"Yo debía tener 11 años y corríamos en bici todo el día. Un camping, cerca de Madrid y el verano en nuestras caritas tan lindas, tan jóvenes, tan divertidas y despreocupadas...
Fuimos compañeros de travesuras, de juegos, de esas primeras confidencias... momentos tan importantes, donde los amigos lo son todo.
Musculitos (mote cruel debido a su aspecto flaco y débil) fue para mí, mi colega, el que compartía mis secretos y el primero que me miró de otra forma. Me hizo sentir una "niña".
Notaba su mirada sobre mis ojos de otra forma a como los niños miran a los niños, algo más que la amistad, nacía el amor... ese tan transparente, puro, donde no cabía ni un beso y mucho menos, un roce o un abrazo.
La espontaneidad de esos sentimientos era tan evidente para los demás, que todos se reían: "a musculitos le gusta Natacha.... le gusta natacha...."
Pero Natacha no estaba por la labor, Natacha solo quería jugar, divertirse y sentirse querida (a quien no le gusta).
Cientos de horas compartidas. En secreto, salíamos de los límites del camping con nuestras bicis.
Había a unos pocos kilómetros una casa abandonada (o eso creíamos) llegábamos hasta allí... y después salíamos corriendo hacia el camping de nuevo.
Una tarde planeamos perfectamente lo que sería la aventura de nuestra vida. El sábado, a primera hora, Musculitos, un chico francés que no recuerdo su nombre y yo, iríamos a la casa. Dejaríamos las bicis en el suelo, entre los sembrados más altos y entraríamos en la casa por un ventanuco roto que había en lo que parecía un sótano...
Esa mañana corríamos pedaleando a ritmo, callados, pensativos. Aquella aventura nos asustaba a los tres... Llegando al caserón, bajamos la velocidad instintivamente. En silencio nos paramos al borde de la carretera y bajamos casi a la vez de nuestros sillines... Contemplamos la casa unos instantes en pié... Se levantaba enorme ante nosotros, al otro lado del sembrado. Una mirada y nos adentramos en la finca, buscando una zona de matorrales altos para tumbar la bicis. Allí quedaron apiladas, unas sobre otras...
Nuestras piernas se arañaron con algo que pinchaba y un profundo arañazo me empezó a sangrar.
Musculitos dijo: ¡vamonos! te has hecho una herida, tienes que curarte.
¡Oye, dejame en paz! estoy perfectamente, y chupándome el dedo lo pasé por la herida. ¿Ves? ya no sangra, eres un cagón... ¡Vamos!
El francés abría la marcha. Hacía frío y los nervios no mejoraban la cosa. Despacio nos fuimos aproximando al caserón, que todavía hoy me pregunto porqué pensábamos que estaba abandonado.
Efectivamente, como el francés había dicho, un ventanuco a ras de suelo estaba roto, el vidrio rajado de parte a parte...
Musculitos y yo retiramos los trozos de cristal y los pusimos en el suelo, junto a la ventana y pasé la primera.
Mis ojos buscaban algo donde poner mis piececitos que colgaban sobre la oscuridad. Al fin algo tocaron, parecía suelo y me dejé caer. No veía nada, salvo la cara de musculitos angustiado por haber dejado que yo pasase primero. ¿qué hay? dijo en susurro gritado.
No veo nada, espera... cada vez mis ojos se iban acostumbrando a la luz y empecé a vislumbrar un montón de trastos sucios, aperos de labranza y al fondo, una desvencijada escalera estrecha, muy estrecha.
¡Venga, bajad ya! Primero el francés, con su larguiruzo cuerpo se dejó deslizar por el ventanuco y cayó a mi lado. Le cogí y le dije "espera que venga musculitos..."
No quería bajar...
¡Baja de una vez!
Ante mis órdenes, y sin creérselo él mismo, bajó al abismo.
Allí estábamos los tres, de pie, en silencio. Estaba claro que había que subir aquellos escalones... Las chicas primero... ¡Cobardicas! eché a andar decidida y los escalones se quejaban a cada paso. uno, otro. Ellos detrás de mí.
Una pesada puerta nos cerraba el paso.
Empujé y cedió. Miré atrás y los chicos me sonrieron...
Atravesar la puerta y una explosión de luz nos cegó de nuevo. Un sala grande, una cocina, una chimenea y...¡horror! Comida fresca, un desayuno en una taza que humeaba...
Rápido comprendí que nos habíamos metido en una casa habitada. De un momento a otro saldría un hombre horrible provisto de un hacha y nos haría pedazos por haber roto su ventana y haber profanado su hogar.
Dí la vuelta y, atropellando literalmente a musculitos y al francés me lancé escaleras abajo, haciendo aspavientos para que me siguieran. Ellos acababan de descubrir también la taza de café y el pan tierno...
Corrimos y caímos por la escalera como tres torpes perrillos. De un salto alcancé el ventanuco para salir de allí como alma que lleva el diablo... Pero al apoyar mis manos sobre el suelo para salir, me clavé uno de los cristales de la ventana.
Los tres tardamos pocos segundos en subir de un salto a las bicis.
Alguien gritaba a nuestras espaldas. No nos volvimos, pero aún hoy, creo que era un hombre enorme con un hacha en su mano...
Cerca ya del camping noté mi mano pegada al manillar de la bicicleta. Sangraba mucho y, como iba la última, los chicos no se daban cuenta de que regaba la carretera con decenas de goterones rojos...
Cuando estuvimos suficientemente lejos, musculitos y el francés se pararon a esperarme. Estaba mareada y a punto de caer... algo iba mal... Me desplomé golpeándome la frente.
La cara de musculitos, llena de lágrimas, estaba a dos centímetros de la mía. Al abrir los ojos, ambos estaban sobre mí, angustiados.
