Mi relación con el mar ha sido, digamos, agridulce. Desde momentos de libertad, soledad y placidez... hasta angustias y peligros... Hoy en día soy incapaz de bañarme en alta mar... La película "Tiburón" de los años setenta fue definitiva...
Sé nadar desde que puedo recordar.
Nunca utilicé un flotador ni nada por el estilo. En mis vacaciones estivales, siempre íbamos a una playa de roca, donde no había posibilidad de entrar andando al agua.
Era necesario saltar a un lugar de cuatro metros de profundidad si querías meterte en el agua. Eso provocó que yo fuese lanzada, con chupete y todo, al agua desde mi más tierna infancia... A si que.. salías... o salías.
Entre las risas de mi padre y los gritos ahogados de mi madre, aquella niñita siempre conseguía salir a flote, tragando más o menos agua, sufriendo más o menos la sal en los ojitos y sacando los brazos como de debajo de la sábana, surgía en la superficie del salado mar Mediterráneo.
Chapoteaba como una loca, mientras el agua me nublaba la vista, podía ver de forma turbia a la gente cómo miraba a un casi bebé, semiahogarse... Es algo que nunca he llegado a comprender... Mi sufrimiento servía de diversión a un montón de adultos que esperaban expectantes a ver si salía o no salía del fondo... Y yo me pregunto, hasta cuándo esperarían si no lo hubiera conseguido alguna vez...
Recuerdo también con angustia los saltos desde el trampolín...
Un trampolín de tres metros de altura que se cimbreaba sobre el agua del mar como un loco, a pesar de mis 15 0 20 escasos kilos. A cada paso, aquello más se movía, me asomaba y un nudo en mi estómago me atrapaba, convertía el desayuno en papilla al instante...
Mi padre gritaba desde el otro extremo de la playa, "¡vamos, salta! no seas cobarde ¡salta ya!" De nuevo expectación de todos los bañistas.
Una nena rubia, menuda y abrazándose a sí misma, tiritando de frío, se acercaba titubeante al borde del trampolín. Mi padre, no contento con obligarme a saltar, siempre me hacía lo mismo: "¡Pero de cabeza, eh! que de pie solo saltan los cobardes. Venga, hija, que no tenemos todo el día. Hay otros niños esperando..."
Empezaba a impacientarse cuando yo comenzaba a llorar de puro pánico. "¡Quieres saltar de una puñetera vez!"
Recuerdo mi último salto de cabeza desde un trampolín... salté con tanto miedo, que caí de plano, sin romper el agua... El dolor casi no me permitió salir a flote.
Mis piernas, mi tripa y mi pecho eran un puro dolor (era tan pequeña que solo llevaba la parte de abajo de un bikini...Al cabo de unas horas, un moratón cubría casi todo mi cuerpo...
Él me daba dinero por haber sido capaz de saltar... yo hubiese pagado el doble, por no tener que hacerlo...
Pero una de mis experiencias mas intensas con el mar, fue la primera vez que lo vi en toda su dimensión, es decir, no solo por arriba y puntualmente de manera borrosa al caer y zambullirme, por debajo.
Andaba jugando sobre un colchón de estos de aire, en un lugar donde la profundidad oscilaba entre 4 o 5 metros... Un niño se acercó con unas gafas de bucear y me dijo: "¿puedo subir al colchón? y yo: "Si me dejas las gafas puedes subirte..."
El se las sacó y en su cara apareció una marca que rodeaba sus ojos y bajo su nariz, dejando la boca como fuera de su cara...
Debía tener unos 3 añitos y puse las gafas sobre el agua para mirar, acerqué mi carita al cristal... ¡Me caí al agua del susto que me lleve!! Allí debajo había de todo... Aparte de que el suelo estaba lejísimos de mí (yo pensaba que no tocaba el suelo porque era pequeña... que cuando fuese mayor haría pié) Era como asomarme a otro mundo.
En el fondo, pude ver un montón de erizos de color negro brillante,moviendo sus púas de manera pastosa, lenta... peces pequeños, medianos y hasta grandes, de todos los colores, que seguramente rozaban constantemente mis pies...
Unas rocas redondas enormes salpicaban el fondo, junto con plantas y algas de un verde brillante que se mecían con el vaivén del agua.
