Javier, sólo mi corazón me dicta que debo tener respeto y decir Javier Descansa en Paz.

Mis respetos a toda tu familia y un gran abrazo Natacha.

Marta dijo...

Que la ciencia solo sabe de ensayos y errores, es cierto. Pero muchas veces, resulta efectiva.
Puedes creer que no se ha hecho lo suficiente... y eso solo sirve para agregar dolor.
Es difícil entender por qué pasan algunas cosas, y mucho más difícil aceptarlas.
Quién sabe... tal vez él, sin saberlo y mucho menos pretendiendo hacerlo, está cumpliendo una misión de servicio. Enfrentándonos a todos con el tema. Para reflexionar, para sanar nuestra indiferencia, nuestra propia apatía cotidiana, para con nosotros mismos y para con nuestro entorno.
Para darnos cuenta de valorar aquello que tenemos e ignoramos. Para vivir el presente sin olvidar que en el horizonte siempre, cada mañana, vuelve a salir el sol.
Un abrazo a ambos, desde el corazón.

RAMPY dijo...

Hola Natacha, tienes varios premios en mi blog. Puedes recogerlos a partir de mañana martes
Un rampybeso
Rampy

M@R dijo...

HOLA,,,
LEEI TODO Y ME ENTERE DE LO SUCEDIDO, LAMENTO ESA SITUACION,,,
NO QUIERO OPINAR POR QUE CADA CABEZA ES UN MUNDO,,,

ABRAZOS,,,

Eugenia Maru http://lulurulitos.blogspot.com dijo...

Luis Mariano, te entiendo perfectamente. Yo he ido y venido del infierno varias veces. Ahora he logrado mantenerlo a raya con mucho tratamiento y muchos medicamentos.

La pérdida ha sido grande, pero imagino, el infierno que él tiene que haber sufrido.

Un abrazo grande grande

Luis Mariano dijo...

Gracias.

A veces, decir gracias nos sabe a poco, pero es que no es fácil, ni resumir, ni explicar. Me refiero a nuestros sentimientos.

En primer lugar, gracias una vez mas a Natacha, mi prima. Se que no es algo habitual publicar algo de otra persona, en un espacio tan personal como este. Gracias por esta excepción Natacha. Yo siempre digo, que hay excepciones que merecen la pena.

Gracias a todos los que habéis leído sobre mi hermano, sobre el primo de Natacha, aún sin conocerlo. Es más fácil agradecer y compartir con los que habéis contestado a estos dos últimos artículos, el de Natacha y el mío. Pero no quiero dar menos importancia a los que lo han leído con interés, aunque no hayan dejado su comentario, mi sincero agradecimiento también a los más discretos.

He de decir que me ha sorprendido, impresionado, y claro, agradado mucho, la gran implicación que habéis tenido con vuestros comentarios.

Por lo que he leído, algunos de vosotros os identificáis mucho con esta historia, porque por uno u otro motivo, os toca muy de cerca.

Normalmente, nos gusta coincidir con otras personas, identificarnos con algo en común. Quiero deciros, que en este caso siento mucho, que algunos de vosotros os identificáis de esta manera, con este echo.
Lo siento, porque eso significa que tenemos que coincidir en un tema tan duro como el que Natacha y yo hemos pasado, y hemos querido contar. Ojala coincidiéramos en otras mas gratas.

No obstante, quiero que sepáis que es un gran alivio, y una gran ayuda, sentir que incluso personas que no te conocen, se implican de esta manera tan estupenda, como todos vosotros lo habéis hecho.

Mi más profunda gratitud a todos. Es una alegría, dentro del dolor por los hechos, comprobar que el ser humano es algo maravilloso, como dejáis patente con vuestra presencia en este medio.

Me alegro del esplendido espacio que mi prima creó un dia aquí, y me alegra ver que existe este vínculo que ella ha propiciado entre todos.

Siento mi tardanza en escribir estas nuevas palabras a todos vosotros. Mi deseo habría sido hacerlo el primer dia, en cuanto empecé a leer vuestros comentarios. Pero hay cosas que solo se pueden decir, si la cabeza, el corazón y el ánimo se ponen de acuerdo, y eso no ocurre todos los días…

Deseo, que se haga la luz, y que este rincón tan especial, recoja solo alegrías, y apoyo para todas las personas que lo necesitan, pues todos, en un momento u otro de la vida necesitamos de los demás, y algunos, cada dia…

Muchas gracias.

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Amelie,

Gracias por contarme de tu difícil experiencia, gracias por compartirla conmigo.
Espero y deseo, que tu primo siga “bien”, y los que están a su lado sean felices cada dia.

Muchas gracias.

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Soñadora,

Gracias por tus palabras, estoy de acuerdo contigo y yo también espero que esta enfermedad sea cada vez mas conocida y admitida por la sociedad. Tal vez así podamos ayudar mucho mejor a quienes la padecen.


Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Moderato Dos josef.

Gracias por compartir esa parte de tu vida con nosotros. Lamento, (como he dicho en general) que tengas que saber y haber sentido en carne propia este problema. Gracias, porque me ayudas a saber que no he perdido “el norte”.

Cuídate, y aquí nos tienes.

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Isis de la noche.

Hermosas y sabias palabras, acompañadas de una pluma ágil y precisa. Gracias por tus deseos, reflexiones y comentarios.

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Mariajesusparadela, Mar, Antiqva, Luismi, Genin, Sensaciones, Marta,

Gracias por vuestra compañía, apoyo y comprensión.
Es un placer y una inestimable compañía.

Os deseo lo mejor.

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Querida Reina y querida Roxana,

Mi más sincero agradecimiento. Siento vuestra indignación a trabes de vuestras palabras. Me emociona, (tengo que confesarlo), que unas palabras mías os motiven a hacernos participes de algo tan profundo y tan privado.
Reina, me alegro infinitamente, de que superaras el bache. Seguro que nunca tendrás otro, pero también que tu hijo, tenga la edad que tenga, siempre te necesitará.

Para lo que necesitéis,

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Bowman,

Gracias por aportar tu conocimiento, y lo que parece una larga y dura experiencia. Mi más profundo respeto, para alguien con tu capacidad para aguantar situaciones tan duras como comentas.

Tampoco es que yo esté totalmente en contra de las medicinas, es solo que no todo se cura con eso, ni todo el mundo. Pienso, que no son malos los “protocolos” de la medicina occidental, pero así mismo, cada persona es un mundo, y también puede serlo su enfermedad.

Muchas gracias por tus comentarios, no dudes que los valoro en lo que valen, y que no caen en saco roto.

Recibe un abrazo.
Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Salvador Pérez Alayón,

Gracias por tu reflexión y consuelo. Verdaderamente, envidio a las personas con esa gran fe. A parte de otras muchas cosas, sin duda, tienen la gran suerte de encontrar consuelo con más facilidad.

Por suerte o no, donde yo mas consuelo encuentro es en vosotros, las personas que componéis este milagro que llamamos ser humano.

Gracias de corazón.

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Adrisol,

Gracias por tus palabras, por tu emoción y por la fuerza que con ellas trasmites.
Natacha me ha prometido que pasado este “calvario”, el próximo post o articulo como me gusta decir a mi, será mas “positivo” y nos ayudará a levantar el animo a todos. Una gran mujer y gran alma, esta prima mía.
Y tu también Adrisol.

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Marinel,

Gracias por expresar tan bien y con tan pocas palabras. Gracias, porque tu también me haces sentir que no soy un marciano, y que hay otras personas, como lo eres tu, que entiende perfectamente lo que yo entiendo, y que siente de modo muy parecido a mi.

Eso, a veces es impagable…

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Geni,

Gracias, y siento mucho (como comenté en general) que existan otras personas que han tenido que pasar por lo mismo, como ha ocurrido contigo...

Si, pensar en los buenos momentos, es una buena forma de protegernos.

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Lez,

Lamento mucho que situaciones tan tristes nos unan. Estoy muy de acuerdo, y siento como tú sientes.
Gracias por tu testimonio.

Luís Mariano.

Luis Mariano dijo...

Maru,


Mi hermano tenía una amiga, con más de 20 años de depresiones a sus espaldas. Cuando el estaba bien, ella me ha dicho que el la apoyaba, hablando y haciendo yoga juntos. En sus últimos meses, se que ella es una de las personas que han ayudado mucho a mi hermano.
Parte de mi conocimiento se lo debo a ella. Esta mujer, ahora esta muy ilusionada, ha buscado y encontrado nuevos caminos y terapias, que quería compartir con el.

Si crees que puede servirte de algo bueno, puedo pedirla que contacte contigo. Si estas interesada, solo con que digas soy Maru del bog de Natacha, ya sabré quien eres. Puedes hacerlo en el mail buscandoajavier@gmail.com

Te deseo todo lo mejor. En cualquier enfermedad, hay que buscar y buscar, hasta dar con el/los profesionales y terapias que puedan ayudarnos. No te rindas nunca, y mucha suerte.

Gracias.

Luís Mariano.

Anónimo dijo...

Hola, la vida de cada hombre, solo es parecida...Javier sencillamente no encontro razón para estar aqui.
Para mi la depresión es el desencuentro entre lo que vivimos y lo que nuestro ser anhela...Muchos de nosotros malvivimos, es dificil de explicar,de la misma forma que rodeados de gente aveces nos sentimos solos y alreves...Cuando el alma anhela la marcha no escucha no mira busca la escusa más corta y deja todo lo que le rodea,no debes darle vueltas Luis Mariano, el alma de Javier vuela hacia nuevos horizontes.