¡¿Qué haceís?! quita, quita. No soportaba mostrar mi debilidad, haberme desmayado, qué vergüenza... y estos dos allí mirando... ¿Te ayudo? musculitos me tendía la mano. ¡No! puedo yo sola. Qué va... me dolía la cabeza y la mano.
Alguien me había puesto un trozo de tela... no, era la camiseta de musculitos, atada a mi mano.
No tuve más remedio que dejar que me ayudasen. Montamos en las bicis... camino al camping.
Las explicaciones fueron de lo más peregrinas. Ellos se llevaron una bronca horrible por no haber cuidado de la "niña" la "enfant terrible" que había maquinado todo el plan.
Después, entre los demás niños del camping, corrió el rumor de que un hombre horrible había alcanzado a natacha, primero le arañó en la pierna, mientras le perseguía, quiso cortarle una mano, pero ella escapó, aunque aún recibió un terrible golpe en la cabeza... Ellos ni siquiera intentaron ayudarle...
La fama de Natacha subió como la espuma aquel verano mientras el francés y musculitos quedaron como unos verdaderos cobardes..."
Hoy, 30 años después, no sé qué será de musculitos. Dónde andará... cuántos hijos tendrá, un buen trabajo... ¿será felíz?
Mantuvimos la amistad durante unos años más... Me proporcionó mi primer trabajo, a los 20 años, depués se casó... me casé...
Si por las cosas de la vida, musculitos, leyeras esta historia de la que seguro que te acuerdas, espero que la vida te vaya bonita... Déjame un comentario y me harás feliz... te he echado de menos muchas veces, amigo... formas parte de mi vida y yo de la tuya, queramos o no... Recuerdos que no se pueden borrar...
Todos tenemos amigos importantes que el tiempo diluyó en el olvido...
¿los has buscado tú? o tuviste miedo a no ser recordado, miedo al ridículo...
Tal vez te gustaría contarnos tu historia... Ésta es la mía. Mi amigo perdido...
Un saludo,
Natacha.
Fuimos compañeros de travesuras, de juegos, de esas primeras confidencias... momentos tan importantes, donde los amigos lo son todo.
Musculitos (mote cruel debido a su aspecto flaco y débil) fue para mí, mi colega, el que compartía mis secretos y el primero que me miró de otra forma. Me hizo sentir una "niña".
Notaba su mirada sobre mis ojos de otra forma a como los niños miran a los niños, algo más que la amistad, nacía el amor... ese tan transparente, puro, donde no cabía ni un beso y mucho menos, un roce o un abrazo.
La espontaneidad de esos sentimientos era tan evidente para los demás, que todos se reían: "a musculitos le gusta Natacha.... le gusta natacha...."
Pero Natacha no estaba por la labor, Natacha solo quería jugar, divertirse y sentirse querida (a quien no le gusta).
Cientos de horas compartidas. En secreto, salíamos de los límites del camping con nuestras bicis.
Había a unos pocos kilómetros una casa abandonada (o eso creíamos) llegábamos hasta allí... y después salíamos corriendo hacia el camping de nuevo.
Una tarde planeamos perfectamente lo que sería la aventura de nuestra vida. El sábado, a primera hora, Musculitos, un chico francés que no recuerdo su nombre y yo, iríamos a la casa. Dejaríamos las bicis en el suelo, entre los sembrados más altos y entraríamos en la casa por un ventanuco roto que había en lo que parecía un sótano...
Esa mañana corríamos pedaleando a ritmo, callados, pensativos. Aquella aventura nos asustaba a los tres... Llegando al caserón, bajamos la velocidad instintivamente. En silencio nos paramos al borde de la carretera y bajamos casi a la vez de nuestros sillines... Contemplamos la casa unos instantes en pié... Se levantaba enorme ante nosotros, al otro lado del sembrado. Una mirada y nos adentramos en la finca, buscando una zona de matorrales altos para tumbar la bicis. Allí quedaron apiladas, unas sobre otras...
Nuestras piernas se arañaron con algo que pinchaba y un profundo arañazo me empezó a sangrar.
Musculitos dijo: ¡vamonos! te has hecho una herida, tienes que curarte.
¡Oye, dejame en paz! estoy perfectamente, y chupándome el dedo lo pasé por la herida. ¿Ves? ya no sangra, eres un cagón... ¡Vamos!
El francés abría la marcha. Hacía frío y los nervios no mejoraban la cosa. Despacio nos fuimos aproximando al caserón, que todavía hoy me pregunto porqué pensábamos que estaba abandonado.
Efectivamente, como el francés había dicho, un ventanuco a ras de suelo estaba roto, el vidrio rajado de parte a parte...
Musculitos y yo retiramos los trozos de cristal y los pusimos en el suelo, junto a la ventana y pasé la primera.
Mis ojos buscaban algo donde poner mis piececitos que colgaban sobre la oscuridad. Al fin algo tocaron, parecía suelo y me dejé caer. No veía nada, salvo la cara de musculitos angustiado por haber dejado que yo pasase primero. ¿qué hay? dijo en susurro gritado.
No veo nada, espera... cada vez mis ojos se iban acostumbrando a la luz y empecé a vislumbrar un montón de trastos sucios, aperos de labranza y al fondo, una desvencijada escalera estrecha, muy estrecha.
¡Venga, bajad ya! Primero el francés, con su larguiruzo cuerpo se dejó deslizar por el ventanuco y cayó a mi lado. Le cogí y le dije "espera que venga musculitos..."
No quería bajar...
¡Baja de una vez!
Ante mis órdenes, y sin creérselo él mismo, bajó al abismo.
Allí estábamos los tres, de pie, en silencio. Estaba claro que había que subir aquellos escalones... Las chicas primero... ¡Cobardicas! eché a andar decidida y los escalones se quejaban a cada paso. uno, otro. Ellos detrás de mí.
Una pesada puerta nos cerraba el paso.
Empujé y cedió. Miré atrás y los chicos me sonrieron...