Ya sabía que era pequeña... pero ahora, sencillamente, era insignificante.
¿Cómo era posible que todo aquel universo paralelo estuviese bajo mis pies sin yo saberlo? ¿Acaso había otros mundos, otras cosas que descubriría a lo largo de mi vida con solo ponerme unas gafas? ¿Qué secretos guardaban los adultos que yo aún ignoraba?
Aquella magia desapareció cuando al sacar la cabeza después de caer, todos reían por el susto que me había dado. "¿Pues qué te creías que había ahí debajo? "
No supe qué contestarle... era tan pequeña, tan simple, que ni siquiera me había planteado que había un "abajo".
Hoy en día, hay veces que me siento así de perdida, de ignorante... habrá cosas grandiosas que ignoramos.
¿Otros mundos que nos observen con el desprecio que se observa a una mosca o a una hormiga a la que has arrancado las antenas?
¿Habrá conocimientos, que si no pulso la tecla adecuada, queden fuera de mi alcance para siempre...?
¿Quien hay, ahora que soy una adulta, que me pueda prestar unas gafas para "ver" lo que ignoro?
Bueno, son preguntas tontas si quieres, o tan profundas que, tal vez, haya alguien que acabe de ponerse unas "gafas" y se haya dado un buen susto...
Un saludo
Natacha.
Sé nadar desde que puedo recordar.
Nunca utilicé un flotador ni nada por el estilo. En mis vacaciones estivales, siempre íbamos a una playa de roca, donde no había posibilidad de entrar andando al agua.
Era necesario saltar a un lugar de cuatro metros de profundidad si querías meterte en el agua. Eso provocó que yo fuese lanzada, con chupete y todo, al agua desde mi más tierna infancia... A si que.. salías... o salías.
Entre las risas de mi padre y los gritos ahogados de mi madre, aquella niñita siempre conseguía salir a flote, tragando más o menos agua, sufriendo más o menos la sal en los ojitos y sacando los brazos como de debajo de la sábana, surgía en la superficie del salado mar Mediterráneo.
Chapoteaba como una loca, mientras el agua me nublaba la vista, podía ver de forma turbia a la gente cómo miraba a un casi bebé, semiahogarse... Es algo que nunca he llegado a comprender... Mi sufrimiento servía de diversión a un montón de adultos que esperaban expectantes a ver si salía o no salía del fondo... Y yo me pregunto, hasta cuándo esperarían si no lo hubiera conseguido alguna vez...
Recuerdo también con angustia los saltos desde el trampolín...
Un trampolín de tres metros de altura que se cimbreaba sobre el agua del mar como un loco, a pesar de mis 15 0 20 escasos kilos. A cada paso, aquello más se movía, me asomaba y un nudo en mi estómago me atrapaba, convertía el desayuno en papilla al instante...
Mi padre gritaba desde el otro extremo de la playa, "¡vamos, salta! no seas cobarde ¡salta ya!" De nuevo expectación de todos los bañistas.
Una nena rubia, menuda y abrazándose a sí misma, tiritando de frío, se acercaba titubeante al borde del trampolín. Mi padre, no contento con obligarme a saltar, siempre me hacía lo mismo: "¡Pero de cabeza, eh! que de pie solo saltan los cobardes. Venga, hija, que no tenemos todo el día. Hay otros niños esperando..."
Empezaba a impacientarse cuando yo comenzaba a llorar de puro pánico. "¡Quieres saltar de una puñetera vez!"
Recuerdo mi último salto de cabeza desde un trampolín... salté con tanto miedo, que caí de plano, sin romper el agua... El dolor casi no me permitió salir a flote.
Mis piernas, mi tripa y mi pecho eran un puro dolor (era tan pequeña que solo llevaba la parte de abajo de un bikini...Al cabo de unas horas, un moratón cubría casi todo mi cuerpo...
Él me daba dinero por haber sido capaz de saltar... yo hubiese pagado el doble, por no tener que hacerlo...
Pero una de mis experiencias mas intensas con el mar, fue la primera vez que lo vi en toda su dimensión, es decir, no solo por arriba y puntualmente de manera borrosa al caer y zambullirme, por debajo.
