Soy demasiado buen invitado, para tan mal anfitrión.

Esta mañana me levanté pensando que de hoy, no pasaba... que tenía, al menos, que alzar la voz en contra de lo que un país como China, está haciendo en El tibet.

No puedo mirar para otro lado. Ya no. Personalmente, creo que cada grano de arena, cada gota de agua, cuando se juntan adecuadamente, hacen una hermosa la playa y un bonito mar.

Disponemos de un medio de comunicación libre, en nuestras manos. Que utilizamos a diario para mandar mensajes de amistad. Que hablábamos de ello, hace solo unos días, aquí mismo. De cómo éramos capaces de empatizar con otras personas, totalmente desconocidas a través de la red... pues bien ¡Utilicemos este medio también para protestar! No se puede permitir que se asesine vilmente a (13 víctimas según Pekín, mas de 100 según testigos) personas inocentes, pacíficas que se manifiestan por la calles de su ciudad pidiendo libertad y justicia.
Qué pasa, que como China es, potencialmente, el comprador mundial, como tiene una población a la que el resto del mundo quiere hincar el diente de las ventas y la economía, ¿Hay que decir amén a lo que hagan...?

Pues me niego a entrar en ese juego, me niego a asistir con la boca callada y ver como los gobiernos del mundo permiten, por omisión y silencio, al asesinato y la invasión de un pueblo por parte de otro, sin decir ni palabra, por intereses económicos, políticos o de la índole que sean.
Es seguro que mi voz no se escuchará prácticamente en ningún lugar, que mi grano de arena , mi gota de agua, en definitiva, mi blog no servirá de nada... pero somos muchos, muchísimos los que podemos gritar ¡No! al asesinato impune, no a la crueldad ni a la opresión de un pueblo pacífico como El Tibet. Y sobre todo ¡No! a permitir que nuestra élite deportiva sea recibida por un anfitrión que impunemente, y a la vista de todos, comete estas atrocidades (además de otras ya conocidas en su historia reciente).

No puedo sacarme de la cabeza aquella fotografía que dio la vuelta al mundo, de un pequeño hombre hecho de carne y hueso, como nosotros, que se plantó delante de un tanque, que con un leve movimiento de pié o dedo de la persona que se parapetaba dentro, habría acabado con su insignificante vida... Un símbolo de poder absoluto. La fuerza desmedida de aquella máquina de matar, quedó clavada en el suelo frente a la mirada desafiante, valiente de aquel hombre que nos dio una lección de valentía y coraje a todos. Que nos mostró que uno sólo puede, en un momento dado, parar el mundo.(revuelta de Tiananmen en 1989 en China).

Aquella imagen me dice que hoy también puedo intentarlo, puedo pedir que se pare el mundo. Seguramente nada conseguiré, pero estoy en mi derecho de alzar mi voz en su contra, de pedir que se paren los tanques... que dejen de matar inocentes y que tengamos que verlo en la televisión, como el argumento de otra nueva película.
Puedo hacerlo, y lo hago, aunque no sirva para nada, aunque nadie me escuche y aunque nadie me apoye. Mi conciencia me lo pide... y si traiciono a mi conciencia, me traiciono a mi misma... y ¿se podría caer más bajo?
Pero si os pido, a quien lo desee, que toméis esta imágen que pongo a continuación, que he tomado como símbolo y que ya se ha utilizado en Francia para expresar repulsa sobre lo que está ocurriendo en El Tibet.

Voy a colgar esta imagen en el lateral de mi blog y voy a expresar que no quiero que un país que mata y asesina con ese descaro organice unos Juegos Olímpicos que significan la competición limpia de personas que dan su vida por el deporte. Que quieren medirse de forma pacífica con otros seres para determinar, en una participación cordial, quién está mejor dotado y quién se preparó mejor, para mostrar al mundo como podemos superar barreras y competir sanamente.
Ya lo dijo la archiconocida frase del Barón de Coubertain: "Lo importante es participar"... Pues bien, yo no participo con este país. Me niego ha hacerles el "juego" en esta ocasión.

Pediría a los dirigentes de nuestros civilizados países que, por una vez, tengan en cuenta algo más que la ambición de poder, la ambición económica y se paren a pensar a qué estamos jugando cuando consentimos en ir invitados a un país que mata, asesina y margina así a otro, mas chico y desprotegido.
No voy a mirar para otro lado. Si los gobiernos no pueden o no quieren negarse a jugar en esta ocasión con los malos, al menos dejo constancia de que los Juegos Olimpicos, este año, deberían suspenderse y que algún país de esos super ricos que hay por el planeta se encargue de organizar unos para el próximo año...Que en la historia quedara como reseña:

"Que por una vez, los Juegos Olímpicos se celebraron a los cinco años... porque el mundo entero se unió para decirle a China, que las cosas no se hacen así , que el mundo no permite, apoya y mira para otro lado cuando se cometen tales aberraciones..."

Yo pongo mi granito, más no puedo hacer... porque solo un grano de arena soy. Al resto de la playa os digo que si quereis ahí está la imagen. Cogedla, colgalda en vuestro blog y, si queréis podéis poner un enlace a este post para que se sepa el sentido que tiene. Aunque creo que habla por sí sola.
Los gobiernos y el mundo nos utilizan constantemente. Nos pisotean, nos manipulan y nos mienten a discrección... siempre que lo desean. Bien, pues esta vez hagamos uso de nuestras herramientas y, con nuestros medios extendamos las miles de voces que ya piden y claman un poco de dignidad y mirar de frente.
No quiero ver las competiciones con la cabeza gacha, sabiendo que no hice nada, que no dije nada sobre unos Juegos Olímpicos organizados por un país con las manos manchadas de sangre... Exijamos que nuestros anfitriones se ganen el derecho de tener unos invitados tan ilustres como nosotros. Valoremonos como personas, dignas y con la frente alta. No miremos hacia otro lado.
Un saludo,
Natacha.