Atravesar la puerta y una explosión de luz nos cegó de nuevo. Un sala grande, una cocina, una chimenea y...¡horror! Comida fresca, un desayuno en una taza que humeaba...
Rápido comprendí que nos habíamos metido en una casa habitada. De un momento a otro saldría un hombre horrible provisto de un hacha y nos haría pedazos por haber roto su ventana y haber profanado su hogar.
Dí la vuelta y, atropellando literalmente a musculitos y al francés me lancé escaleras abajo, haciendo aspavientos para que me siguieran. Ellos acababan de descubrir también la taza de café y el pan tierno...
Corrimos y caímos por la escalera como tres torpes perrillos. De un salto alcancé el ventanuco para salir de allí como alma que lleva el diablo... Pero al apoyar mis manos sobre el suelo para salir, me clavé uno de los cristales de la ventana.
Los tres tardamos pocos segundos en subir de un salto a las bicis.
Alguien gritaba a nuestras espaldas. No nos volvimos, pero aún hoy, creo que era un hombre enorme con un hacha en su mano...
Cerca ya del camping noté mi mano pegada al manillar de la bicicleta. Sangraba mucho y, como iba la última, los chicos no se daban cuenta de que regaba la carretera con decenas de goterones rojos...
Cuando estuvimos suficientemente lejos, musculitos y el francés se pararon a esperarme. Estaba mareada y a punto de caer... algo iba mal... Me desplomé golpeándome la frente.
La cara de musculitos, llena de lágrimas, estaba a dos centímetros de la mía. Al abrir los ojos, ambos estaban sobre mí, angustiados.
¡¿Qué haceís?! quita, quita. No soportaba mostrar mi debilidad, haberme desmayado, qué vergüenza... y estos dos allí mirando... ¿Te ayudo? musculitos me tendía la mano. ¡No! puedo yo sola. Qué va... me dolía la cabeza y la mano.
Alguien me había puesto un trozo de tela... no, era la camiseta de musculitos, atada a mi mano.
No tuve más remedio que dejar que me ayudasen. Montamos en las bicis... camino al camping.
Las explicaciones fueron de lo más peregrinas. Ellos se llevaron una bronca horrible por no haber cuidado de la "niña" la "enfant terrible" que había maquinado todo el plan.
Después, entre los demás niños del camping, corrió el rumor de que un hombre horrible había alcanzado a natacha, primero le arañó en la pierna, mientras le perseguía, quiso cortarle una mano, pero ella escapó, aunque aún recibió un terrible golpe en la cabeza... Ellos ni siquiera intentaron ayudarle...
La fama de Natacha subió como la espuma aquel verano mientras el francés y musculitos quedaron como unos verdaderos cobardes..."
Hoy, 30 años después, no sé qué será de musculitos. Dónde andará... cuántos hijos tendrá, un buen trabajo... ¿será felíz?
Mantuvimos la amistad durante unos años más... Me proporcionó mi primer trabajo, a los 20 años, depués se casó... me casé...
Si por las cosas de la vida, musculitos, leyeras esta historia de la que seguro que te acuerdas, espero que la vida te vaya bonita... Déjame un comentario y me harás feliz... te he echado de menos muchas veces, amigo... formas parte de mi vida y yo de la tuya, queramos o no... Recuerdos que no se pueden borrar...
Todos tenemos amigos importantes que el tiempo diluyó en el olvido...
¿los has buscado tú? o tuviste miedo a no ser recordado, miedo al ridículo...
Tal vez te gustaría contarnos tu historia... Ésta es la mía. Mi amigo perdido...
Un saludo,
Natacha.
95 comentarios:
Ay, esos amigos. ¡Qué momentos!
Aún los conservo, aunque en la distancia. Bueno, no a todos.
Uno murió, joven (38 añitos).
Con otro me he vuelto a reencontrar, después de no vernos en 10 años (una reunión que no tiene precio). Hay otro localizado, hablamos muy de vez en cuando. Tenemos pendiente juntarnos pero siempre son mis problemas los que lo impiden (en mi tejado está la pelota). Y también hay otro, que vive en Francia, pero que cuando pasa por aquí se desvía para verme, aunque sea para una simple caña, recogiéndome en mi trabajo...
En el fondo, soy afortunado. Porque nos vemos poco, pero siempre los tengo ahí.
Muchas vivencias con ellos. Muchas gamberradas. Alguna (muñonada, por supuesto) acabará apareciendo en mi blog, como aquella noche cerrada en que fuimos a grabar una psicofonía en aquel pequeño cementerio rural perdido por las corredoiras en la Galicia más profunda y en que, muertos de miedo, creímos incluso haber visto entre los árboles a la Santa Compaña que venía a por nuestas almas (o, ya puestos, aquellas sesiones de oui-ja en la que el demoníaco espíritu invocado no se quería ir hasta que yo derramara sangre sobre el tablero, ja, ja). Y esas dolorosas resacas de Ribeiro y orujo. O esas fiestas en las que uno (¡con mi desprobación!) intentaba echar afrodisíacos estúpidos en el ponche, que al final acabábamos bebiendo nosotros solos porque las chicas no venían. O...
P.D.: Lacasito mío... eras muy maaaala y bichejo eh.... ja, ja
:D
Bowman... las psicofonías, debe ser una fase de la adolescencia imprescindible, al menos los de nuestra generación, jajaja. Yo también hice alguna, ¡Qué miedo!
Tienes suerte si conservas algunos de tus amigos.
Tengo pocos de la infancia pero son buenos.
Musculitos, se me escapó... Tal vez algún día nos encontremos de nuevo, sería precioso..
Y sí, era un poco mala, bueno traviesa y me dejaba llevar... de todas formas fui una niña rebelde para escapar de la soledad...
Luego he aprendido a aceptar la mano de un amigo y a no sentir vergüenza si tengo que llorar o desmayarme delante de alguien...