Andaba jugando sobre un colchón de estos de aire, en un lugar donde la profundidad oscilaba entre 4 o 5 metros... Un niño se acercó con unas gafas de bucear y me dijo: "¿puedo subir al colchón? y yo: "Si me dejas las gafas puedes subirte..."
El se las sacó y en su cara apareció una marca que rodeaba sus ojos y bajo su nariz, dejando la boca como fuera de su cara...
Debía tener unos 3 añitos y puse las gafas sobre el agua para mirar, acerqué mi carita al cristal... ¡Me caí al agua del susto que me lleve!! Allí debajo había de todo... Aparte de que el suelo estaba lejísimos de mí (yo pensaba que no tocaba el suelo porque era pequeña... que cuando fuese mayor haría pié) Era como asomarme a otro mundo.
En el fondo, pude ver un montón de erizos de color negro brillante,moviendo sus púas de manera pastosa, lenta... peces pequeños, medianos y hasta grandes, de todos los colores, que seguramente rozaban constantemente mis pies...
Unas rocas redondas enormes salpicaban el fondo, junto con plantas y algas de un verde brillante que se mecían con el vaivén del agua.
Ya sabía que era pequeña... pero ahora, sencillamente, era insignificante.
¿Cómo era posible que todo aquel universo paralelo estuviese bajo mis pies sin yo saberlo? ¿Acaso había otros mundos, otras cosas que descubriría a lo largo de mi vida con solo ponerme unas gafas? ¿Qué secretos guardaban los adultos que yo aún ignoraba?
Aquella magia desapareció cuando al sacar la cabeza después de caer, todos reían por el susto que me había dado. "¿Pues qué te creías que había ahí debajo? "
No supe qué contestarle... era tan pequeña, tan simple, que ni siquiera me había planteado que había un "abajo".
Hoy en día, hay veces que me siento así de perdida, de ignorante... habrá cosas grandiosas que ignoramos.
¿Otros mundos que nos observen con el desprecio que se observa a una mosca o a una hormiga a la que has arrancado las antenas?
¿Habrá conocimientos, que si no pulso la tecla adecuada, queden fuera de mi alcance para siempre...?
¿Quien hay, ahora que soy una adulta, que me pueda prestar unas gafas para "ver" lo que ignoro?
Bueno, son preguntas tontas si quieres, o tan profundas que, tal vez, haya alguien que acabe de ponerse unas "gafas" y se haya dado un buen susto...
Un saludo
Natacha.
66 comentarios:
Yo debo confesar que no haría tus proezas, una porque no sé nadar, otra porque soy cobarde y otra porque el Pacífico es demasiado frío.
Un beso
Yo soy todo un torpe en materia acúatica. No sé nadar bien, salvo estilo "perrito". Me defiendo, pero no es lo mío el mar o la mar, nunca supe como se dice.
un beso
Querida Natacha: me encanta tu foto de niña, aunque se te ve un poco aburrida... te acabo de mandar un e-mail pues tenía demasiadas cosas que escribir... ¡me ha encantado tu tema! un beso. Alicia
Maru, de proezas nada... me obligaban, jajaja
Un besito, hay que aprender a nadar.
Natacha.
Fernando dicen que los que viven la costa le llama la mar y los de tierra adentro, el mar...
Un beso, guapo
Natacha.
Alicia, casi siempre estaba aburrida por fuera... por dentro, siempre hirviendo, casi como ahora, jaja.
Un beso, preciosa
Natacha.
Oye, yo creo que a casi tod@s nos ha pasado algo similar, o almenos nos hemos impresionado la primera vez que hemos visto el mar. A mí me sigue impresionando cuando llevo tiempo sin verlo y me reencuentro con él.
Sobre lo que dices al final, que hay muchas cosas que desconocemos, te doy la razón, ya que solo vemos lo que nuestra vista nos permite, pero no vemos mas allá de lo que la metafísica nos aporta. Y no utilizamos la mente como deberíamos, aprovechamos poco nuestro potencial. Debe haber muchas cosas por ahí que nos estamos perdiendo.
Besitos
Angelito pues espero cruzarme con quien posea parte de esa información a lo largo de mi vida, no me gustaría perderme nada.
Gracias por ser tan atento
Un beso, guapo
Natacha.