Un beso, indi. ¿Puedo? por fa... por fa...
MAÑANA ES EL CUMPLEAÑOS DE BOWMAN....¡¡¡¡FELICIDADES!!!! GUAPO... TODOS TE QUEREMOS!!!!!!!
Ja, ja.
Si te llego a decir que no... :-)
Bueno, creo que lo había publicado en uno de esos memes con preguntas. Ya es público, ja, ja.
Acepto las felicitaciones encantado, y más si son tuyas (aunque no sé si cumplir 41 es muy "celebrable")
Besito feliz (y besitooos muuuchos máááás) :D
Por el camino he ido dejando multitud de amigos que han compartido conmigo alguna etapa del viaje... Hay amigos-hermanos que sobreviven a todos los cataclismos y hay amigos-faro, que aparecen en nuestra vida para que ambos aprovechemos nuestra relación para desarrollarnos. En mi vida también hay muchos nombres que ya se han quedado sin cara. Muchas gracias, natacha, por ese bonito relato y por tus sabias preguntas que nos hacen reflexionar. Besos.
Natacha... me encantó leer tu relato!!! Me causó mucha gracia la interpretación que le dieron los demás niños a tus raspaduras y cortes (es como cuando se comenta algo y luego, cual teléfono descompuesto la versión va cambiando hasta tornarse casi irreal!).
Claro que tengo amigos de esos de la infancia de los cuales guardo el mejor de los recuerdos (aunque yo nunca fui tan intrépida como vos Natacha!!)y me animaría a decir que sé los paraderos actuales de casi todos... aunque alguno siempre se nos pierda en el tiempo o, pero aún, hayan tenido que partir de este mundo muy jóvenes..
Me encantó tu relato amiga!! Que tengas un fin de semana genial... besotes!
Alicia, es una pena perder esas personas... que bonito sería verles a todos, algún día, aunque solo fuera para saber si están bien... si son felices...
Un besito, mi linda
Natacha.
Sandra, pues sí, aquello fue como ese juego que mencionas...claro que también es verdad que nunca lo desmentí, me dejaba como una heroína, quien se resistiría a eso?...
Gracias por leerme, linda y suerte que tienes de tenerlos a todos localizados...
También perdí algunos por el camino... los 80 en España fueron malos.... muy malos.
Un beso, y feliz fin de semana para tí también.
Natacha.
Natacha, ¿no piensas que quizás si los viéramos no los reconoceríamos? Las vidas transcurren por cauces tan diferentes que, igual nos encontramos y no nos vemos ya en el otro. Los contextos cambian y ya no somos los mismos que fuimos. ¿qué piensas? Un abrazo.
Alicia, alguna vez lo he pensado, que tal vez la magia se habría perdido, La amistad quedó atrapada en aquel tiempo, en aquella edad...
Desde luego no tengo nada que ver con aquella niña prepotente y déspota de entonces...
He cambiado tanto (creo que para bien) que musculitos realmente, si se enamoró de mí entonces, ahora me adoraría. Soy mucho mejor, pero no la misma, ni mucho menos...
Ahora me hiciste dudar... casi que me voy a quedar con mi musculitos de hace 30 años...
Un beso, gracias por hacerme pensar, dudar... y cambiar de opinión cual veleta. Ves? de niña no cambiaba de opinión ni aunque me matasen...¡Qué ignorante! con lo hermoso que es cambiar de punto de vista.
Un beso, cielo.
Natacha.
El rumbo qué han tomado mis amigos no es para seguirles ,han tomado caminos muy seguros algunos y dispares otros pero lo más triste es qué cada uno hemos hecho nuestra vida y ni siquiera tenemos contacto .Un besote grande grande .
Mi caso no es muy especial. He ido teniendo amigos casi distintos cada dos años. Pero se han ido quedando en el camino. En alguna ocasión quise reencontrarme con ellos pero como cambiamos tanto ambas partes ya no compartimos lo mismo que de niños nos gustaba.
Bueno, pienso que las relaciones son vàlidas para un tiempo, determinado o no?? Eso se va viendo con el tiempo. De momento yo tengo amigo efímeros. Como me dice mi hermana: Tu eres mi mejor amiga, y ella para mi también lo es. Con ella lo he compartido todo.
Me ha encantado tu historia Natacha. Y ya necesitaba leer algo tuyo.
Un abrazo grande
Menudo susto os dió aquella persona que aún habitaba la casa no? Los niños y las niñas, cuando somos pequeños, a veces podemos llegar a ser algo repelentes, y más delante de otros niños. Yo no voy a hablarte de amigos olvidados de la infancia, ya que los recuerdo a todos,almenos a todos con los que compartí trastadas, que fueron muchas puedes creerme, ya que no éramos precisamente angelitos, pero de esas trastadas, de esos amigos, de uno de ellos en especial que es algo así como mi hermano, ya os contaré en futuros posts. Besos guapísima!!!
¡¡Ufffff!!! yo ya ni me acuerdo de cuando era pequeña, jajajaja.
Besitos
Esos momentos no se olvidan nunca!!..esos amigos se recuerdan siempre!!!
Un abrazo
Esos momentos tan preciosos quedan por siempre en nuestro corazón.
Hace unos años se realizó una fiesta en mi escuela primaria y tuve la suerte de volver a ver a mis amigos que hacía mucho tiempo no veía.
Ese fue unos de los días más felices de mi vida.
Me encantó esta historia, Natacha querida!
Besitos!!!
Hola:
Su blog ha recibido un premio. Si desea recogerlo visite, por favor, el siguiente enlace:
http://resistensanleo.blogspot.com/
A lo largo de la vida dejamos muchos amigos en el camino.
Saludos
Los amigos de la infancia...es cierto que si los volvemos a ver pues no serán los mismos...todos cambiamos,evolucionamos,crecemos... pero pienso que a las personas se les puede querer por lo que fueron por lo que son y por lo que serán...besitos
Vaya Luisa pues cuanto lo siento, porque conservar, aunque sea algún amigo de la infacia siempre parece bonito...
Un besito, gracias por contarnos..
Natacha.
Nuria, suerte tú que tienes una hermana. Nunca pude disfrutar de una relación fraternal... tuve un hermano.... pero eso es otra historia.
Cuida mucho a tu hermana. Menudo tesoro para ambas...
Eres un cielo, ¿te lo he dicho alguna vez?
Un beso, mi niña
Natacha.
hawkeye, si que los niños son crueles... yo adoraba a musculitos, pero no era capaz de decirselo... creo que nunca supo cuánto le quería...
Cuida a ese amigo-hermano... es una relación distinta a todas, muy bonita..
Un beso, precioso y esperamos tus post.
Natacha.
Gatita, jajajaj qué exagerada eres,
Un beso, linda
Natacha.
Pues sí Nana, menuda aventura, qué susto pasamos... jeje.
Un beso, linda
Natacha.
Mami Elsis, ¿de primaria? madre mía qué bonita reunión, te creo cuando dices que fue uno de los días más felices... menuda ilusión..
Un beso mi linda mami,
Natacha.
Pandora, ¡GRACIAS!!!! voy a buscarlo. Cielo.
Un beso, preciosa
Natacha.
Neurotrasmisores, si que se dejan muchos "hilos" colgando, cargados de recuerdos.
Gracias por venir, cielo
Un beso
Natacha.
Libra, es verdad que a lo mejor encontramos a alguien de hace muchos años y encontramos que seguramente no es la misma persona.... pero tal vez sea aún mejor...
Un beso, bonita
Natacha.
Nos encantan los contenidos de tu blog, por eso hemos decidido darte un premio, pásate a recogerlo... http://casadalourensa.es
Tus relatos son increibles, Natacha, sobretodo porque son reales, forman parte de tu vida y de tu historia, de esa infancia en la que se forjó la mujer que ahora eres. Recordarlas y contarlas te honran. Ahora soy yo el que te admira un poco más, si cabe.
Besos.
Qué majo Musculitos, lo tenías loquito, eh?...¿alguna vez has pensado qué habría pasado si le hubieses hecho caso?
De mis amigos de la infancia sé más bien poco, algunos sé cómo les fue y a otros les he perdido la pista, es una pena...aún así es inevitable que permanezcan en mi memoria.
Muy buen post, con él he revivido alguna que otra anécdota pasada.
Besinos.
Hola cariño, aqui ando otra vez, aunque no consiga ser la primer. Pues es verdad, que las historias que pasamos de peques, parece que ahora se recuerdan como algo muy especial, cosa que en su día, era de lo más normal, creo que ni pensaríamos en que las recordaríamos. Valoro mucho la amistad y la verdad es que siempre estoy pendiente de mis amigos y siempre me dicen, que si no fuese porque soy siempre la que llama y demás que se hubiera perdido la amistad, siempre hay uno que no lo deja para mañana y eso es lo bueno, por que sin querer se van perdiendo los amigos, sin ningun motivo para que tenga que pasar eso. Animo a todos a que hagan esa llamada telefónica, que siempre dicen que van hacer y pasan los meses y no se hace, puede que cuando pase el año, ya de verguenza hacerla y entonces se habrá perdido un amigo. Muchos besos linda mujer, muchos muchos.
Pues yo encontré a unos de esos amigos ( que se pasó media vida enamorado de mí cuando éramos niños )con el bote de pintura y la brocha pintando las escaleras de mi portal! jaja!!
Qué gracia me hizo verlo aquel día!!
Habían pasado como 18 años!!
Pero era el mismito de siempre, jaja!!
Hablamos un buen rato sobre nuestras vidas y....denuevo hasta hoy!!!
Besis!!
Yo por suerte, no he perdido ningún amigo, tengo grandes amigos y espero conservarlos durante mucho tiempo. Si he perdido a algunas personas a las que he apreciado mucho y he cogido cariño. A veces las echo de menos, pero la vida continúa y hay que estar con los pies en el suelo y continuar caminando....
Que tengas un buen día..
Un abrazo
María del Pilar, ¡Gracias! qué sorpresa.
Sois un encanto, ahora mismo voyyyyyy
Un besito.
Natacha.
Pedro, eres un amor... es una simple historia de mi vida y me emociona que pueda gustaros... no deja de sorprenderme la gente tan maravillosa que me ronda por aquí cerca...
Siempre consigues emocionarme, amigo lindo
Un beso, pedro. No me faltes nunca.
Natacha.
Alexana, bienvenida, preciosa... Te agradezco mucho que hayas leído mi post y que seas tan amable con tu comentario.
Pues... alguna vez lo he pensado... la verdad es que, seguramente, nuestras vidas hubiesen sido bien distintas... aunque desde aquí, no cambiaría nada, jeje.
Un besito, linda. Espero verte de nuevo.
Natacha.
Sendieva, ese es el proceso... se va dejando, se olvida... ya lo haré... y luego dices "¿cómo voy a llamar después de tanto tiempo...? y se acabó. Luego, claro, los años pasan a toda velocidad...
Espero no perderte nunca, linda
Un beso, preciosa amiga
Natacha.
Chuspi, jajaja. Otra vez volviste a perderle la pista....
Pues pobrecillo. Cómo te querría que pintaba solo por verte, jeje.
Un beso mi niña.
Natacha.
@ngelito, qué verdad has dicho. Hay que seguir caminando, siempre.... pero a veces, una echa la vista atrás y la morriña se apodera de mí... pero tengo los pies en el mismo lugar que tú.. en el suelo de mi vida.
Un beso, guapetón.
Natacha.
Buena remembranza de tu infancia. recordar es revivir lo pasado. Enorabuena. J.J.