Al leerlo me vienen los recuerdos de cuando yo aprendia. Mis padres me enviaron de chico a una pileta donde aprendia a nadar, a flotar, y todo eso. Tal vez haya aprendido antes a nadar que a leer.
En la ciudad habia una colonia de lobos marinos,ahora ubicada más lejos,asi que de vez en cuando los veiamos asomarse,nadando cerca. Que yo sepa,no se metian con los humanos ni nosotros con ellos. De lo que nos cuidabamos tambien era de las medusas que aparecian a veces y era molesto si tocaban la piel. No se cuantas horas habré pasado en el agua,en la playa o en piletas. Nadar es un ejercicio muy completo y relajante.
Con respecto a las peliculas de la serie "tiburón",las vi todas, y otras más que eran similares.
Teniendo en cuenta que tres cuartas partes del planeta estan cubiertas por agua,solo la imaginación nos dirá que otras cosas hay allá bajo que aun no sabemos.
Un beso desde Argentina,amiga. Es un interesante tema.
El Mar para mi es de las cosas mas bonitas que tenemos, me encanta la sensación de meterme en el y nadar hacia el horizonte, es alucinante, como si estuvieras sola en el mundo, esa sensación en el cuerpo de sentirle libre y ágil... me encanta el mar. Creo que lo bonito de un niño es eso, para el cada día es un nuevo dia para ponerse las gafas... y para los mayores sería interesante ponerselas también. Muchos besos linda bonito post.
Amiga, algun dia tendre que hablar algo de mi primera vision del mar, alla en las playas negras de Bilbao.
Tu texto, por cierto, me produce una cierta inquietud. Eso de las cosas que se ocultan bajo las aguas constituye una bellisima descripcion de los miedos, de todo tipo, que nos acosan.
Por cierto, amiga, jamas permitas ahora que nadie te obligue a tirarte al agua si no te apatece. Si tienes que morder, muerde, que para eso estan los dientes...
Un abrazo muy fuerte
Sabes que yo tengo el mar a 10 minutos, pero precisamente por ello es una de las cosas que mas me impresionan y me causan respeto.
No entro en él con oleaje ni con resaca.Nado siempre en la orilla y haciendo pie.
Me dá miedo atravesarlo en lancha sin tener al lado la costa pues siempre tengo esa sensacion de pánico de que un día va a despertar de repente y me va a engullir.He soñado muchas veces y han sido feroces pesadillas...acrecentadas por las imagenes del Tsunami y ultimamente por el oleaje de este invierno que fue INUSUAL y ACOJONANTE a pie de acera.
Pero me encanta estar a su lado en dias tranquilos, de sol, y por supuesto tenerlo cerca.
Creo que me moriría si tengo q vivir en el interior.....No sé.....es como algo que va pegado al culo de uno al haber nacido a su lado. Y sobre todo el olor que desprende de frescura...eso sí se echa mucho de menos...
Y tu padre, un poquito bestia no??? al menos eso me ha parecido, aunque sea bueno aprender a nadar siempre....
No me extraña que le tuvieras miedo porque lo de los trampolines es otra cosa que nunca he sido capaz de hacer.....
Besotess!!!
Mi querida Natacha, lo primero ..la ultima foto preciosa;).
Lo segundo que voy a decirte, todo lo que has puesto hace años una niña rubia, con una naricilla pequeña y ojos grandes me la contó.
Creo que con solo esto....
Un besito mi niña.
LEZ
Que pena que hayas tenido estas malas experiencias en el mar y que en vez de perder el miedo, fuera creciendo más, por esas malas experiencias!
en mi caso me encanta nadar y el mar, me lleve varios sustos, pero aún he podido seguir disfrutando, aunque con más precaución.
Tal vez un día puedas intentar superar ese miedo y esas malas experiencias! nunca es tarde, a veces es bueno enfrentar los miedos..
pero me imagino como te sentiste! más encima pequeñita! hermosa fotografia!
Un Beso!
Parece mentira las barbaridades que hacemos los padres con nuestros hijos sin darnos cuenta...
Yo tuve parecidas experiencias a las tuyas, con golpes, rotura de timpano, heridas, fractura de ambas clavículas, en fin de todo, y TODO por mi culpa, incluida una casi muerte por ahogamiento...
¡ Que barbaridad! De cuantas imprudencias sale uno, propias o de los demás.