Jose javier, pues muchas gracias por venir y por se tan amable de dejar un comentario.
Te mando un beso y un saludo.
Natacha.
querida natacha: sigo dándole vueltas al tema de los amigos 'perdidos'... porque siempre me ha intrigado el paso del tiempo y los destrozos que hace en nuestras 'cosas'. yo,nostálgica por naturaleza, observo que esa actitud no es muy enriquecedora y que responde a nuestra necesidad de controlar el mundo. creo que debemos 'soltar', dejar que los demás sigan su camino y digerir que lo puedan hacer sin nosotros. ¿qué piensas? muchos besos.
Alicia, mirando hacia atrás, desde luego que hay que dejar "pasar" estas personas que ya se marcharon...
Pero cuando hablamos de los amigos en presente.... ¿También los dejarás marchar, sin más?...
¿No hacer nada por retenerlos? ¿Que la vida simplemente haga que unos te acompañen y otros no?
Creo que esa falta de ser posesivo puede llevar a perder a todos... también es necesario pedir, dar o intercambiar con los que nos rodean, no creo que eso sea querer controlar el entorno o a los demás....
Si musculitos me llamara o apareciese, no te quepa duda que el corazón se me hincharía casi hasta explotar... ¿egoismo? ¿control...? Sí, necesito decirle que ya no soy esa niña repelente y déspota que no le hacía caso... que le quería y no supe expresarlo... pedirle perdón por algunos malos ratos que seguro le hice pasar... que vea en la mujer estupenda en que me he convertido... Que un abrazo suyo me diga "no importa, todo está bien... y te sigo recordando con cariño..."
Si eso es nostalgia o querer controlarlo... Pues lo reconozco, quiero controlar... jejeje.
Bueno, tal vez no me he convertido en una mujer estupenda... solo algo más mayor, más reflexiva, pero igual de egoísta que aquella mocosa carente de tacto y falta de cariño de entonces...
Un beso, preciosa. Siempre dando lecciones a esta "coletis" que tiene tanto que aprender.
Natacha.
queridísima natacha: tu amigo 'musculitos' ya sabe que tú le querías y que algo te impedía decírselo... el tiempo se lo ha dicho, porque probablemente él también habrá sido actor de situaciones similares. lo bueno del tiempo es que ya no hacen falta las explicaciones, aunque nosotros nos empeñemos en perforar el bucle del tiempo para 'volver' a decir lo que no dijimos. fuimos unos y hoy somos otros, lo que digamos hoy es una explicación de lo que pasó...nunca las palabras de entonces.
en cuanto a los amigos de hoy, efectivamente, hay que cuidarlos y mimarlos para que deseen estar con nosotros. pero, si aún así,llegara el momento en que desaparecieran de nuestras vidas, tendremos que aprender a dejarlos marchar a vivir su destino sin nosotros. ¡no nos pueden quitar más que lo que no nos pertenece! bueno, díme algo...
Alicia, cielo, hemos llegado a un acuerdo. Estoy contigo. Cuido a los amigos presentes... pero si que aprendí que no se puede retener el cariño de alguien que no quiere permanecer a tu lado. Tal vez es una lección que no debemos olvidar.
Gracias por tu reflexión, como siempre me ayudó a pensar y sacar preciosas y precisas conclusiones sobre cosas en las que no reparamos por la maldita costumbre de quedarnos solo encima, como el aceite. Gracias por mezclarme y mezclarnos....
Un beso, bella.
Natacha.
Pues no he dejado de ver a ningún amigo importante. Ni tengo historias tan divertidas como ésta. Eras la organizadora y los riñen a ellos. Tu acabastes siendo una 'mártir'. Ja ja ja. Está muy bien. Un beso.
querida natacha: muchas gracias por tus temas que,no sé lo que tienen, pero me los llevo puestos... me paso el día rumiando, dándoles vuelta hacia un lado y hacia el otro en la cabeza. estoy en un momento de cambio en mi vida, tratando de encontrar el camino y tus posts me hacen bien y me sitúan mejor. te sigo atentamente! muchos besos y gracias de nuevo.
Ya sabes que acabo de hacer un encuentro importante...jajaja
Besos y salud
Ay Natacha, me has traído a laq memoria un montón de cosas!
También perdí algunos por el camino... los 80 en España fueron malos.... muy malos.
Entre ellas algunas buenas y otras, directamente malas, como tú dices, los 80 fueron muy malos... qué pena, cuanta ignorancia!
Yo, como Sandra, era mucho más modosita! jajajaja
Qué buenos son los recuerdos, y que valientes eramos, la imaginación nos hacia ser muy valientes, aunque no lo pareciera desde fuera.
Qué bonita historia, Natacha, me ha encantado.
Yo también tengo una parecida, pero nosotros saltamos una verja y nos metimos en un bodega, y el que cuidaba de aquello nos salió con una escopeta, nos escondimos detrás de un árbol y como se acercaba salimos corriendo y saltamos de nuevo la verja cagados de miedo, por si le daba por disparar la escopeta. Uffff, qué miedo pasamos.
Pero no es la única, alguna más guardo, esta vez con perros que nos soltaron, jajajaja.
Cosas de niños...
Besos.
Hola Natacha, creo recordar algo de tu historia, por supuesto nada más empezar a leerla ya sabia quien era musculitos, (lo conocí) ese finde semana que pasé contigo en el camping, recuerdas? fue hermoso,lo pasamos genial, nunca lo olvido..la guitarra...cantando...excursiones..fue verdaderamente especial. Te quiero. Un beso
Jordi, bueno, no estoy muy orgullosa de haber dejado que aquello siguiera adelante... pero claro con esa edad.... solo fue una travesura, jejeje.
Un beso y enhorabuena por conservar a todos tus amigos
Natacha.
Alicia, qué bueno que alguna de mis palabras puedan poner en marcha algun mencanismo de tu genial cabecita.
Un beso, linda
Natacha.
Tu me aportas mucho también, ya lo sabes.
Genín, lo tuyo si que es una "aventura" que seguiré con atención.
Un beso, lindo
Natacha.
Ana, los de los 80 lo sabemos bien, ¿eh?
Yo era bastante modosita, os he contado una de las pocas travesuras... bueno alguna queda por ahí, que ya la contaré.
Un besito, guapa
Natacha.
Ika, si tuviese que hacer ahora lo que hice aquel día, me moriría, jajaja.
Un beso, amiga
Natacha.
Amelie ufff gracias, creí que era la única que había asaltado una casa... jajaja.
Ya nos contarás esas historias. Estaré encantada de leerlas, jeje.
Un besito, preciosa
Natacha.
Lez, jaja cómo olvidarlo. Fue un fin de semana impresionante. Para recordar toda la vida.
Ya lo contaremos algún día
Un beso linda,
Natacha
¡Qué tiempos, verdad! Es precioso recordar viejas historias. Aún conservo algunas en mi memoria e incluso la amistad con algunos protagonistas de entonces. Ojalá tu amigo Musculitos la lea algún día, seguramente os reiréis un buen rato.
Un besito guapa
BUENOOOO!! NATACHA, que historia como la has contado,
Yo conocia la leyenda de Natacha y musculitos si señores fueron muy famosos y su historia paso de boca en boca jajajaja
ha sido magnificamente relatada tu historia, esperemos que puedas volver a ver a este amigo.
besitos.
Fair, no creo que eso sea posible, si así fuera se produciría un milagro... como tanto que ocurren en este mágico mundo...jejeje.
Un besito, mi cielo
Natacha.
Aguabella, jajaja, qué graciosa eres..., gracias por leerme con ese cariño, eres un amor.
Un beso, linda mujer
Natacha.
¡Huyyyy cari!!! con lo cansina que soy jejeje a mi no me perderás nunca, o eso al menos es lo que espero, eres de lo poco que hay, de eso que hay que cuidar siempre, Muchos besos.
Sendieva, pues nos cuidaremos mutuamente... a cansina me gana poca gente ¿eh? jajaja.
Un beso, bonita
Natacha.
Me habría gustado ser "musculitos" aunque sólo fuera por haber descubierto tu amistad a esa edad. Preciosa historia sin final.
"El gafotas cuatrojos, capitán de los piojos"
Se me viene a la cabeza la canción de Celtas Cortos de "Como hemos cambiado" (creo que se titula)
Besos
Fito, querido, Bienvenido a esta maravillosa trastienda donde se dan cita lo mejor de lo mejor de los comentaristas blogueros...
Espero que podamos ser amigos ahora, ya que no lo fuimos de niños... jejej. Te aseguro que ahora nunca te dejaré tirado ni permitiré que nadie te tilde de "cobarde"...
Gracias por tu amabilidad, espero que vengas a menudo. Estaré contenta de recibirte.
Un beso, cielo.
Natacha.
Ricardo, desde luego que hemos cambiado... yo conozco esa canción creo que la cantaban amistades peligrosas o algo así... vaya por dios, ahora no me la quitaré de la cabeza en todo el día..... jajjaa.
Un besito, precioso
Natacha.
Bueno, no sé si la cantaba algún grupo más...pero yo la he escuchado con presuntos implicados y es que hubo una época que este grupo iba conmigo a todas partes...
http://es.youtube.com/watch?v=L7eZh3mn5Ps
jajaja, como dices que ahora no te la puedes quitar de la cabeza ;)
Besines
¡qué vivencias infantiles!¿verdad Natacha?.Son historias que te van forjando la personalidad ( que tú ya la tenías muy forjada, por cierto,jejeje).Seres que se cruzaron en nustros caminos y luego se diluyeron en el lamentable olvido.Añoranzas de esas aventuras y desventuras compartidas, travesuras al fin.
Me ha encantado leerte esto.¡Ojalá, lo leyera musculitos y te dejara no uno, sino mil comentarios que alegrasen tu espíritu aventurero!.Eres un cielo escribiendo, de verdad que calan dentro tus historias.Me encantan.¡¡¡Y tus recetas!!!
Besos mil.
Gracias, Libra, si es que estáis al quite, jejeje.
Uhhh como hemos cambiaaado... ¡todo el día con ellaaaaa!
Gracias linda
Un beso, preciosa.
Natacha.
Marinel a mi me encantas tú, jejeje.
Gracias por tomar interés por estas pequeñas cositas de mi vida. Estoy feliz de compartirlas con todos.
Un beso, mi tierna y bella amiga
Natacha.
Pd: Hoy me he dado cuenta que mis cinco blogs son como una casita:
La luz (éste) puede ser el desván donde un techo de cristal permite la luz durante todo el día...
La cocina, claro pues la cocina de la casa...
Las manualidades, podría ser el taller...
La oscuridad, claro será el sótano, donde guardamos los secretos...
Y mi luna, es sin duda mi corazón, mi habitación privada... donde compartir los sentimientos más íntimos, la alcoba..
Ufff que rollo te ha tocado... pero se me acaba de ocurrir y es bien bonito. Tal vez escriba un post sobre eso jeje.
Besos mil.
Bueno,asumo que es la vida y sus idas y vueltas las que en algún punto nos lleva a perder a alguien querido,también el lenguaje tiene lo suyo; quiero decir que su mal uso nos impide entendernos,nos confunde,nos pierde...
Es una verdaera pena alejarse de seres que vivieron tan profundamente en nuestro corazón...
un cariño inmenso guapísima.
Sii.. que bonitos recuerdos nena..
De eso que no se pueden olvidar! jamás..
Seguro que musculitos te lleva en el corazón.. siempre..
me has hecho sonreir y reir a la vez con esta historia tan linda..
te dejo abrazos.