Besitos y salud
He de decirte cielo que ya de pequeñita tenías mucho valor, vale cierto es que de algún modo te "invitaban" a tenerlo, pero la que daba el salto final, la que se asomaba al trampolin y se tiraba, la que conseguía reunir el valor necesario eras tú. Buf! me ha dolido hasta a mí el planchazo que nos has descrito, que mal no?. A mí el mar me da muchísimo respeto, muchas veces "miro por ese cristal" que comentas y pienso que misterio habrá ahí debajo, desde infinidad de barcos hundidos con sus correspondientes tripulaciones a misterios todavía no descubiertos... Besos, muchos
A mí también me encanta el mar, como a tí. Aunque, desde 'Tiburón', siempre nado con los ojos abiertos cuando voy por debajo del agua. Sin gafas! Los ojos ya se me han acostumbrado. Ja ja ja. A un tío mío lo siguió una tintorera cuando estaba haciendo pesca submarina. Un beso.
Jorge, te oigo contar lo de los lobos marinos... y me parece estar viendo una película. Es una cosa que en España es tan lejana, que casi pertenece exclusivamente a los documentales de la tele... Me produce una extraña sensación.
Es verdad que hay más agua que tierra y... sin conocer. Esos fondo abisales, repletos de seres totalmente desconocidos, viviendo en un medio que no podremos explorar... es un misterio... también mirar hacia arriba... Estamos en el centro de todo.
Un beso, Jorge.
Natacha.
Sendieva, me gusta el mar. Mirarlo, olerlo, la sensación de humedad a su lado... pero no puedo tirarme desde la borda de un barco en medio del mar... es superior a mis fuerzas... pero siempre me siento bien cerca del mar...
Yo sigo buscando una gafas... jaja.
Un besito, preciosa
Natacha.
Antiqva, siempre eres capaz de leer entre mis líneas como nadie... me sorprende, la verdad.
Ahora me siguen obligando a "saltar" de vez en cuando y aborrezco esa sensación... Algún día le pegaré un bocado a alquien...
Gracias, amigo
Natacha.
Chuspi, el mar es efectivamente, una bestia bellísima, en él no eres nada, es capaz de moverte a su antojo sin esfuerzo ninguno. No eres más que un cachito de alga, una pluma en sus manos... Pero tiene ese magnetismo que te atrapa, es como el fuego... Su sonido, su olor...
En cuanto al episodio que comento, pues sí, eran experiencias muy dolorosas para mí... ésta y otras muchas. Tal vez lo hiciera con buena intención, pero fue horrible...
Un besito, mi niña. Eres amorosa
Natacha.
Gracias lez... ya sé que todo esto para tí no es nuevo... pero me gusta que vengas a verme. Guapa.
Un beso, linda
Natacha.
Joana, bueno puedo nadar en el mar sin problemas. lo que pasa es que no me gusta alejarme de la orilla. Hace años que no me meto, pero podría hacerlo.... me conformo con verlo y respirarlo.
A veces las experiencias malas te impiden avanzar... una pena, sí.
Un besito, gracias por venir, guapa
Natacha.
Vaya aventuras que tuviste que pasar de niña ;)Me encanta el mar, y salir fuera de cala, aunque no sé nadar muy bien y de chica me pasaba horas y horas metida en el agua...besitos guapetona.
Ay Genín... me pones los pelos de punta... se sufre mucho de niño cuando las formas no son las adecuadas, además tienes razón que SIEMPRE es por tu culpa... ellos siempre lo hacen por tu bien, con toda su buena intención...
En fin, corramos un tupido velo.
Un beso, guapetón.
Natacha.
Hawkeye, muchisimas gracias por tu empatía... dolió mucho, sí, pero dolían más las risas y la expectación de todo el mundo mirando... siempre fui tímida y aquello me mataba, Creo que saltaba para que dejaran de mirarme, no por valentía.
El mar es hermoso y misterioso...
Un besito, precioso amigo
Natacha.
Jordi, pues creo que las tintoreras son muy peligrosas... una vez tuve a menos de dos metros una morena, con esa perversa expresión que tienen... uff, mucho miedo jajaja.
Un besito, cielo.
Natacha.
Libra, los niños no salen del agua en todo el día, jaja.
Es muy divertido jugar.
Un besito, guapa
Natacha.
Yo le tengo mucho respeto al mar.
Desde una vez que me revolco y trague 10 kilos de arena me mojo solo los pies...jijiji
A mí me gustaría que me dieran ahora unas gafas de ese tipo con las que pudiera entender algo de este mundo que nos rodea y de mí mismo. Lo malo es que ahora sabemos que estamos en la ignorancia. Cuando tú estabas en la colchoneta no conocías tu propia ignorancia. Aunque quién sabe, quizás si nos dieran esas gafas sabríamos lo que somos conscientes de que no sabemos, pero también muchas más cosas que nunca hubiéramos siquiera imaginado...
No sé en qué pasaje bíblico un personaje le pide a Dios que le deje ver un poco de la vida eterna o algo así. Dios le dice que eso es imposible, que si la viera, ya nunca más querría venirse para el mundo. Era algo así la historia.
Besos!
Soy adulta pero incapaz de darte respuestas...
Todos buscamos la hormiga, la tecla y las gafas, y la mayoría de las veces ni con nuestras propias gafas lo vemos o encontramos.
Muy bonito tu mar. Feo tu aprendizaje a nadar. vuelve al Mediterráneo de manera más calmada y en solitario.
Jorgelina, como ves en la foto, al menos, en esta playa no había ni una pizca de arena, sino seguro que me hubiera tenido que revolcar como una croqueta, ajjajaj.
Un beso, linda
Natacha.
Jose, lo desconocido es atractivo y seguramente lo veremos cuando estemos preparados para ello. Lo que pasa es que somos impacientes y si de alguna manera, hemos conseguido asomarnos levemente a otras realidades, la curiosidad se hace presente y acucia... pero habrá que ser mayor y tener paciencia. Dejar de comportarnos como niños malcriados. Cada cosa a su tiempo
Un beso y gracias por tu opinión, tan valiosa.
Natacha.
Camy, es un pelín complicado, es cierto... de momento seguiré buscando y si las encuentro os digo inmeditamente dónde encontrarlas.
Mi aprendizaje si que fue un tanto violento, pero así fue casi todo en mi infancia. Eso me hizo dura y a la vez totalmente insegura...
Un beso, cielo
Natacha.
i no se conoce suficientemente el español, pero lo hice traducir su blog,
He visto tu blog, y me di cuenta de que usted tiene buenas habilidades de diseño de gráficos de tu blog es perfecto.
lo siento si he pedido que esta cuestión de nuevo
le gustaría para el intercambio de nuestro vínculo, (blog roll)
aún hoy en día im confundirse porque había recibido muchas respuestas con un montón de confusiones.
si está usted listo?. así que por favor escriba su enlace en mi comentario caja o tu respuesta.
adiós
besos
buen día
Dios te bendiga
Es evidente que nuestro pasado nos marca de por vida. Tú, al menos, tuviste la oportunidad de ver con esas gafas en una temprana edad, otros no lo harán nunca. Yo, por si acaso, me pruebo todas las gafas que veo; nunca se sabe.
Un beso.
P.d.: Tu padre era una mijilla ciezo, ¿no?
Pedro, yo también ando siempre probándome las gafas ajenas, jeje.
Eres un hacha, guapo
Natacha.
pd.: me ha encantado "una mijilla ciezo" ajajaja. Mi abuela era sevillana y lo decía todo el rato... pues te diré que no, una mijilla no, una "jartá".
Hola Rohit, por supuesto que podemos intercambiar links... bienvenida. Vuelve cuando quieras.
Un saludo lejana amiga
Natacha.
Que miedo me ha dado la primera imagen de este post. He leido rapido las primeras lineas para perder de vista ese tiburonazo. Ay que ya voy a tener miedo otra vez como cierre los ojos en el mar.
Que historia, vaya con el papi. Pero me ha encantado la descripción del fondo del mar. No deben preocuparte las risas de los demàs cada uno descubre un mundo que podía no conocer pensando que los demàs si, y al contrario los demàs no conocer un mundo que de sobra conoces y es infinitamente màs interesante.
Un abrazo Natacha
Nuria, cielo. No tengas miedo.Olvida que has estado aqui, jajaja
Pero solo lo suficiente, mañana vuelve.