Queridísima Natacha. Creo que has tratado un tema muy humano como es la amistad. Creo que a lo largo de la vida conocemos a muchísima gente y enseguida sabemos separar el grano de la paja. Conocemos a personas que han compartido momentos buenos y malos con nosotros y que han sido muy importantes en nuestra vida, por la huella que nos dejaron, por las emociones que nos hicieron sentir o por el trago amargo que pasamos juntos. Sin embargo esos amigos que nos brindaron su compañía y su amistad en un momento determinado de buenas a primeras desaparecen. Muchos de aquellos amigos de la infancia o la juventud ya no les veremos más (si por desgracia han fallecido), pero otros vuelven a aparecer en el momento más inesperado. Cuando esto ocurre muchos recuerdos afloran y algo de aquella vieja amistad revive. Ya quisiera yo reencontrarme con todas aquellas personas que en algún momento fueron muy importantes en mi vida. Me ha gustado lo que has escrito porque me ha hecho reflexionar sobre el valor de los amigos auténticos. Ya lo dice el dicho: "Quien tiene un amigo tiene un tesoro".
Natacha. Recuerda que yo soy como el río Guadiana que vuelve aparecer después de un tiempo de estar oculto. Me considero un amigo tuyo (y de tus lectores). Besos. Juan M. Prieto.
Lindísima tu historia, que demuestra el cariño que se tenían mutuamente. Sano, inocente, bello, conmovedor...
Me alegra compartir estos momentos con mi hermana queridísima!
saludos en mi primera visita
Te dejé un premio en mi blog aunque sé que tienes muchos, pero quería que viniera gente por aqui a visitarte... bss
Adolfo, querido, si, todos hemos tenido esos amigos que nunca volvieron y sin embargo nos enmarcan una sonrisa al recordarlos...
Un beso, amigo precioso
Natacha.
Pier, gracias por leerme y por ser tan adorable... espero que musculitos me lleve en el corazón, como dices....
Un besito, mi niña
Natacha.
Querido Juanma... por supuesto que eres mi amigo... no importan tus ausencias si de vez en cuando asomas tu cabecita... estoy contenta de verte de nuevo... Te mando un fuerte y cariñoso beso.
Gracias, cielo, por considerarte mi amigo
Natacha.
@Patrulich, hay tantas formas de amistad ¿verdad? que nos lo digan a nosotras, jajaja.
Eres la mejor hermana que podría soñar.
Un beso mi linda
Natacha.
Lucas Ignacio, bienvenido a esta trastienda... eres bienvenido y espero que repitas y compartas con nosotros tu opinión.
Gracias por venir y hasta pronto
Un besito
Natacha.
Rafaela, querida ¡Gracias! estoy muy feliz de que hayas pensado en mí....
Mira, los premios son como los abrazos o los besos y las sonrisas... nunca son muchos...
Me encanta colgar esos cariños en el lateral de los blogs, para mí significan mucho. Es mi estante de amistad ¿algo más bonito?
Ahora voy a verte y gracias de nuevo, preciosa
Un beso
Natacha.
Hola Natacha
Lo prometido es deuda y aquí estoy visitando tu segundo blog.
Está muy bien y por tanto paso a enlazarlo con el mío y a agregarte a "Mis favoritos".
Por cierto ¿tienes más blogs?
Saludos.
Zp, gracias por tu amable visita... pues te diré que sí, que tengo cinco blogs en total.
Los tienes en el lateral, debajo de mi perfil y en "mis otros blogs" esos enlaces son los míos.
Te dejo un beso y un saludo
Natacha.
Los amigos de la infancia son los que menos se olvidan.
besitos reina
Jerusalem, se quedan ahí guardaditos, ¿verdad?
Un beso, mi niña
Natacha.
Hola Natacha!
Me alegra que de alguna manera te reconfortará un poquito tú sentir!! piensa que tal vez es un buen día para besar el Alma...
debes en cuando es necesario! asi podemos recuperar fuerzas para seguir!
Un Beso.
Si que es verdad Joana,
Hay momentos para recogerse a sí mismo y mirar un rato dentro...
Gracias, mi niña
Un beso
Natacha.
Amiga, si me habia perdido esta historia tan encantadora...
Y veo que estas que lo rompes, tanto de premios que te llegan como de visitantes...
Que maravilla...
Que encanto...
un fuerte abrazo, Natacha.
Por cierto, la mujer del farmaceutico es una perfida... Ojo con ella...
Ja,ja,ja
Antiqva, jajaja. Si que es malilla, sí.
has visto cuanta gente estupenda hay por aquí...?
Gracias por tus palabras, lindo
Un beso, amigo.
Mmmmm! Qué placer disponer de tiempo para saborear tus posts!
Siempre me haces reflexionar sobre mis recuerdos. Algunos tan escondidos en la memoria que te parece que ni existían. No mantengo contacto con ninguno de los amigos de la infancia. Hemos seguido caminos muy diferentes y ni yo ni ellos hemos hecho nada por mantener o recuperar la amistad. Me gustaría saberme explicar el porqué.
Sólo mantengo contacto con una amiga de la universidad. Con ella todo es muy sencillo. No vivimos en la misma ciudad y nos vemos muy de tanto en tanto, pero cuando lo hacemos es como ni no hubieran pasado los años, no hay silencios incómodos, la confianza y los secretos compartidos siguen intactos.¿Es esa la esencia de una verdadera amistad?
Angie, diría que sí, cuando se producen esos silencios, esos agujeros... es que falta el suelo y no se puede caminar.
Es muy difícil mantener a los amigos, requiere de nuestro esfuerzo... ahora, con nuestra edad es fácil, pero de jóvenes lo normal es que descuidemos ese jardín que no lo reguemos suficientemente, por eso creo que quedan tan pocos amigos de la infancia...
Vamos a conservar los presentes, para que no ocurra lo mismo.
un beso, preciosa.
Natacha.
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