Gracias mi niña. Hoy entiendo que cada uno tiene sus gafas y su "tempo".
Casi todo lo aprendí a trompicones... la paciencia no vivía en casa...
Un besito, preciosa niña.
Natacha.
Querida Natacha, me ha encantado leer tus recuerdos tan entrañables relacionados con el mar. Dulces y amargos como bien explicas.
Siempre he vivido cerca del mar. Mi camino diario hacia mi trabajo va paralelo al mar en su mayor parte. Mi tonifica, me carga las pilas, forma tanto parte de mí que no imagino pasar un día sin verlo.
un beso
Yo se nadar,pero le tengo un inmenso respeto al mar, nunca me adentro demasido,siempre tengo que tocar el suelo,pues a veces incluso asi puede venir un golpe de mar un remolino o un desnivel que te haga pasar un mal rato.A lo peor es que lo que tengo es mieditis, jajajaja.
Besitos
Comparto contigo experiencias similares en tirarme desde un trampolín y sigo sin hacerlo, me gusta bañarme en el mar, pero despacito, mojarme los pies... No recuerdo en qué momento de mi vida mi experiencia con el agua se fue transformando en algo no tan agradable... bss
Fabrisa el mar es muy hermoso. Adoro mirarlo e incluso bañarme o jugar con mis hijos cuando eran pequeños... pero hay ese amargor que siempre me viene a la cabeza...
Un besito, linda
Natacha.
Gatita, pues no está de más la prudencia. Es poderoso y te puede dar un buen susto, asi que haces bien, que no quiero que te ocurra ningún sustito.
Un beso, gatita linda
Natacha.
Rafaela, creo que hay muchas personas con ese "respeto" al mar. No debe ser muy raro. Esa inmensa masa de agua sin fondo.... llena de vida desconocida e incontrolable...
Un beso, cielo.
Natacha.
Sobre tu aprendizaje, poco puedo y quiero decir, salvo que si veo a algún padre haciendo eso... " Sujetadme, que le meto, le meto, le metooo..." (y no soy nada violento, pero era para hacerle tragar un poquito de agua en un abrevadero, estilo película del oeste).
No puedo decir nada más del resto, porque se me ha quedado muy mal cuerpo.
Besitos
(y lo siento si me he excedido un poco...)
Bowman, son comportamientos inexplicables... sobre todo si te ruegan con la mirada que pares, que lo dejes estar....
He enseñado a mis dos hijos a nadar por una mera cuestión práctica, pero te aseguro que nunca hice nada con tanto mimo como eso...
afortunadamente les gusta el agua...
Un beso, indi... y gracias.
Natacha.
NATACHA, he sentido angustia cuando ibas relatando lo que sentias en esos momentos de tirrte y caer al mar.
yo le tengo un gran respeto y me queso embobada mirando las aguas y escuchando el sonido que desprende.
que guardará su fondo?
algún día alguien con unas gafas especiales puede que nos dé la respuesta.
Un besito
Natacha, cielo, me has dejado con el corazón encogido, cariño.
A mí me encanta el mar, aunque le tengo muchísimo respeto.
Un abrazo muy fuerte y un beso salado.
Sin palabras....me ha parecido precioso como nos has relatado tu relación con el mar.Precioso de verdad!!... y si la de la foto eres tú, eras una monada...bueno, seguro que lo seguirás siendo!!
Besos
Guauuuuuuu Natacha!! Qué relato!!! Te cuento que hoy día nado muy bien y gracias a unos profesores de colegio que se parecían a tu padre! Todo era... o te tiras o te tiramos, de pie no.. de cabeza, del borde no.. del trampolín!!!! Dios mío, para mí era una tortura y con tu relato hasta me agarraron palpitaciones!!!!!!!
Seguro que hay cosas que ni sabemos y creo que necesitaríamos unas gafas grandes como elefantes para poder darnos cuenta de ellas!!
Un besote y que tengas muy buen día!!
Hola Natacha, yo vine conociendo el mar ya entrado de mi juventud y dejo para mi una impresion muy grande, dado que la region de donde yo soy es mas bien desertica. Tienes razon cuando reflexionas sobre esos otros mundos que existen y quizas no son tan aparentes por no haberlos explorado o por la limitacion natural de nuestros ojos de carne.
Saludos!
Aguebella, estoy segura que alguien ha de tener esas gafas... si le encuentras... avísanos. Somo tantos que queremos "ver"
Un beso, preciosa. Gracias.
Natacha.
Amelie, no te sientas mal... superé eso como todos superamos los traumas infantiles...
Eres un pedacito de ternura. Gracias, linda.
Un beso
Natacha.
Nana, gracias... sí, la nena de la foto soy yo, jaja. Era mona, pero no veas los estragos que hacen los años.... la gravedad no perdona, jaja.
Un beso, bonita
Natacha.
Sandra, somos tan ignorantes... y es maravilloso que aún podamos pensar en buscar la manera de seguir aprendiendo. La vida es fascinante...
Un beso, preciosa amiga
Natacha.
TAmujil, pues para alguien que vive en una zona desértica.... debe ser impresionante ver el mar por primer vez...
Me encanta hablar con todos vosotros. Nunca podría haber soñado que alguien como tu me contase su experiencia.
Internet es maravilloso y conoceros a todos también.
Un beso, gracias, cielo.
Natacha.
Ayy Natacha, que me parece que tu padre y el mío eran de la misma escuela! Qué empeño con que nos tirásemos de cabeza! Y cada 'barrigón' nuestro, era un enfado suyo jajajaj que lo hacíamos complicado decía! Al final aprendimos solas a espaldas suyas, porque él hacía como tu padre... 'vengaaa, que hay más niños'... vengaaa, que te están esperando'... 'has visto ese niño? pues igual! Aarrgg jajajaj Al final aprendimos a tirarnos de cabeza con mucho estilo, pero sin él detrás, nos íbamos a 'la parte de atrás de las rocas' y ahí practicando, con risas y sin el papi poniéndonos nerviosas, en un par de tardes 'le pillamos el truco'... Luego, es como la bici, una vez aprendido, ya no se olvida! Pero cuantos barrigazos llegamos a darnos!!!
La primera vez que me puse unas gafas de bucear salí 'pies para que os quiero', así que, te entiendo perfectamente!
Un abrazo!
Ana, a ver si va a ser la playa. Igual y era la misma, jajaja.
Menudo sustos con el fondo del mar... la verdad es que la primera vez es impresionante, asusta ¿verdad?
Un besito, cielo
Natacha.
Te confieso que le tengo mucho temor al mar, a lo que no puedo ver, a las profundidades. Por otra parte, me encanta el agua, pero cuando está todo bajo control, cuando hay seguridad.
Cariños.
Me ha encantado como has llevado el ritmo del relato, desde tus peripecias angustiosas para aprender a que tu padre se sintiera contento viéndote nadar, hasta las otras realidades ignoradas, que sólo se descubren por tropiezos inesperados...
Perdóname pero me parece una crueldad obligar a un niño/a a hacer esas cosas así.
Yo, he tenido que llevar a mis hijos a natación desde muy pequeños, por culpa de su asma y se me ha partido el corazón (y me he hinchado a llorar) cuando los veía temblorosos por tener que nadar...ufff.
Ahora lo agradecen,pero mi interior me dice que fui cruel.
Un beso.
Hola chuquis. Yo también disfruto nadando pero casi para nadar me meto en la piscina, jajaja.
Un besito, gracias por venir a verme.
Natacha.
Pandora, hola guapal. Siempre vienes a dejarme regalos, eres un amor. Voy ahora a verte.
Un beso, preciosa
Natacha.
Marinel , cariño, pues estoy de acuerdo contigo... sufrí mucho de manera innecesaria. Como dije enseñé a mis dos hijos a nadar, con tranquilidad, sin traumas sin exigir la perfección. A su ritmo.
A los niños hay que respetarles...
Tus niños tienen una madre extraordinaria, no lo dudes ni por un instante, preciosa.
Un beso, eres encantadora ¿te lo había dicho ya?
Natacha.
Pero mi Queridisima Natacha!
tú si que eres una mujer llena de sorpresas!!! he estado revisando tus blogs!! y he llegado hasta acá... y sabes que... yo pensaba que esta Natacha era otra y no tú!!! jaja!!
Como me has engañado!! jeje
Más tarde revisaré más todas estas bellas sorpresas!! ahora voy de compra.
Un Beso!!
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